Confirman condena de 30 años contra jefe de Los Pascuales

Pascual Guerrero Rincón, jefe de Los Pascuales, fue condenado por su coautoría en el crimen de su hermano, Luis Guerrero, jefe de Los Luisitos, a manos de uno de sus hijos.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
02 de agosto de 2018 - 01:29 a. m.
Pascual Guerrero Rincón fue capturado en febrero de 2013. El barrio El Codito fue tradicionalmente una de sus zonas de influencia. /Archivo - Policía
Pascual Guerrero Rincón fue capturado en febrero de 2013. El barrio El Codito fue tradicionalmente una de sus zonas de influencia. /Archivo - Policía

Aunque la defensa de Pascual Guerrero Rincón, jefe histórico y fundador de Los Pascuales –una organización delincuencial que sembró el terror en la localidad de Usaquén en Bogotá– buscaba que la Corte Suprema de Justicia revisara su condena a 30 años de prisión, este miércoles se conoció que el alto tribunal se abstuvo de casar la sentencia. Es decir, se mantiene en firme.

De esta manera se resolvió el recurso de casación que interpuso el abogado de Guerrero contra las decisiones de los jueces que, en primera y segunda instancia, lo condenaron a pagar 30 años de prisión como coautor del delito de homicidio agravado contra su hermano, Luis Alberto Guerrero Rincón.

Para comprender esta historia criminal hay que remontarse a 2008, cuando varios miembros de Los Pascuales –dedicados, entre otras, al hurto, la extorsión, los homicidios y el microtráfico– fueron capturados. Eran responsables de sembrar zozobra y terror en los sectores de Cerro Norte, Santa Cecilia y El Codito, las zonas más conflictivas del norte de la ciudad. Ante las capturas, la organización se debilitó y en esas apareció Luis Guerrero Rincón, sobrino de Pascual Guerrero. Él empezó a exigir su propio espacio en la zona.

En ese entonces, se desató una guerra entre Los Pascuales y el nuevo grupo: Los Luisitos, que terminó el 6 de enero de 2013. Ese día, representantes de ambos grupos se reunieron en un asadero de la zona, para buscar una salida a sus disputas. El encuentro terminó en una balacera en la que murieron dos hijos de Guerrero Rincón y dos emisarios de Luisito.

Tras el tiroteo, Guerrero Rincón, como venganza, le ordenó a su hijo Orlando que matara al padre de Luisito (es decir, a su hermano). Por ese asesinato fue condenado a 30 años de prisión. En febrero de 2013, Luisito y Guerrero Rincón fueron capturados.

Teniendo en cuenta lo anterior, la defensa la reclamaba a la Corte que no se podía atribuir al jefe de Los Pascuales su coautoría en el crimen de Luis Alberto Guerrero, en tanto “no tenía la condición de coautor y tanto menos la de determinador, pues su contribución fue accesoria o secundaria al esperar al homicida a 20 metros del lugar de los sucesos, de modo que con su intervención o sin ella el delito se habría cometido”.

También criticó el abogado del jefe de Los Pascuales que “se quebrantó el principio de legalidad”, pues los jueces no le reconocieron un estado de ira o de intenso dolor derivado de la muerte de sus hijos Pascual y Mauricio Guerrero Parada, causada por John Estiven León Herrera, miembro de Los Luisitos, liderada por Luis Alberto Guerrero Cruz.

¿Qué le respondió la Corte? Respecto a su condición de coautoría, sostuvo que, en el contexto del crimen, el aporte del jefe de Los Pascuales “no fue insignificante o intrascendente, por el contrario, mediando concierto previo, acordó a través de la división de trabajo permanecer cerca del lugar de los hechos, armado y pendiente de asegurar el éxito de su propósito, esto es, tomar venganza por la muerte violenta de sus hijos por parte de un miembro de la banda delincuencial de Los Luisitos”.

Frente a la solicitud de nulidad por violación del debido proceso, la Corte advierte que el desconocimiento de un estado de ira o de intenso dolor en el proceder de Pascual Guerrero no configura un “vicio de garantía”. En esa línea sostuvo que, si bien el homicidio de sus hijos podría constituir una provocación grave e injusta, “capaz de determinar en él un estado de ira o de intenso dolor”, lo cierto es que la reacción recayó en una persona diferente de aquella que cometió el delito, “pues los homicidios fueron materializados por John Estiven León Herrera, mientras que la muerte objeto de investigación en este proceso recayó sobre Luis Alberto Guerrero Rincón, padre de Luis Alberto Guerrero Cruz, líder de Los Luisitos”.

 

 

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