Defendiendo espacios verdes

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Como este colectivo hay otras comunidades que han pasado de la simple indignación a organizarse para proteger zonas con un valor ambiental, dando lugar a debates ciudadanos y convirtiéndolos en tema de las agendas de los medios de comunicación. Les contamos la historia de algunos de estos grupos que estuvieron el jueves en el conversatorio “Espacios verdes versus urbanismo depredador”, en la Escuela Colombiana de Carreras Industriales (ECCI).

Red de Amigos de la Reserva Thomas van der Hammen
Este colectivo se conformó desde el año 2000 para trabajar por la protección de la Reserva Thomas van der Hammen, el bosque urbano que pasa por 1.400 hectáreas de las localidades de Suba y Usaquén. El grupo está conformado por organizaciones ambientales, indígenas y culturales, así como por propietarios de predios de la zona.

 

Fernando Gómez, promotor de la red, cuenta que uno de los peligros que hoy tiene la reserva, luego de que fue declarada oficialmente y de que la CAR firmara el Plan de Manejo Ambiental (PMA) para protegerla, es que falta dinero para hacer tareas como comprar los predios privados donde hay que recuperar el suelo y el bosque nativo. Incluso hay un par de demandas contra la declaratoria de la reserva interpuestas por habitantes de la zona, que la consideran como un perjuicio a su patrimonio.

 

La red de amigos espera consolidar un comité de vigilancia que verifique el cumplimiento del PMA y así se protejan no sólo la fauna y la flora del bosque, sino también los acuíferos que se han acumulado allí.

Por el parque zonal Hacienda Los Molinos
En la localidad de Rafael Uribe Uribe, la comunidad y propietarios de un lote de 26 hectáreas llamado Hacienda Los Molinos han trabajado por que el terreno se convierta en un parque. El lugar es conocido porque fue invadido por bandas de “tierreros” para urbanizarlo ilegalmente y estafar a 160 familias de pocos recursos.

 

Los tierreros finalmente fueron capturados y la Corte Constitucional ordenó en 2013 que el Distrito reubicara a las familias que se habían asentado allí y fueron estafadas. Aunque el Distrito dejó en firme su intención de comprar la hacienda para convertirla en parque, no está listo el dinero para hacerlo realidad. “El sur no tiene muchos espacios verdes, así que cómo íbamos a dejar que el terreno quedara invadido por los tierreros.

 

Ahora lo estamos cuidando y sabemos que es importante porque permite conectar el parque Entrenubes y el río Tunjuelo. Hubiéramos ganado mucho más si se urbanizaba, pero eso no era lo que quería mi padre”, cuenta Rosario Morales, una de las propietarias originales del predio que sigue trabajando en su conservación.


Lucha en La Conejera
A pesar de que el Ministerio de Ambiente señaló en días pasados que la construcción Reserva Fontanar no afecta el humedal La Conejera (localidad de Suba), la comunidad que ha defendido el ecosistema espera que los jueces decidan revocar la licencia de la constructora.

Vecinos del humedal se unieron desde marzo de 2014 para defender este espacio de la urbanización que se planea construir, en la que están involucrados algunos familiares políticos del alcalde Gustavo Petro, y en septiembre instalaron un campamento en el lugar como muestra de resistencia.

Gina Díaz, vocera de la comunidad, dice que ven como un triunfo que, luego de las denuncias, la constructora tenga que reubicar 4% de su proyecto que estaba en el área de preservación del humedal.

Amigos de la Montaña
La denuncia sobre las posibles irregularidades en la licencia de construcción que obtuvo el proyecto de construcción Cerro Verde, en la reserva de los cerros orientales, es uno de los hechos que hizo más visible al colectivo Amigos de la Montaña.

El colectivo surgió de un grupo de caminantes que empezaron a recorrer los cerros orientales en la quebrada La Vieja. Camilo Reales, uno de sus integrantes, recuerda que fue creciendo sencillamente porque saludaban a los demás caminantes y se creó un espacio amigable. Algo con lo que de paso buscan cambiar la mirada de los ciudadanos hacia este bosque oriental de la capital para promover su uso público, respetando la naturaleza, y hacer aportes para conservar la montaña.

Humedal Salitre El Greco
La Asociación de Vecinos de Teusaquillo logró a finales de 2012 que no se ubicara el “pesebre más grande del mundo” en una gran zona verde comprendida entre las calles 26 y la 53, entre carreras 60 y 66 A, conocida como humedal Salitre El Greco, que hace parte del parque Simón Bolívar. Fue la primera batalla por proteger el lugar, pero luego llegó la alerta por el gran proyecto del Gobierno para renovar el CAN.

El terreno tiene 30 hectáreas y “semejante espacio verde en cualquier ciudad es un lujo”, dice Ángela Escobar, secretaria de la asociación que está en contra de que se urbanice el lote, pues consideran que allí debe expandirse el parque Simón Bolívar, como se previó hace 30 años.

“La excusa del Gobierno y el Distrito es que Teusaquillo es la localidad con más espacio público verde porque tiene al Simón Bolívar, pero hay que recordar que es un parque metropolitano que visitan los habitantes de muchas partes de la ciudad y no sólo beneficia a nuestra comunidad”, reclama Ángela.