La escena fue aterradora. El hijo de José Isidro Cantor González, de 59 años, y Ana Benita Montoya Rodríguez, de 62 años, encontró a sus padres sin vida, dentro su casa, en zona rural del barrio Mochuelo Alto, en Ciudad Bolívar. El caso fue casi a las 4:40 p.m. del sábado y, según el teniente coronel Julio César Botero, comandante de la estación de Policía de Ciudad Bolívar, las víctimas presentaban heridas con arma blanca.
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Esta pareja la recuerda la comunidad como dos campesinos, que, gracias al cultivo de papas, arveja, cilantro sacaron a sus tres hijos adelante. “Ellos no tenían problemas con nadie. Se dedicaron a criar a sus hijos desde la honradez y la responsabilidad. Eran unos padres amorosos”, recuerda uno de sus sobrinos.
Antes del doble homicidio, cuenta el hijo de las víctimas, don José lo llamó a la 1:57 p.m. para dejarle la razón de dónde le dejaba las llaves. Pero le advirtió algo más: “Había cinco muchachos rondando la casa y que, incluso, reconoció a uno: era trabajador de su socio”. Horas después fue que el joven regresó a casa y encontró a su padre muerto cerca de la puerta, al igual que a su madre, quien yacía marrada de pies y manos. El doble crimen apuntaría a un hurto, pues se llevaron un vehículo y una moto.
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La velación de esta pareja fue este lunes, en medio de la tristeza e indignación por la crueldad del crimen; lo que significaban ellos para su comunidad, y el fuerte llamado de sus familiares a las autoridades, pues dicen que los olvidaron. “Este tipo de casos nunca se había visto. El año pasado fue la última mesa de trabajo con el Distrito y la Policía, pero dicen que tienen solo dos patrulleros en moto, que también tienen que hacer rondas en otros barrios. Está álgido el tema de seguridad”.
Según cifras de la Policía de Bogotá, este año se han registrado 74 homicidios en Ciudad Bolívar, un aumento del 34,5 % (19 casos más), respecto al mismo periodo del año pasado. De este universo, 41 fueron por hechos de sicariato; 17, por intolerancia; 15, por establecer, y uno por violencia intrafamiliar. “Para contrarrestar la situación, se ha reforzado la presencia policial permanente (80 uniformados entre semana, 250 los fines de semana) en puntos críticos como Paraíso, Vista Hermosa, Santo Domingo”, agrega la institución.
La amenaza a líderes sociales
Mientras El Mochuelo atraviesa la conmoción por el doble homicidio, sus líderes sociales, así como los de otros barrios de Ciudad Bolívar, viven en un agotable temor, ante la posibilidad de ser asesinados. ¿La razón? Un panfleto, supuestamente, a nombre del Eln, aunque por las características de los últimos casos, hay dudas.
El concejal de Bogotá, Juan David Quintero, así lo explica: “Esto es algo que viene ocurriendo desde el año pasado, tras el asesinato de la lideresa Alba Rocío Riaño. Y posiblemente está asociado a tres factores: urbanización informal; control territorial de expendio de microtráfico, y extorsión. Lo curioso es que van cambiando los victimarios”.
Una de las víctimas, quien pidió reserva de su identidad, dio cuenta de ello. El 3 de junio de 2022 le llegó el primer panfleto amenazante, firmado por Águilas Negras. El segundo llegó el 18 de abril de 2024 a nombre de los escuadrones de la muerte. El otro fue el 2 de octubre de 2024, que decía Autodefensas Gaitanistas de Colombia frente capital. El más reciente, el del lunes 7 de abril, estaba con las siglas del Eln, frente de guerra urbano.
En la amenaza, 18 líderes y lideresas sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos, son perfilados en 11 barrios de la localidad. Uno de los panfletos llegó por medio de una mujer, quien además de entregar la amenaza, bendijo a una de las víctimas y se fue. El hecho fue puesto en conocimiento en la dirección de Derechos Humanos de la alcaldía local y de la Fiscalía, que aperturó una noticia criminal.
“A nosotros no nos interesa la actividad económica de nadie y menos de organizaciones al margen de la ley. Lo que queremos es salvar la vida de nuestras familias y la propia. Hemos sido desplazados de nuestra localidad. Pasando muchas necesidades. No nos dan un arriendo o trabajo, porque nos dicen que tenemos la lápida detrás”, denuncia otro líder social, quien pidió la reserva de su nombre por seguridad.
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Otra víctima, lideresa de su comunidad, cuenta con hastío de que nadie los escucha. “No podemos salir o trabajar tranquilos. La UNP me tiene un chaleco antibalas y un celular, pero ¿cómo me voy a defender con eso? Acá las muertes son llevar una corona, el sentido pésame y ya. Pero no nos dicen quién fue. Y estamos con temor que seamos los próximos. Así se lo hemos dicho a las entidades que se reúnen con nosotros”.
Durante 2024, Indepaz registró el asesinato de seis líderes sociales: Claudia Esther Ocampo (líder animalista), Alba Rocío Riaño (lideresa comunal en Ciudad Bolívar), Camila Ospitia y Camilo Sánchez (líderes juveniles y de infancia de la localidad de Bosa), Martín Emilio Rodríguez (defensor de DD.HH) y Jaime Roncancio (fundador de turismo comunitario en el barrio Egipto). A pesar de que en la localidad han aparecido grafitis y banderas en puentes peatonales del Eln, la Policía asegura que detrás están grupos de delincuencia común, que estarían suplantando al grupo al margen de la ley.
En contraste, el director del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, Ricardo Arias, advierte que hay un imaginario desdibujado sobre la presencia de esta clase de grupos en la ciudad. “Aquí debemos entender que la ciudad tiene características propias que inciden para que este tipo de estructuras permeen bajo otros métodos. Por ejemplo, lo hacen a través de organizaciones criminales ya consolidadas en la capital, con las cuales hacen pactos de colaboración para amedrentar a la población civil y llevar a cabo otro tipo de actividades delictivas. Esto es, más o menos, parecido a un modelo de subcontratación, en el que, sin necesidad de una presencia directa, mantienen la incidencia en la ciudad”, precisó.
Los familiares de José y Ana esperan el esclarecimiento del doble asesinato y los líderes sociales, un esquema de seguridad más robusto, que les permita tener una vida digna. Las autoridades ya tienen pleno conocimiento de la inseguridad que vive Ciudad Bolívar, ahora es momento de ajustar las respuestas.
Feminicidio en Ciudad Bolívar: la mató su expareja
En la noche del sábado 12 de abril se registró otro feminicidio en Bogotá. Esta vez la víctima fue una joven recicladora, de 30 años, en Ciudad Bolívar. La mujer llegó a su casa, luego de una jornada laboral. Sin embargo, lo que debía ser una noche de descanso se vio perturbada por su expareja, quien llegó a su vivienda y la atacó con un arma cortopunzante, hasta que le causó la muerte. Minutos después, al ver la escena, la actual pareja de la víctima se abalanzó sobre el agresor y, con otra arma blanca, lo atacó hasta quitarle la vida.
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Finalmente, llegaron las autoridades a la vivienda, capturaron al único que quedó vivo y luego realizó la inspección de los cuerpos y el levantamiento. El detenido quedó a disposición de la autoridad competente, que lo procesará por homicidio. La Fiscalía adelantará la investigación para precisar si el crimen fue o no en legítima defensa.
Este año, el ente acusador ha tipificado cuatro feminicidios en Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y San Cristóbal.
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