El plan para recuperar lo que queda del humedal La Vaca, en Bogotá

Recorrer el costado sur del humedal La Vaca, en Kennedy, es transitar entre montañas de basura y escombros. Los habitantes de los barrios Villa Nelly y Villa Emilia aseguran que desde hace al menos 15 años este punto se convirtió en el botadero de basura de la localidad. Ni siquiera es visto como un humedal, ni como una zona inundable; tampoco como un ecosistema con un espejo de agua que aún puede protegerse. Por el contrario, de acuerdo con Susana López, presidenta de la Junta de Acción Comunal del sector, hasta ese lugar llegan vehículos cargados de desechos, principalmente de noche, que de manera indiscriminada dejan todo tipo de residuos.

“Se ven carretillas conducidas por habitantes de calle. En otros casos incluso volquetas, y hasta el momento no hemos visto que se hagan efectivos los comparendos ambientales”. Pero, explica, este no sólo es un fenómeno que genera contaminación, sino que ha derivado en que haya consumo y ventas de drogas, atracos y que, como sucedió hace unos meses, dejaran entre la basura el cuerpo sin vida de un hombre.

Ese panorama pone en evidencia, desde su perspectiva, la problemática que viven los habitantes de la zona desde los últimos años. La administración distrital ha intentado imponer la mano dura a quienes atenten contra las reservas ambientales y las fuentes hídricas de la ciudad. De ahí el balance que hizo la Secretaría de Ambiente respecto a que, en articulación con la Policía Nacional, ha capturado a 66 personas que fueron sorprendidas en flagrancia arrojando escombros en ocho localidades, donde se encuentran los humedales de la ciudad.

De hecho, con 18 detenidos, Kennedy es la localidad donde más personas han sido puestas a disposición de las autoridades judiciales por atentar contra el humedal, así como contra ríos y quebradas, quienes deben pagar hasta 50.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes y penas que pueden ir de dos a nueve años de prisión.

Carolina Gómez, subdirectora de Ecosistemas y Ruralidad de la Secretaría de Ambiente, asegura que la problemática del sector sur del humedal La Vaca (conocido como La Vaca Sur) se registra desde administraciones anteriores, cuando “se permitió que fuera ocupado por invasiones ilegales que generaron problemas de microtráfico, consumo de estupefacientes y delincuencia”. En ese sentido, asegura que la propuesta del Distrito consiste en trabajar de manera articulada con entidades como la Empresa de Acueducto, la Alcaldía local de Kennedy y la Policía de Carabineros, para realizar un trabajo integral que permita recuperar esta zona, la más afectada de La Vaca.

“El proceso comienza a las 5:00 a.m., con la sensibilización del habitante de calle que vive en los humedales, que se hace con Idipron e Integración Social. Posteriormente se realiza un desmantelamiento de los cambuches u ocupaciones ilegales. Y, finalmente, la recolección y disposición final de residuos. En los lugares donde se requiera, se inician procesos de restauración con la comunidad, que consiste en sembrar distintas especies”, añadió.

De hecho, en este caso, la Empresa de Acueducto tiene previsto hacer un cerramiento provisional en 2,3 hectáreas, en las que se realizarán estas labores de limpieza y resiembra de distintas especies, mientras avanzan los litigios jurídicos con los dueños de establecimientos comerciales que afirman ser los propietarios legítimos de los predios que permanecen ocupados.

“De los humedales que yo conozco, este es el que está peor”, dice Daniel Bernal, miembro de la Fundación Humedales de Bogotá, quien agrega que la administración de Samuel Moreno advirtió sobre el deterioro en que estaba el sector sur del humedal La Vaca y, a pesar de que se hizo un cerramiento temporal, aparecieron personas que tienen parqueaderos y locales de reciclaje que afirmaron que esa zona era propiedad privada y quitaron el cerramiento que el Distrito había levantado. “A raíz de eso se secó el espejo de agua y se volvió un nido de cambuches”, agrega.

Para Bernal, la experiencia de la recuperación ya existe y está en La Vaca Norte, cuyo estado hace más de una década era similar al que tiene actualmente La Vaca Sur. En ese lugar ahora hay tinguas moteadas y diversas especies de patos que nadan sobre el espejo de agua. Un escenario que en otros tiempos parecía inimaginable. “Ya hay un procedimiento y una experiencia de las personas que participaron que saben cómo hacerlo, entonces sí es posible lograrlo”.

Líderes del sector, como Eduardo Romero, se han mostrado escépticos frente a las acciones que está tomando el Distrito: “Ellos dijeron que iban a recuperar el humedal y no lo han recuperado. Vinieron a hacer un cerramiento, que aún no han hecho”.

Al respecto, la administración aclaró que la recuperación de La Vaca Sur es un proceso que comenzó con la limpieza de la zona, continuará con la recuperación predial y finalmente tendrá un cerramiento total. Entretanto se realizarán labores pedagógicas con las instituciones educativas y miembros de la comunidad, para que se apropien de la zona y conozcan la importancia de preservar este ecosistema.

La comunidad, mientras, espera que los trabajos que realicen las autoridades vayan más allá de lo que ellos llaman “el interés por mostrar resultados ante los medios” y los sigan viendo trabajando en el sector.

Recorrer el costado sur del humedal La Vaca, en Kennedy, es transitar entre montañas de basura y escombros. Los habitantes de los barrios Villa Nelly y Villa Emilia aseguran que desde hace al menos 15 años este punto se convirtió en el botadero de basura de la localidad. Ni siquiera es visto como un humedal, ni como una zona inundable; tampoco como un ecosistema con un espejo de agua que aún puede protegerse. Por el contrario, de acuerdo con Susana López, presidenta de la Junta de Acción Comunal del sector, hasta ese lugar llegan vehículos cargados de desechos, principalmente de noche, que de manera indiscriminada dejan todo tipo de residuos.

“Se ven carretillas conducidas por habitantes de calle. En otros casos incluso volquetas, y hasta el momento no hemos visto que se hagan efectivos los comparendos ambientales”. Pero, explica, este no sólo es un fenómeno que genera contaminación, sino que ha derivado en que haya consumo y ventas de drogas, atracos y que, como sucedió hace unos meses, dejaran entre la basura el cuerpo sin vida de un hombre.

Ese panorama pone en evidencia, desde su perspectiva, la problemática que viven los habitantes de la zona desde los últimos años. La administración distrital ha intentado imponer la mano dura a quienes atenten contra las reservas ambientales y las fuentes hídricas de la ciudad. De ahí el balance que hizo la Secretaría de Ambiente respecto a que, en articulación con la Policía Nacional, ha capturado a 66 personas que fueron sorprendidas en flagrancia arrojando escombros en ocho localidades, donde se encuentran los humedales de la ciudad.

De hecho, con 18 detenidos, Kennedy es la localidad donde más personas han sido puestas a disposición de las autoridades judiciales por atentar contra el humedal, así como contra ríos y quebradas, quienes deben pagar hasta 50.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes y penas que pueden ir de dos a nueve años de prisión.

Carolina Gómez, subdirectora de Ecosistemas y Ruralidad de la Secretaría de Ambiente, asegura que la problemática del sector sur del humedal La Vaca (conocido como La Vaca Sur) se registra desde administraciones anteriores, cuando “se permitió que fuera ocupado por invasiones ilegales que generaron problemas de microtráfico, consumo de estupefacientes y delincuencia”. En ese sentido, asegura que la propuesta del Distrito consiste en trabajar de manera articulada con entidades como la Empresa de Acueducto, la Alcaldía local de Kennedy y la Policía de Carabineros, para realizar un trabajo integral que permita recuperar esta zona, la más afectada de La Vaca.

“El proceso comienza a las 5:00 a.m., con la sensibilización del habitante de calle que vive en los humedales, que se hace con Idipron e Integración Social. Posteriormente se realiza un desmantelamiento de los cambuches u ocupaciones ilegales. Y, finalmente, la recolección y disposición final de residuos. En los lugares donde se requiera, se inician procesos de restauración con la comunidad, que consiste en sembrar distintas especies”, añadió.

De hecho, en este caso, la Empresa de Acueducto tiene previsto hacer un cerramiento provisional en 2,3 hectáreas, en las que se realizarán estas labores de limpieza y resiembra de distintas especies, mientras avanzan los litigios jurídicos con los dueños de establecimientos comerciales que afirman ser los propietarios legítimos de los predios que permanecen ocupados.

“De los humedales que yo conozco, este es el que está peor”, dice Daniel Bernal, miembro de la Fundación Humedales de Bogotá, quien agrega que la administración de Samuel Moreno advirtió sobre el deterioro en que estaba el sector sur del humedal La Vaca y, a pesar de que se hizo un cerramiento temporal, aparecieron personas que tienen parqueaderos y locales de reciclaje que afirmaron que esa zona era propiedad privada y quitaron el cerramiento que el Distrito había levantado. “A raíz de eso se secó el espejo de agua y se volvió un nido de cambuches”, agrega.

Para Bernal, la experiencia de la recuperación ya existe y está en La Vaca Norte, cuyo estado hace más de una década era similar al que tiene actualmente La Vaca Sur. En ese lugar ahora hay tinguas moteadas y diversas especies de patos que nadan sobre el espejo de agua. Un escenario que en otros tiempos parecía inimaginable. “Ya hay un procedimiento y una experiencia de las personas que participaron que saben cómo hacerlo, entonces sí es posible lograrlo”.

Líderes del sector, como Eduardo Romero, se han mostrado escépticos frente a las acciones que está tomando el Distrito: “Ellos dijeron que iban a recuperar el humedal y no lo han recuperado. Vinieron a hacer un cerramiento, que aún no han hecho”.

Al respecto, la administración aclaró que la recuperación de La Vaca Sur es un proceso que comenzó con la limpieza de la zona, continuará con la recuperación predial y finalmente tendrá un cerramiento total. Entretanto se realizarán labores pedagógicas con las instituciones educativas y miembros de la comunidad, para que se apropien de la zona y conozcan la importancia de preservar este ecosistema.

La comunidad, mientras, espera que los trabajos que realicen las autoridades vayan más allá de lo que ellos llaman “el interés por mostrar resultados ante los medios” y los sigan viendo trabajando en el sector.