Denuncian que operador de Doña Juana continúa incumpliendo sus obligaciones

El relleno sanitario Doña Juana no se ampliará ni funcionará más allá de 2022. Ante la incertidumbre de qué pasará con la zona de disposición de residuos, desde el Concejo se hizo un nuevo llamado porque se siguen presentando dificultades en la prestación de servicio, tal como ya advirtió la Procuraduría hace cinco meses. Según la bancada del Partido MIRA, hay un reiterado incumplimiento por parte del Consorcio CGR, actual operador del botadero, sobre todo en los temas relacionados con el control de vectores, el tratamiento de lixiviados y la certificación de la norma ISO 14001. Según los cabildantes de dicha bancada, todo esto afecta el medio ambiente y los procesos de disposición de residuos.

Aunque la bancada reconoce que el Distrito ha multado al operador debido a que los incumplimientos se presentan desde 2016, asegura que estas acciones se deben adelantar de manera más enérgica y que el incumplimiento es sistemático. Y es que, sumado a la presencia de vectores en barrios aledaños, las condiciones del relleno han sido tan adversas que en 2018 CGR fue multado en dos ocasiones, una por el Distrito y otra la Superintendencia de Servicios Públicos, mientras que la Contraloría, la Fiscalía y la Personería abrieron investigaciones por el manejo de Doña Juana.

“El indebido manejo de lixiviados le representan al Distrito deudas por más de 1.600 millones de pesos. Esto es grave tanto para las finanzas del Distrito como para el medio ambiente, no sólo de Bogotá, sino de todo el país, ya que los lixiviados son vertidos al río Tunjuelito, afluente del río Bogotá, que desemboca en el río Magdalena, advirtió Olga Victorio Rubio, concejal de MIRA.

Por su parte, para Luz Mireya Camelo es imperante que los entes de control sigan revisando la situación, y en especial el cumplimiento de un laudo arbitral que ya venció y que fue emitido por el Tribunal de Arbitramiento de la Cámara de Comercio, en el que se había ordenado la optimización del manejo de lixiviados de seis meses. Camelo también mostró su preocupación por la manera en que las administraciones distritales han manejado la recolección de basuras en la capital. “Pareciera que las licitaciones hubieran estado enfocadas a enterrar las basuras y no a aprovecharlas”, aseguró la cabildante.

Pese a que al relleno no le quedan más de cuatro años de vida útil, y a que el Distrito busca que le autoricen la construcción de una cuarta fase para ampliarlo 330 hectáreas, para la bancada que hace el llamado de atención el Distrito debe enfocarse más que en ampliar la vida útil de Doña Juana y que se sigan enterrando los residuos, en contemplar opciones como sistemas de gasificación u otras formas con las que se puedan aprovechar los residuos para la generación de  energía eléctrica.

En enero, la Procuraduría pidió al operador agilizar los procesos sancionatorios ante los posibles riesgos medioambientales, y le recordó al Distrito que la carencia del sistema de tratamiento de lixiviados y la recolección y evacuación de gases se deben a la falta de una planta para tratar los líquidos que genera la basura y de organización de la operación del relleno, y que habrían sido una de las causas de los derrumbes del relleno en 1995 y 2015.

Como en tres años termina la licencia ambiental del relleno, la idea siempre ha sido adquirir más terrenos en las veredas aledañas para ampliarlo. No obstante, la propuesta fue rechazada por los vecinos de la zona, quienes llevan 14 años luchando por acabar con Doña Juana, debido a las plagas de moscas y ratas, sumadas a las enfermedades que han provocado las basuras a la población

El relleno sanitario Doña Juana no se ampliará ni funcionará más allá de 2022. Ante la incertidumbre de qué pasará con la zona de disposición de residuos, desde el Concejo se hizo un nuevo llamado porque se siguen presentando dificultades en la prestación de servicio, tal como ya advirtió la Procuraduría hace cinco meses. Según la bancada del Partido MIRA, hay un reiterado incumplimiento por parte del Consorcio CGR, actual operador del botadero, sobre todo en los temas relacionados con el control de vectores, el tratamiento de lixiviados y la certificación de la norma ISO 14001. Según los cabildantes de dicha bancada, todo esto afecta el medio ambiente y los procesos de disposición de residuos.

Aunque la bancada reconoce que el Distrito ha multado al operador debido a que los incumplimientos se presentan desde 2016, asegura que estas acciones se deben adelantar de manera más enérgica y que el incumplimiento es sistemático. Y es que, sumado a la presencia de vectores en barrios aledaños, las condiciones del relleno han sido tan adversas que en 2018 CGR fue multado en dos ocasiones, una por el Distrito y otra la Superintendencia de Servicios Públicos, mientras que la Contraloría, la Fiscalía y la Personería abrieron investigaciones por el manejo de Doña Juana.

“El indebido manejo de lixiviados le representan al Distrito deudas por más de 1.600 millones de pesos. Esto es grave tanto para las finanzas del Distrito como para el medio ambiente, no sólo de Bogotá, sino de todo el país, ya que los lixiviados son vertidos al río Tunjuelito, afluente del río Bogotá, que desemboca en el río Magdalena, advirtió Olga Victorio Rubio, concejal de MIRA.

Por su parte, para Luz Mireya Camelo es imperante que los entes de control sigan revisando la situación, y en especial el cumplimiento de un laudo arbitral que ya venció y que fue emitido por el Tribunal de Arbitramiento de la Cámara de Comercio, en el que se había ordenado la optimización del manejo de lixiviados de seis meses. Camelo también mostró su preocupación por la manera en que las administraciones distritales han manejado la recolección de basuras en la capital. “Pareciera que las licitaciones hubieran estado enfocadas a enterrar las basuras y no a aprovecharlas”, aseguró la cabildante.

Pese a que al relleno no le quedan más de cuatro años de vida útil, y a que el Distrito busca que le autoricen la construcción de una cuarta fase para ampliarlo 330 hectáreas, para la bancada que hace el llamado de atención el Distrito debe enfocarse más que en ampliar la vida útil de Doña Juana y que se sigan enterrando los residuos, en contemplar opciones como sistemas de gasificación u otras formas con las que se puedan aprovechar los residuos para la generación de  energía eléctrica.

En enero, la Procuraduría pidió al operador agilizar los procesos sancionatorios ante los posibles riesgos medioambientales, y le recordó al Distrito que la carencia del sistema de tratamiento de lixiviados y la recolección y evacuación de gases se deben a la falta de una planta para tratar los líquidos que genera la basura y de organización de la operación del relleno, y que habrían sido una de las causas de los derrumbes del relleno en 1995 y 2015.

Como en tres años termina la licencia ambiental del relleno, la idea siempre ha sido adquirir más terrenos en las veredas aledañas para ampliarlo. No obstante, la propuesta fue rechazada por los vecinos de la zona, quienes llevan 14 años luchando por acabar con Doña Juana, debido a las plagas de moscas y ratas, sumadas a las enfermedades que han provocado las basuras a la población