Durante el foro “Salas de uso supervisado de drogas: ¿una alternativa para Colombia?”, realizado en la Universidad de Los Andes, el secretario de Seguridad, Daniel Mejía, aseguró este martes que no descarta “generar políticas de tratamiento” a los adictos de bazuco en Bogotá. Mejía dijo que, más allá de la seguridad, “la principal contribución es tener una puerta de entrada para las personas que necesitan una política de reducción de daño”. (LEA: Consumo de drogas gana terreno en Bogotá)
En ese sentido, afirmó que en muchos casos los habitantes de calle se abstienen de ingresar a los albergues de Integración Social porque allí les quitan el bazuco: “Si damos un paso adicional, como dejarles entrar el bazuco, o mejor aún: poderles dar bazuco de mejor calidad, controlarlo de manera temporal, para que salgan de ese problema”.
De esta forma, planteó la posibilidad de que los habitantes de calle puedan ingresar de manera voluntaria a programas de tratamiento. Mejía finalmente puntualizó que el consumo de bazuco está relacionado con la comisión de hurtos en Bogotá y, en esa medida, una política de tratamiento puede contribuir a mejorar los índices de seguridad.
En agosto de 2012, el entonces alcalde Gustavo Petro propuso el consumo controlado de drogas en las zonas con mayores índices de inseguridad en la ciudad. “Parte y la criminalidad de la ciudad tiene una derivación del consumo y tráfico pequeño de drogas”, aseguró en ese momento.
Es la primera vez que la administración de Enrique Peñalosa plantea una medida de este tipo para atender a los consumidores de drogas. Incluso, en enero de 2016, a pocos días de empezar su mandato, el Distrito anunció cambios en los Centros de Atención a Drogodependientes (Camad), iniciativa que finalmente se abolió.