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Luego de muchas especulaciones y ante las dudas sobre el futuro del trámite que adelanta el Distrito, para poder intervenir la reserva Van der Hammen, finalmente la Secretaría de Planeación dio a conocer detalles del proyecto de acuerdo del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que someterá a discusión del Concejo Distrital. Sin embargo, antes de este paso definitivo la iniciativa surtirá varias etapas. La primera será la revisión de los parámetros ambientales por parte de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Secretaría de Ambiente.
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Si bien, el proyecto ya superó las etapas exploratorias y de diagnóstico, lo que viene son pasos importantes. Junto a la revisión ambiental, dentro de 15 días comenzará la socialización en cada UPZ de la ciudad ante los gremios y grupos de interés, para presentar el proyecto posteriormente ante el Consejo Territorial de Planeación Distrital, que tendrá treinta días para evaluarlo. Una vez se superen estas fases, lo radicarán de manera formal ante el Concejo, que tendrá noventa días para aprobarlo o no. En resumen, si todo sale como lo tiene previsto la Secretaría de Planeación, Bogotá tendría en seis meses un nuevo POT.
La propuesta
El nuevo POT tiene como pilar tres ejes sostenibles: el ambiental, el económico y el social, bajo los cuales se hará un énfasis particular en la ecoeficiencia, la competitividad y la equidad. Según el secretario de Planeación, Andrés Ortiz, esto se hace con el interés de que el territorio sea menos denso, más compacto y se promueva el bajo consumo, en la que resida una sociedad protectora con los niños, personas en condición de discapacidad y demás poblaciones vulnerables.
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Por último, se busca que la ciudad se especialice en la exportación de productos y servicios que se puedan transportar a través de fibra óptica o aérea, como puede ser la industria farmacéutica, la economía naranja o el desarrollo de conocimiento. “Bogotá está llamada a esto, a ser atractiva y con calidad de vida”, señaló Ortiz.
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Buscando esto y respaldados en las proyecciones de crecimiento del censo de 2005 (pese a que hay nuevas cifras), que indican que cada año la ciudad aumenta su población en 105.000 personas y se construyen 36.000 viviendas, el Distrito propone aumentar el área urbana de 37.945 hectáreas a 39.221, mientras que el área de expansión casi que se triplicaría, al pasar de 1.973 ha. a 5.712.
En cuanto al modelo de ocupación, el Distrito se plantea dos retos a futuro. Por un lado, la necesidad de establecer el área metropolitana de Bogotá, compuesta por Bogotá, Cajicá, Chía, Cota, Funza, Mosquera, Madrid y Soacha y por nodos subregionales como Zipaquirá, Facatativá, Fusagasugá, Gachancipá y Tocancipá. Por otro lado, se plantea la redistribución de las localidades, ante la disparidad en la cantidad de población y áreas en las que están constituidas. La principal propuestas es pasar de veinte a cuarenta localidades. Si esto no fuese posible, plantean dividir las cinco más grandes.
En un plano general, el nuevo POT propone desincentivar el uso del carro particular, acabando la obligación de parqueaderos mínimos en las nuevas edificaciones, así como prohibir los cercamientos y establecer que los antejardines sean espacio público. Por último, para garantizar que se aplique el nuevo POT, el Distrito propone crear una nueva dirección de seguimiento, otra de operaciones estratégicas y gerencias para los proyectos más grandes, como las que hoy existen para los proyectos de Ciudad Norte y Ciudad Río. Estas nuevas organizaciones tendrían la obligación de participar en la vinculación del POT dentro de los planes de desarrollo que se planteen.
El proyecto de acuerdo, que acaba de hacerse público, permitirá que la discusión sea más amplia durante estos seis meses, que serán definitivos para su consolidación y aprobación.
Por -Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
