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En el Día del Árbol, este 29 de abril, la secretaría de Ambiente (SDA) destacó los avances en restauración ecológica de la ciudad. Hasta el momento, se han sembrado más de 105.657 individuos vegetales nativos en las Reservas Distritales de Humedal, los Parques Distritales Ecológicos de Montaña, los Cerros Orientales y la Reserva Thomas van der Hammen.
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Siembra en los Cerros Orientales
El foco ha estado en recuperar ecosistemas estratégicos con especies nativas, fundamentales para la conservación de la biodiversidad y la regulación del clima.
En los Cerros Orientales, se han restaurado 487,1 hectáreas, incluyendo la siembra en 116,41 hectáreas nuevas en el predio La Serranía, uno de los sectores más afectados por los incendios forestales de 2024.
Adicionalmente, el mantenimiento de 370,68 hectáreas plantadas en administraciones anteriores.
La extracción de la fauna silvestre no solo genera efectos negativos a los animales, también tiene un impacto en la biodiversidad del país 🐍🐒🐵🐦.
— Secretaría de Ambiente (@Ambientebogota) April 29, 2025
En 2024 ejecutamos estrategias contundentes para su protección. #EnAmbienteSíPasa Así avanzamos: pic.twitter.com/ZhPx3HLdjB
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Además, según Distrito, en marzo se realizó la siembra de 1.400 árboles nativos en el cerro El Cable, otro de los ecosistemas afectados por los incendios. Allí, se plantaron diferentes especies nativas, como: encenillo, gaque y uva camarona, fundamentales para la recuperación del suelo.
Las plantas provienen del vivero Ceresa, uno de los más grandes del Distrito y administrado por la SDA, donde se producen más de 170.000 árboles y arbustos de especies nativas.
¿Por qué y para qué estos árboles?
Los procesos de restauración ecológica buscan devolverles a los Cerros Orientales y a otros ecosistemas estratégicos de Bogotá su equilibrio natural. Las especies seleccionadas no solo son propias del bosque altoandino, subpáramo y páramo, sino que ofrecen beneficios directos para la calidad del aire y la biodiversidad.
Las plantas nativas absorben dióxido de carbono (CO₂) y liberan oxígeno, con esto ayudan a purificar el aire. Además, especies como los lupinos fijan nitrógeno, lo que mejora la calidad del suelo. Mientras que otras, como el mortiño, sirven de alimento para la fauna local, favoreciendo así la regeneración natural del ecosistema.
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A diferencia de los bosques de especies introducidas, que pueden alterar los ciclos naturales y desplazar la flora propia, los bosques restaurados con especies nativas permiten una recuperación más rápida, sostenible y respetuosa con el entorno, que garantiza la recuperación de los suelos y el equilibrio ambiental a largo plazo.
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Por Redacción Bogotá
