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En medio de su cumpleaños 480, Bogotá se prepara para una serie de transformaciones tanto de infraestructura como de movilidad y desarrollo social, que marcarán por lo menos los próximos cinco años de la capital. Estos se han adelantado en medio del apoyo y la controversia que sucita el actual alcalde Enrique Peñalosa, así como por herencia que han dejado los mandatarios que han pasado por la casa de Liévano en la última década.
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Para hablar de la Bogotá del futuro hay que preguntarse por el crecimiento de la ciudad, la perdurabilidad de sus medios de transporte, la construcción del metro, así como por los avances tecnológicos, en salud y educación que seguirán definiendo la ciudad o por el contrario la renovarán.
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Para ello, consultamos a nuestros lectores sobre cómo se imaginan la ciudad en 2038. En redes sociales, los resutados fueron pesimistas. Mientras que algunos se refirieron a un futuro sin metro, otros se refirieron a las condiciones medioambientales y de seguridad, así como algunos vislumbraron un futuro mejor.
Viviana Pulido
Con esperanza y fe creo que los bogotanos estamos evolucionando y me atrevo a soñar que la responsabilidad medioambiental hará parte fundamental de la conciencia colectiva.
Prácticas como la reutilización y el uso mesurado serán una forma habitual de comportamiento. El mero hecho de pedir una bolsa plástica será considerado arcaico y remoto. Muchos tendrán huertas en sus balcones con mini cultivos de jengibre, aromáticas, hortalizas, leguminosas, algunas frutas y plantas medicinales. Lo que haga falta se comprará en mercados orgánicos de cada barrio, o en las grandes tiendas que ostentarán impresionantes cultivos.
Gran parte de la población usará herramientas online para tener tiempo de recrearse haciendo algún ejercicio del momento como "taichi-senderismo” o “yoga-escalada". La vida cultural será agitada y vibrante. Teatros y museos estarán a reventar incluyendo las transmisiones streaming que pagan los fanáticos más distantes. Gracias a estas prácticas, diversas y flexibles formas de trabajo y a un sistema de transporte urbano eficiente, la movilidad se convertirá en un agradable momento del día, corto y relajante en lugar de la caótica pesadilla que vivimos hoy. Un precioso tren, eco eficiente, sostenible, respetuoso, amplio y moderno recorrerá la ciudad atravesándola como una flecha las 24 horas de día a cambio de un pago casi ridículo.
Parece una ciudad feliz, tal vez producto de mi optimista corazón, pero será resultado de una revolución espiritual y humana que se gestará tras superar una oscura era de odio, discriminación, extremismos religiosos y políticos que movilizará a jóvenes líderes de distintos orígenes con un solo objetivo: el compromiso por construir una ciudad realmente incluyente, honesta y próspera. Bogotá por fin asumirá su responsabilidad como la gran madre que a todos recibe, y con ellos construye y transforma al país entero. Bogotá será, más que nunca, la gran capital.
Ramiro Serrano
A pesar de las adversidades de los últimos 20 años, Bogotá ha logrado seguir en pleno auge de desarrollo. La migración masiva de los venezolanos ha permitido un mayor auge económico por medio de una mano de obra barata siendo usados para obras del Distrito, lo cual ha generado mejores parques, la remodelación y la construcción de colegios.
El metro aún no se ha puesto en marcha debido a que Enrique Peñalosa se ha congelado criogénicamente para poder aplazar esta decisión, a causa de ello, el Transmilenio sigue siendo el medio de transporte masivo más usado a pesar de las muchas fallas que tiene, no solo las que se han planteado una y mil veces en el 2018, sino que por medio de mayores estudios y demás, se logran ver otros daños colaterales que afectan la vida y el ambiente.
Debido a la gran cantidad de gente, Bogotá termino siendo todo el departamento de Cundinamarca, se espera que el próximo año los departamentos de Boyacá y Tolima empiecen a ser llamados “Suba Boyacá” y “Bosa Tolima”. El Bronx ha sido remodelado siete veces, ya que siempre que lo remodelaban, los habitantes de la calle seguían quedándose ahí, y a causa de las varias remodelaciones, se encuentran en todo Bogotá, o como se le conoce geográficamente, Republica territorial de Bogotá antes llamada Cundinamarca. El nombre fue puesto por un artista moderno.
Leonardo Rincón Lizarazo
Bogotá fue reconocida y admirada en la primera década del presente siglo por innovar y ser ejemplo de soluciones sociales, pero con el tiempo fue decayendo y poco a poco se convirtió en una ciudad de carbón y acero similar a la Nueva York de los años 50, es decir, que al caminar por las calles de Bogotá, se genera una leve tristeza al ver viviendas rayadas con grafitis y rayones sin sentido, embotellamientos monumentales, calles destruidas con trochas entre sus andenes y sin una dirección fija hacia donde los carros puedan dirigirse ya que la señalización es pésima.
Deseo ver una Bogotá en 2038 con calles limpias y casas blancas, pintadas de colores claros neutros. Qué lindo seria eso. Imagínate caminar sobre andenes firmes y una buena calidad de luz pública, con un platón enorme cada dos cuadras donde la gente pueda arrojar la basura de manera ordenada y con calles hacia un solo sentido. De hecho, poder estacionar a la derecha sin ningún inconveniente y sin incomodar a demás transeúntes.
Sería hermoso tener muchos edificios ejemplares en arquitectura a nivel Mundial. Autopistas elevadas que te dirijan hacia toda la ciudad sin ningún inconveniente de tiempo. Pero lo más importante sería ser pioneros en universidades públicas, las mejores del continente, escuelas, conjuntos residenciales, sin cableados de luz que incomoden visualmente al transeúnte.
Que tenga una seguridad pública estricta y extrema donde no tengamos delincuencia y gocemos de una seguridad magnífica. Tener las mejores discotecas, eventos, estadios de fútbol y un mejor sistema integrado de transporte que sea digno para los capitalinos. Sin duda, soñar no cuesta nada y ver a Bogotá de este modo llena de ilusiones, los habitantes de Bogotá debemos mirar hacia adelante con la idea de ser más educado, más ciudadano y más respetuoso.