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Bogotá a Cielo Abierto (BACA) fue un programa piloto que surgió en el punto más crítico de la pandemia. El sector de la gastronomía, por ese entonces, fue el más afectado. Al 15 de enero del 2021 ya habían cerrado 11.000 establecimientos. En medio de la angustia y el rebusque, desde la Alcaldía se pensó en programas que dieran un respiro en la emergencia, no solo sanitaria sino económica, que al final iban de la mano, pues no se podía reactivar la economía sin pensar en los protocolos de bioseguridad.
Los espacios al aire libre fueron los más seguros para esa reactivación. Así se planeó BACA, dirigida al sector gastronómico, permitiéndole sacar sus mesas a la calle, para ampliar el espacio y garantizar el distanciamiento social. Sus comerciantes lo vieron como una buena política, pero con una oferta reducida. En total 276 negocios se sumaron a la prueba piloto y hoy siguen operando bajo el mismo programa. Se calcula que al mes, entre todos, venden más de $14.463 millones y atienden a 201.376 personas.