Según información publicada por Transmilenio, el pasado 26 de enero culminó el proceso de desvinculación de 108 perros ‘anticolados’. Esto después de que la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestara la intención de retirarlos del sistema. Sin embargo, aún continúan en servicio otros 36 que están entrenados para detectar explosivos.
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En su momento Transmilenio comunicó que durante su tenencia estos animales gozaron de adecuaciones especiales en las estaciones y portlaes para que pudieran descansar, además de un monitoreo permanente a su nutrición, condición física, cuidado y salud.
“No se registraron casos de quebrantos de salud o agotamientos causados por las jornadas de trabajo”, agregó la compañía. Hay que aclarar que estos perros no eran propiedad de Transmilenio sino de la empresa contratista Seguridad Unión Temporal GOS 2019, por lo que no se garantiza que su desvinculación del sistema signifique en una jubilación.
A pesar del buen trato que, según Transmilenio, recibieron estos animales, la concejal Andrea Padilla denunció este miércoles las precarias condiciones a las que se veían sometidos los perros.
En concreto, Padilla hace referencia al informe técnico que elaboró el equipo veterinario de vigilancia y control del Escuadrón Anticrueldad del Instituto de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA).
“En las visitas de inspección de bienestar animal realizadas por los veterinarios del IDPYBA al sistema Transmilenio, se observó también que los animales eran alimentados solo una vez al día, carecían de suplementos vitamínicos nutricionales para favorecer su salud y estaban vacunados solamente contra la rabia, cuando es indispensable utilizar vacunas polivalentes”, afirmó la cabildante.
Sumado a lo anterior, y también en contravía a las declaraciones entregadas por Transmilenio, se encontró que los animales no tenían una zona segura para su esparcimiento.
“Mientras se aseaba a los perros, estos eran amarrados con traíllas en árboles y barandas. Finalmente se evidenció en los animales ansiedad y agresividad, atribuidas a la imposibilidad de expresar comportamientos naturales como juegos, ladridos, libre locomoción y socialización, entre otros”, agregó la concejal.
Padilla calificó tales hallazgos como “muy preocupantes” y aseguró que insistirá en el desmonte progresivo de los perros en todas las actividades de seguridad y vigilancia. Ella argumenta que existen tecnologías que pueden reemplazar a estos animales.
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