Dudas por prueba de alcoholemia
Familiares de Guillermo Rincón, el taxista que falleció el domingo pasado después chocar con el carro de un subteniente de la Policía, señalan que hubo irregularidades en el proceso.
Redacción Bogotá
Sentimientos de dolor e incertidumbre se han apoderado de la familia de Guillermo Rincón, un taxista de 51 años que murió el pasado domingo tras un choque con un carro particular en la calle 22 con carrera 94 (localidad de Fontibón). Los familiares de la víctima denuncian posibles irregularidades en la investigación preliminar. El hombre que conducía el carro era Iván Darío Prieto, subteniente de la Policía Antinarcóticos. Aunque inicialmente la Policía señaló que él conducía en estado de embriaguez, una contramuestra analizada por Medicina Legal desvirtuó esta información. Por esta razón, la Fiscalía no solicitó medida de aseguramiento en contra del oficial.
De acuerdo con las autoridades, eran las 6:30 a.m. cuando Guillermo Rincón cumplía su turno en el taxi y fue chocado por otro carro, que invadió su carril. Según testigos y autoridades que atendieron el accidente, Prieto (quien iba con dos acompañantes) presuntamente conducía en estado de embriaguez.
“Nosotros intentamos auxiliar al taxista, que estaba inconsciente, y luego verificar a los demás. Notamos que el hombre del carro particular tenía tufo y que no venía solo. También estaba una mujer, que fue remitida a la clínica Colombia, y un hombre que después desapareció”, aseguró Andrés de la Torre, testigo del accidente.
Según la Policía de Tránsito, a Prieto le practicaron tres pruebas de alcoholemia. Las primeras dos determinaron que el subteniente sí conducía bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, la tercera prueba, realizada tres horas después por Medicina Legal, salió negativa y por eso el entonces detenido ahora está en libertad. Su caso será remitido a un fiscal seccional de Bogotá para seguir con la investigación.
Lo preocupante para los familiares y el gremio taxista es que este caso quede en la impunidad, pues de acuerdo con sus declaraciones, “si no es por los taxistas, los policías habrían podido encubrir al conductor”. De acuerdo con De la Torre, los taxistas que estaban en el lugar fueron al CAI de Hayuelos para corroborar que se estuvieran haciendo los trámites correspondientes.
Kenna Rincón, hija del taxista fallecido, le dijo a este diario que el que hombre que acompañaba al subteniente Prieto desapareció tras el accidente. Para ella y otros testigos, queda el interrogante de quiénes lo acompañaban en el carro, pues hasta ahora las autoridades desconocen sus nombres y su paradero. “Cuando llegamos, Guillermo estaba muerto. Los taxistas me dijeron que tuviera cuidado, porque el que iba conduciendo era un policía. Luego nos dimos cuenta de que uno de los acompañante se había volado”, agregó la hija.
A la presión de los familiares se suma la del gremio de taxistas. Uno de los voceros en pronunciarse sobre este caso fue Hugo Ospina, presidente de la Asociación Nacional de Taxistas: “Estamos indignados y vamos a convocar a los taxistas, porque no es posible que en el dictamen de tránsito el conductor aparezca con grado uno de alcoholemia y tres horas más tarde Medicina Legal diga lo contrario. ¿A qué entidad le creemos? ¿Si alguien conduce borracho es inocente hasta que Medicina Legal demuestre lo contrario?”.
En mayo de este año la Policía reportó una reducción del 62% en la cifra de conductores ebrios en la capital respecto al año pasado. Mientras que en los primeros cinco meses de 2013 las autoridades registraron 5.020 pruebas de alcoholemia positivas, en el mismo período de este año la cifra se redujo a 1.865. De estos casos, solamente 49 correspondieron a mujeres. El 54% de los conductores borrachos fueron motociclistas y el 46% fueron conductores de carros. La reducción de accidentes relacionados con el consumo de alcohol, según la Policía de Tránsito, está relacionada con la efectividad de la ley que endureció las multas contra los conductores ebrios. Desde diciembre del año pasado, las multas por conducir en estado de embriaguez ascendieron: si la prueba de alcoholemia registra grado 1, la suspensión de la licencia es de tres años y la sanción económica asciende a $3’537.000. En grado 3, la licencia es suspendida por 10 años y la multa alcanza $14’148.000.
Sentimientos de dolor e incertidumbre se han apoderado de la familia de Guillermo Rincón, un taxista de 51 años que murió el pasado domingo tras un choque con un carro particular en la calle 22 con carrera 94 (localidad de Fontibón). Los familiares de la víctima denuncian posibles irregularidades en la investigación preliminar. El hombre que conducía el carro era Iván Darío Prieto, subteniente de la Policía Antinarcóticos. Aunque inicialmente la Policía señaló que él conducía en estado de embriaguez, una contramuestra analizada por Medicina Legal desvirtuó esta información. Por esta razón, la Fiscalía no solicitó medida de aseguramiento en contra del oficial.
De acuerdo con las autoridades, eran las 6:30 a.m. cuando Guillermo Rincón cumplía su turno en el taxi y fue chocado por otro carro, que invadió su carril. Según testigos y autoridades que atendieron el accidente, Prieto (quien iba con dos acompañantes) presuntamente conducía en estado de embriaguez.
“Nosotros intentamos auxiliar al taxista, que estaba inconsciente, y luego verificar a los demás. Notamos que el hombre del carro particular tenía tufo y que no venía solo. También estaba una mujer, que fue remitida a la clínica Colombia, y un hombre que después desapareció”, aseguró Andrés de la Torre, testigo del accidente.
Según la Policía de Tránsito, a Prieto le practicaron tres pruebas de alcoholemia. Las primeras dos determinaron que el subteniente sí conducía bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, la tercera prueba, realizada tres horas después por Medicina Legal, salió negativa y por eso el entonces detenido ahora está en libertad. Su caso será remitido a un fiscal seccional de Bogotá para seguir con la investigación.
Lo preocupante para los familiares y el gremio taxista es que este caso quede en la impunidad, pues de acuerdo con sus declaraciones, “si no es por los taxistas, los policías habrían podido encubrir al conductor”. De acuerdo con De la Torre, los taxistas que estaban en el lugar fueron al CAI de Hayuelos para corroborar que se estuvieran haciendo los trámites correspondientes.
Kenna Rincón, hija del taxista fallecido, le dijo a este diario que el que hombre que acompañaba al subteniente Prieto desapareció tras el accidente. Para ella y otros testigos, queda el interrogante de quiénes lo acompañaban en el carro, pues hasta ahora las autoridades desconocen sus nombres y su paradero. “Cuando llegamos, Guillermo estaba muerto. Los taxistas me dijeron que tuviera cuidado, porque el que iba conduciendo era un policía. Luego nos dimos cuenta de que uno de los acompañante se había volado”, agregó la hija.
A la presión de los familiares se suma la del gremio de taxistas. Uno de los voceros en pronunciarse sobre este caso fue Hugo Ospina, presidente de la Asociación Nacional de Taxistas: “Estamos indignados y vamos a convocar a los taxistas, porque no es posible que en el dictamen de tránsito el conductor aparezca con grado uno de alcoholemia y tres horas más tarde Medicina Legal diga lo contrario. ¿A qué entidad le creemos? ¿Si alguien conduce borracho es inocente hasta que Medicina Legal demuestre lo contrario?”.
En mayo de este año la Policía reportó una reducción del 62% en la cifra de conductores ebrios en la capital respecto al año pasado. Mientras que en los primeros cinco meses de 2013 las autoridades registraron 5.020 pruebas de alcoholemia positivas, en el mismo período de este año la cifra se redujo a 1.865. De estos casos, solamente 49 correspondieron a mujeres. El 54% de los conductores borrachos fueron motociclistas y el 46% fueron conductores de carros. La reducción de accidentes relacionados con el consumo de alcohol, según la Policía de Tránsito, está relacionada con la efectividad de la ley que endureció las multas contra los conductores ebrios. Desde diciembre del año pasado, las multas por conducir en estado de embriaguez ascendieron: si la prueba de alcoholemia registra grado 1, la suspensión de la licencia es de tres años y la sanción económica asciende a $3’537.000. En grado 3, la licencia es suspendida por 10 años y la multa alcanza $14’148.000.