Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El hambre en Bogotá disminuyó en 2024: comedores comunitarios hicieron su aporte

En Bogotá, 564.000 personas salieron de la inseguridad alimentaria, según el DANE. Sin embargo, el 60% dijo que se han preocupado por no tener suficientes alimentos. Trabajar en estrategias estructurales, clave para que menos bogotanos se acuesten sin comer.

María Angélica García Puerto

23 de mayo de 2025 - 07:31 p. m.
Niños y adultos mayores, reciben alimento en el comedor comunitario del Barrio Pardo Rubio, Bogotá.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
PUBLICIDAD

La pandemia por el Covid19 mostró la peor cara del hambre en Bogotá. Los trapos rojos en las ventanas fue la señal de auxilio con el que las familias, confinadas y desempleadas, gritaban que no tenían qué comer. Con los años el ícono desapareció, pero no el hambre. No obstante, hoy hay menos familias con inseguridad alimentaria en la ciudad. Así lo indicaron el DANE y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en su último informe.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

En Colombia es claro que hay hogares con limitaciones para acceder a alimentos suficientes, en especial por falta de dinero o de otros recursos. Saber cuántos es la tarea de la encuesta sobre inseguridad alimentaria (Food Insecurity Experience Scale, FIES) que desde 2022 se aplica en el país para, a través de ocho preguntas, establecer la gravedad del fenómeno, sus consecuencias y, sobre todo, dar luces sobre políticas e intervenciones públicas más eficaces.

Lea más: Carril preferencial en la Séptima: una solución invadida por el desorden

La buena noticia es que la encuesta 2024 dice que en el país la inseguridad alimentaria disminuyó 0,6% frente a los datos 2023 (pasó de 26,1% a 25,5%). La mala es que aun 25 de cada 100 hogares colombianos enfrentan disminución en la cantidad, la calidad o la variedad de los alimentos. El panorama es peor, paradójicamente, en el campo, donde este fenómeno aumentó de 31,2% a 2023 a 34,2 % en 2024. ¿Las razones?, el cambio climático, los conflictos armados y el alza en los precios de los alimentos.

¿Y cómo está Bogotá?

Caldas (12,8%), Bogotá D.C. (13,9%) y Santander (16,2%) presentaron la menor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en el último año. Es decir, en la capital, según el secretario de Integración Social, Roberto Angulo, “logró una caída notable en inseguridad alimentaria total, al pasar de 21,2% a 13,9%, entre 2023 y 2024″. Esto representa que 564.000 personas salieron de esta condición.

Read more!

Frente a las condiciones que caracterizan la inseguridad alimentaria moderada o grave, como falta de dinero para llevar una dieta saludable; incertidumbre acerca de la capacidad de obtener alimentos; se saltó una comida, o se quedó sin alimentos ocasionalmente, se tiene que Bogotá, con un indicador de 13,9%, no solo redujo este fenómeno 7,3 % frente a las cifras de 2023, sino que consolida una tendencia que viene desde 2022, cuando el indicador estaba en 25,4%.

Por otro lado, respecto a la medición de inseguridad alimentaria grave, que básicamente es pasar hambre, porque el hogar se quedó sin alimentos o estuvo todo un día sin comer varias veces al año, la capital también mejoró 1,9% al pasar de 4,7% en 2023 a 2,8% el año pasado. Aquí, la disminución fue menos significativa que la inseguridad alimentaria moderada. En este aspecto obtuvieron mejores resultados departamentos Arauca (-7,1%), Vichada (-14,1%) y César (-3,6%).

“La reducción de la inseguridad alimentaria moderada o grave en Bogotá es una buena noticia. Es bastante, no solo en porcentaje absoluto, sino estadísticamente significativa”, resaltó Santiago Mazo, especialista en nutrición de la FAO. En cuanto a las ocho preguntas de la FIES, el DANE resaltó que el 60% de los hogares, según experiencias individuales, se ha preocupado por no tener suficientes alimentos para comer; el 42,7% consumió poca variedad de alimentos, y el 39,2% no pudo comer alimentos sanos o nutritivos.

Read more!

Los comedores comunitarios, claves para combatir el hambre

“La letra con hambre no entra”, dice el sacerdote Rodrigo Betancur. Desde hace 20 años, viene aportando a la alimentación infantil de niños y adultos mayores en Bogotá, de forma particular, a través de su Fundación Chaminade. Oriundo de Antioquia, llegó a la capital en 1998 para trabajar en un colegio de Rafael Uribe Uribe. Allí, junto a otros compañeros, evidenció la grave desescolarización de menores, por el fenómeno de desplazamiento forzado interno, y empezó a actuar.

Organizó una cocina y un comedor en una vivienda. A las familias que llegaban para acceder a los alimentos les puso una condición: que sus hijos estuvieran estudiando. “Todos los niños que pasan por nuestras aulas tienen acceso gratis al refrigerio, que normalmente, para muchos, es su desayuno. Luego siguen en clase y salen a almorzar”, detalló.

No ad for you

A lo largo de esta década, estima, han alimentado a cerca de 20.000 personas, fundamentalmente a niños y a jóvenes, pero también adultos mayores, madres cabeza de hogar o embarazadas, en los cuatro comedores comunitarios que operan actualmente, dos en los barrios Buenos Aires y La Paz, de Rafael Uribe Uribe; uno en La Fiscala, de Usme, y otro en El Recuerdo, de Ciudad Bolívar.

Le puede interesar: La protesta emberá que visibiliza la larga espera por el retorno

“El hambre entristece y opaca. Pero nosotros entendimos que debe haber también un trabajo detrás, para que se beneficien. Por ejemplo, antes no cobrábamos y ahora nos pagan $10 mil semanales por el almuerzo de lunes a viernes. Y a quienes no tienen, sí les damos un menú de beca por un mes, mientras se estabilizan económicamente”.

Martha Quiceno, madre cabeza de hogar, sabe lo que es aguantar hambre. Vive junto a sus dos hijos, de 10 y 12 años, en el barrio Danubio Azul, de la localidad de Usme. Tras perder su empleo en una fábrica de zapatos, ahora se dedica a asear viviendas, pero depende que la llamen a trabajar. Por eso, sus ingresos se han disminuido y el comedor comunitario de la Fundación ha sido una bendición para ella, en los últimos tres años. “No desayunamos. Yo espero a las 11:30 de la mañana para ir a almorzar. Y mis hijos, reciben el refrigerio en el colegio”, cuenta.

No ad for you

Martha relata que cuando tiene para un mercado, prioriza el aceite y el arroz. “Los más duro es que no alcanza para la carne, entonces comemos huevo, salchichón o pollo, pero eso cansa. Y cuando hay promociones, llevamos de esos paquetes de $2 mil de fruta. Mientras que en el comedor varían y siempre hay algo bueno, gracias a Dios”.

Como esta madre, el 33 % de los hogares bogotanos solo puede garantizar entre una y dos comidas al día; el 63% destinan menos de $600.000 mensuales a la compra de alimentos, y el 66 % garantizar la comida de su hogar con alimentos más económicos. Esto, según la encuesta de la Veeduría Distrital de Bogotá sobre Hambre Oculta y Seguridad Alimentaria en 2024.

“Estos resultados indican que la causa principal es el ingreso limitado de los hogares, ya que enfrentan dificultades para comprar alimentos ricos en nutrientes, más que una falta de conocimiento sobre la importancia de una dieta equilibrada”, acotó la Veeduría.

¿Qué está haciendo el Distrito?

Santiago Mazo, especialista en nutrición de la FAO, señaló que, si bien la Encuesta Nacional de Calidad de Vida no ahonda en las causas de la reducción de la inseguridad alimentaria en el caso de Bogotá, “de seguro las políticas y programas que el Distrito pueda estar implementando, pueden estar contribuyendo a esa reducción”.

No ad for you

Eso sí, señaló que las intervenciones para combatir el hambre en la ciudad deben abordar dos niveles: estrategias inmediatas como comedores comunitarios, paquetes de alimentos o transferencias monetarias, “pero tienen un alcance limitado en el tiempo, mientras el programa exista”. El otro nivel son estrategias de intervención en las causas estructurales de la inseguridad alimentaria como la pobreza, el desempleo, bajos niveles educativos, acceso a servicios públicos y condiciones de vivienda.

“Para sostener las reducciones se deben abordar estos dos niveles. Qué más allá de la asistencia, se fortalezcan esas capacidades de las personas para que puedan proveerse por sí mismas, la alimentación que necesitan”, agrega.

Según cifras recientes del DANE, la capital fue una de las regiones del país que reportó un aumento del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en el 2024, al pasar de 283.000 capitalinos bajo esta condición en 2023 a 431.000. Es decir, hay 148.000 ciudadanos más en la pobreza. Eso sí, Bogotá sigue siendo la región con el menor IPM en el país. Al analizar los resultados de la encuesta 2024, se encuentra que las dimensiones de educación (38,4%), trabajo (35,6%) y niñez y juventud (12,8%) fueron las que más incidieron en el alza.

No ad for you

Conozca más: En Bogotá aumentó la pobreza multidimensional: la padecen 431.000 capitalinos

Desde el Distrito, indicaron que continúan con todo el plan de ‘Bogotá Sin Hambre 2.0′, que toma como referencia el que creó el exalcalde ‘Lucho’ Garzón y que cuenta con una inversión de $4,6 billones, con especial énfasis en niñas y niños. La meta, consignada en el Plan de Desarrollo es reducir a la mitad la prevalencia de inseguridad alimentaria grave, proyectando llegar a 2,2% en 2027.

A la fecha, Integración Social señaló que han abierto 15 comedores comunitarios nuevos, para un total de 129, y se encuentra en curso la contratación de otros cinco. para cerrar con 134 comedores comunitarios este año. Por su parte, la Secretaría de Educación, a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE), entregó comida caliente en 219 comedores escolares durante el 2024, de los cuales siete son nuevos.

Finalmente, destacaron que han priorizado las transferencias monetarias para 49.000 hogares en pobreza extrema; 77.000 adultos mayores; 18.500 personas con discapacidad y 1.200 personas en pagadiarios. Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Económico afirmó que han implementado 14.536 espacios de comercialización con el programa Mercados Campesinos, facilitando más de 500 nuevas vinculaciones de productores rurales.

No ad for you

Todas las estrategias están dando resultados. Ahora, la tarea será fortalecerlos y llegar a más familias, para que cada vez más bogotanos se alejen del hambre.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

Por María Angélica García Puerto

Cubre temas de seguridad, primera infancia, educación, movilidad, derechos humanos y género.@_amariag
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.