Cundinamarca: llegar a las poblaciones apartadas será el mayor reto de la vacunación

Diego García, gerente del COVID-19 en Cundinamarca habló de otras dificultades, como las eventuales inasistencias a las citas, lo cual significaría la pérdida de dosis; no obstante, asegura que el departamento está listo para enfrentar estos escenarios.

Diego Ojeda
12 de febrero de 2021 - 02:00 a. m.
Diego García, gerente del COVID en Cundinamarca, tiene experiencia, gracias por su paso en el PAI.
Diego García, gerente del COVID en Cundinamarca, tiene experiencia, gracias por su paso en el PAI.

Según lo anunciado por el Gobierno, el 20 de febrero inicia la vacunación contra el COVID-19 en Colombia. Mientras tanto, las autoridades territoriales alistan las bases de datos de personas que recibirán las primeras dosis; es decir, adultos mayores de ochenta años y profesionales de la salud, que se encuentran en la primera línea de atención de la pandemia.

Faltando escasos días para que el país conozca a su primer vacunado, la alcaldesa Claudia López aseguró que por ahora la capital tienen confirmadas 7.673 dosis, elaboradas por Pfizer. Esto no pasa en Cundinamarca, departamento que según el gerente del COVID, Diego García (quien, además, fue por ocho años el director del Programa Ampliado de Inmunizaciones en Colombia), necesitará unas 70.000 vacunas para la primera fase de inmunización. 66.000 de estas son para adultos mayores.

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García asegura que, mientras llega la fecha, el departamento ha avanzado en un proceso de microplanificación, el cual ha permitido conocer el detalle de cuántas vacunas necesita cada municipio. Además de las capacitaciones que ha brindado el SENA a unos 200 auxiliares de enfermería sobre temas relacionados con la vacunación contra el COVID-19. En promedio y durante la primera fase, cada uno de estos tendrá que aplicar dosis a 330 personas.

El gerente se muestra confiado, pues asegura que Cundinamarca está preparado para afrontar este reto desde antes de la pandemia, ya que históricamente ha tenido una cobertura de vacunación del 95 % y, aunque la crisis generada por este coronavirus hizo que el promedio en otros departamentos cayera al 86 %, en su territorio este indicador solo menguó casi medio punto porcentual. “No estamos arrancando de ceros”, dijo. Sin embargo, esto no implica que la misión que reposa sobre sus hombros sea fácil.

Él y el equipo destinado a trabajar en la primera fase de vacunación tienen varios desafíos. El más grande es garantizar que las dosis, las cuales tienen que preservar a cierta temperatura para que no se dañen, lleguen a las poblaciones más apartadas, amén de toda la logística que requiere la comunicación con personas que no tienen teléfono, internet, ni mucho menos acceso a un computador ni a un smartphone.

Pero esto no es una novedad en Colombia, pues, según el director de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud, Gerson Bermont, muchos trabajadores del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) están acostumbrados a atravesar ríos, trochas a lomo de mula y realizar desplazamientos que pueden durar entre 30 y 45 días. Entendiendo esa situación, el ministro Fernando Ruiz comunicó que a este tipo de zonas no llegarán las vacunas ultracongeladas (que solo cuentan con cinco días para su aplicación), sino con inmunológicos que no requieren estas temperaturas y son de una sola aplicación.

Pero ¿cómo satisfacer ese porcentaje restante en cobertura de vacunación que tiene Cundinamarca? La respuesta está en una ayuda extra que anunció el gobernador Nicolás García hace unos días, un helicóptero que transportará a los trabajadores de la salud a las zonas más remotas. Así pues, por lo menos en la planeación, quedaría resuelto el reto de la distribución, pero continúa otro y es el agendamiento de citas de quienes ni siquiera pueden consultar su turno ni inscribirse mediante el portal Mi Vacuna.

Para llegar a estas personas, muchas de las cuales engrosan la brecha digital que hay en Colombia, el gerente del COVID en Cundinamarca dijo que se dispone de un equipo de profesionales que los contactarán por teléfono o incluso llegarán a sus viviendas para hacer el agendamiento. Su estrategia incluye llamadas para recordarles un día antes de la cita, pues la inasistencia puede derivar en la pérdida de dosis; un reto más.

García detalla que las dosis vienen en paquetes de seis y, una vez destapadas tienen hasta seis horas para utilizarlas. En caso de haber ausentismo se tiene lista una base de datos de respaldo para llamar a otras personas que estén en la lista de espera. A quienes pierdan su cita se la reagendarán, pero el llamado es a cumplir y evitar el desperdicio por ausentismo.

Con todas las fases de vacunación, Cundinamarca espera inmunizar a unas 2’040.000 personas, en un período de quince meses, que es el que ha establecido el Ministerio de Salud. Por lo pronto los esfuerzos se concentran en adelantar las fases uno y dos, cuyo objetivo es reducir las cifras de mortalidad. Más adelante se continuará con personas más jóvenes que tengan comorbilidades, para quienes se requerirá un mayor número de vacunadores y habrá un reto adicional: el identificarlos, pues según García aún no se conocen las fuentes de información que definirá el Ministerio de Salud para aplicar estos filtros.

La meta nacional es vacunar a 25,2 millones de colombianos, con los cuales se alcanzaría la inmunidad de rebaño. La pandemia no termina y el compromiso continúa siendo de todos: de las autoridades territoriales, al garantizar la adecuada distribución de las vacunas; de la ciudadanía, al cumplir con sus citas de vacunación, y de los prestadores de salud, al suministrar adecuadamente las dosis y realizar una correcta disposición final de las agujas y demás residuos que genere este proceso.

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