Este jueves Bogotá lucirá distinta. Los trancones, la densa capa de esmog y el ruido de los carros se esfumará casi por completo. A partir de las 5:00 a.m. los bogotanos podrán contemplar al desnudo el frío asfalto de las avenidas, respirar un aire menos contaminado y sentir un ambiente más tranquilo. Se trata de un paisaje idílico que la ciudadanía experimenta cada año en la jornada del Día sin Carro. Aunque, por las obras, este año solo podrá realizarse una vez (antes se hacían dos), la sensación, aunque efímera, refuerza la necesidad de mejorar la movilidad en Bogotá.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Más información sobre Bogotá: Resaltos parabólicos: obra para ponerle freno a muerte de motociclistas en Bogotá
Lo anterior porque, a partir de este viernes, y hasta febrero del próximo año, esta ciudad poco contaminada y sin congestión volverá a su normalidad de trancones y contaminación. De hecho, este mismo aspecto es el que sirve de argumento a los detractores de la medida, quienes resaltan que el Día sin Carro y sin Moto no es más que un saludo a la bandera y un mero acto simbólico sin incidencia.
Sin embargo, para las administraciones, que honran este mandato ciudadano, y los expertos en movilidad y ambiente, la jornada sigue siendo un gran espacio de reflexión para los tomadores de decisiones por la evidencia que pueden recolectar para mejorar los mecanismos de movilidad y la logística de futuras jornadas; también para el ciudadano, quien al dejar por un día su carro puede encontrar una oportunidad para cambiar de hábitos. O incluso las empresas, que tienen la posibilidad de revisar su productividad permitiendo a sus empleados trabajar desde casa.
En resumen, todas las experiencias, colectivas e individuales, producen conocimiento y nuevas formas de relacionarse con la ciudad, que podrían ir más allá de un día. Factores como el aire, los trancones y la calidad de vida son aspectos que pueden seguir mejorando al término de la jornada.
Calidad del aire y movilidad
Allende los trancones y las mejoras significativas en la movilidad, la calidad del aire es uno de los principales beneficios en los días sin carro y sin moto. Durante 16 horas, la ciudad deja de emitir, en promedio, 12.000 toneladas de C02, una reducción del 51 % respecto a la contaminación de los demás días del año, lo que permite a los bogotanos respirar un aire de una calidad infinitamente superior a la ordinaria. El dato pesa incluso en localidades como Fontibón, Kennedy y Tunjuelito, en donde el material particulado suele exceder los límites recomendados por la OMS.
De otro lado, también se reduce la contaminación auditiva. Las estaciones de monitoreo, según los reportes de los últimos cuatro días sin carro, registran 20 % menos de ruido. Aunque algunas administraciones, como las de Gustavo Petro, Enrique Peñalosa y Claudia López han intentado extender estos beneficios, con más días sin carro al año, hay enseñanzas que se pueden aplicar sin recurrir a este método, en especial ahora que la ciudad y el futuro sistema de transporte están en construcción.
Además de otras medidas como la pavimentación de vías y las etiquetas y controles a los vehículos de carga, la perduración de los efectos del Día sin Carro recaen en la ciudadanía. Mediciones y estudios sobre el uso de la bicicleta, por ejemplo, señalan que una persona que cambia su carro por la bicicleta puede reducir 4,4 g de CO2 al día (que equivale a 1,6 toneladas al año) y 0,04 g de material particulado al día (que equivale a 14,4 g al año).
En un Día sin Carro, en promedio, se registra la circulación de 1,1 millones de ciclistas, lo cual contribuye, en gran medida, a reducir las emisiones de CO2. En cambio, en un día ordinario, se movilizan casi 880.000 ciclistas en la capital, lo que demuestra la preferencia de la ciudad por este medio de transporte. No obstante, si se lograra llegar a un millón de ciclistas todos los días, la ciudad reduciría la emisión de 29 millones de toneladas de CO2 al año.
Empero, el incremento soñado en la cantidad de biciusuarios no está solo en manos de la gente. La construcción de más ciclorrutas y, sobre todo, las garantías de seguridad (en 2024 se registraron 6.892 robos de bicicletas) son medidas que, sin duda, estimularían más el uso de este vehículo.
Teletrabajo
Bogotá presenta inequidades territoriales de toda índole (espacio público, oferta institucional, de infraestructura, etc.). Sin embargo, la asimetría del corredor oriental respecto a las periferias y los núcleos productivos es todavía más extensa. El 60 % de los bogotanos viven lejos de sus trabajos y tardan en promedio una hora en llegar, de acuerdo con las cifras de la última encuesta de movilidad. Esto se debe a una inequidad progresiva entre la concentración del trabajo que hay en el centro y norte de la ciudad respecto a otras zonas. Si bien, el actual POT busca zanjar esta situación con modelos de renovación urbana, para acercar la vivienda a los centros de producción, dicha promesa está, al menos, a décadas de materializarse. Mientras esto ocurre, la opción del trabajo en casa sería útil para aquellos que tengan la posibilidad de realizar sus labores desde la comidad de su hogar.
El Ministerio TIC estima que en el país hay 868.792 teletrabajadores, de los cuales 574.705 están en Bogotá, siendo la ciudad con más presencia de esta modalidad. Ahora bien, estas 500.000 personas son una carga menos para la movilidad en la ciudad. Un incremento sustancial en este tipo de trabajadores se traduciría en una menor cantidad de carros en las vías, más espacio en el atiborrado sistema de transporte público y, por supuesto, una mejor calidad de vida. Según los resultados de la encuesta de movilidad, cada día se realizan en Bogotá más de 13 millones de viajes, de los cuales el 31,7 % son para ir a trabajar.
Pese a esto, y poseer personal con la capacidad de realizar sus labores desde la casa, algunas empresas continúan optando por el trabajo presencial, debido a problemas de tipo organizacional (baja productividad) y de ciberseguridad, de acuerdo con el último estudio del Ministerio de las TIC. Frente a esto, el Distrito y el Gobierno nacional adelantan campañas de capacitación y fortalecimiento de capacidades, para resolver estos inconvenientes y motivar a las empresas a generar más contratos de teletrabajo.
Si es de los que debe salir hoy a la calle, no olvide que gran parte de la prolijidad que experimentará mientras recorre Bogotá puede ser fácilmente extensible a los demás días del año. No se trata de un mero saludo a la bandera, sino de una ventana alcanzable del panorama que merecemos recibir todos los bogotanos de nuestra ciudad. Pero, igual que cada sueño de plenitud, no se trata solo de pensarlo, sino de construirlo; y a partir de esta jornada 25 del Día sin Carro se podría comenzar.
Continúe leyendo la sección: Ruido y peligro: persisten los piques ilegales en las calles de Bogotá.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.