El Polo consolida acuerdos

 Esta historia se puede remontar al momento en que el progresismo terminó en una alianza con el Partido Verde. Pronto, en la Alianza Verde los seguidores de Gustavo Petro se desdibujaron y disminuyó su fuerza. La idea de un frente amplio entre sectores de izquierda perdió proyección política y se desvaneció, aunque alcanzó a reunir apoyos de respaldo a una salida negociada al conflicto armado, que se vieron reflejados en las pasadas elecciones presidenciales con el triunfo reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos.

Esa es la apuesta que busca hoy renovar el Polo Democrático, después de superar algunas tensiones, sobre todo tras su congreso nacional, cuyo pulso ganó el sector de Clara López e Iván Cepeda y, dicen algunos, el expresidente Ernesto Samper. Allí empezaron nuevos diálogos y discusiones para volver a ser el paraguas de convergencia de fuerzas de izquierda que un día fueron. Incluso, en las listas de este congreso estuvieron algunos progresistas y verdes tanteando si era cierta tanta voluntad de apertura. La declaración de Jaime Dussán, en la que llamó a un frente amplio, iba en ese sentido.

El poder local del sector polista que se ha opuesto a la apertura del partido, y que muchos identifican con el senador Jorge Enrique Robledo, se quedó con un solo representante en la lista al Concejo: Manuel Sarmiento. Mientras tanto, las conversaciones y acercamientos del petrismo con Clara López tomaron forma y el respaldo del alcalde a la candidata es casi un hecho que se confirmará cuando avance la campaña.

En el fondo, Petro sabe que una alianza con López es la única oportunidad que tiene de que ideas de su modelo de ciudad y su proyecto político tengan alguna opción de poder en un futuro. Sobre todo ahora que la alianza con el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) se rompió y la candidata progresista María Mercedes Maldonado se quedó sin aval. En una carrera contra reloj, a la candidata progresista le tocó salir a recoger al menos 100 mil firmas en un mes, pese a que advirtió desde enero que ese era el camino. Maldonado propuso que si se realizaba una alianza con el MAIS era necesario conformar un comité político entre progresistas y este partido, que amarrara compromisos.

Pero no le hicieron caso, entre otras razones por las tensiones internas que existían entre los propios progresistas. Una de estas diferencias, al parecer, respondía al respaldo que Carlos Simancas, secretario de Desarrollo Económico del Distrito, le ha manifestado tras bambalinas a Maldonado; junto a los señalamientos de que Simancas apoya para el Concejo de Bogotá a Sonia Veloza, su exasesora de despacho, quien se quemó en las pasadas elecciones a la Cámara de Representantes y esta vez se presenta por la Alianza Verde.

Pero cuando los voceros del MAIS dijeron que querían que las listas a Concejo fueran cerradas, recordando que ellos daban el aval, los progresistas puros se negaron, porque podía representar un desgaste político que terminara sin su representación en el Concejo. Entonces, Petro entró a poner orden y dijo que si Progresistas podía perder su identidad política porque al final no iban a poder poner el logo y el nombre con el MAIS, como sucedió cuando se aliaron con el Partido Verde, lo mejor era salir a buscar firmas.

Fue cuando cercanos progresistas y defensores de la Bogotá Humana, como Carmen Helena Castro, edil progresista; Daniel Rojas Medellín, contratista del Distrito en la Secretaría de Integración Social y quien causó polémica por cuenta de los logos de la Bogotá Humana que pintó sobre los huecos reparados con la máquina tapahuecos; y Javier Suárez, exdirector del IDRD, decidieron abandonar la aventura de las firmas para buscar un aval con el Polo Democrático, con el que pudieran presentarse a las listas de candidatos al Concejo de Bogotá.

Lo mismo sucedió con Donka Atanassova, la exdirectora de Seguridad de la Secretaría Distrital de Gobierno, quien renunció el año pasado para no inhabilitarse en las elecciones y aunque no era la más cercana petrista, porque ha acompañado el proceso político de Fuerza Común y Política Viva, fue funcionaria y era una de las que integraban la lista al Concejo del progresismo que encabeza Hollman Morris. Hay quienes sostienen, incluso, que el mismo Morris, la noche anterior al anuncio de las firmas, intentó reversar la decisión porque hasta último momento no estaba tan convencido de que esa fuera la fórmula. Sin hablar de las fuerzas progresistas que se quedaron o se fueron a la Alianza Verde, como Blanca Inés Durán, la exalcaldesa de Chapinero, y la edil progresista Angélica Marín.

Sin duda, uno de los más beneficiados de la fuga de fuerzas políticas del progresismo ha sido el Polo Democrático. No solo porque ha recibido a varios exfuncionarios y petristas que quieren hacer política, sino porque ha reunido otros respaldos en esa apuesta por ser la sombrilla de unión que un día englobó diversas fuerzas de izquierda. Y no van mal en esos acuerdos y negociaciones. Se espera que a finales de julio, con el lanzamiento oficial de Clara López a la Alcaldía, se conozcan los respaldos políticos a esta candidatura del MAIS, la Unión Patriótica (UP), las Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), la Alianza Social Independiente (ASI), así como un sector que se llamará Progresistas con Clara.

Lo cierto es que Clara López está buscando una alianza también con Carlos Vicente de Roux, como Rafael Pardo y Enrique Peñalosa, pero por ahora el tema no pasa de cordiales conversaciones. La campaña no está en el tiempo de las alianzas y De Roux dice que irá hasta el final. 

nherrera@elespectador.com

 Esta historia se puede remontar al momento en que el progresismo terminó en una alianza con el Partido Verde. Pronto, en la Alianza Verde los seguidores de Gustavo Petro se desdibujaron y disminuyó su fuerza. La idea de un frente amplio entre sectores de izquierda perdió proyección política y se desvaneció, aunque alcanzó a reunir apoyos de respaldo a una salida negociada al conflicto armado, que se vieron reflejados en las pasadas elecciones presidenciales con el triunfo reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos.

Esa es la apuesta que busca hoy renovar el Polo Democrático, después de superar algunas tensiones, sobre todo tras su congreso nacional, cuyo pulso ganó el sector de Clara López e Iván Cepeda y, dicen algunos, el expresidente Ernesto Samper. Allí empezaron nuevos diálogos y discusiones para volver a ser el paraguas de convergencia de fuerzas de izquierda que un día fueron. Incluso, en las listas de este congreso estuvieron algunos progresistas y verdes tanteando si era cierta tanta voluntad de apertura. La declaración de Jaime Dussán, en la que llamó a un frente amplio, iba en ese sentido.

El poder local del sector polista que se ha opuesto a la apertura del partido, y que muchos identifican con el senador Jorge Enrique Robledo, se quedó con un solo representante en la lista al Concejo: Manuel Sarmiento. Mientras tanto, las conversaciones y acercamientos del petrismo con Clara López tomaron forma y el respaldo del alcalde a la candidata es casi un hecho que se confirmará cuando avance la campaña.

En el fondo, Petro sabe que una alianza con López es la única oportunidad que tiene de que ideas de su modelo de ciudad y su proyecto político tengan alguna opción de poder en un futuro. Sobre todo ahora que la alianza con el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) se rompió y la candidata progresista María Mercedes Maldonado se quedó sin aval. En una carrera contra reloj, a la candidata progresista le tocó salir a recoger al menos 100 mil firmas en un mes, pese a que advirtió desde enero que ese era el camino. Maldonado propuso que si se realizaba una alianza con el MAIS era necesario conformar un comité político entre progresistas y este partido, que amarrara compromisos.

Pero no le hicieron caso, entre otras razones por las tensiones internas que existían entre los propios progresistas. Una de estas diferencias, al parecer, respondía al respaldo que Carlos Simancas, secretario de Desarrollo Económico del Distrito, le ha manifestado tras bambalinas a Maldonado; junto a los señalamientos de que Simancas apoya para el Concejo de Bogotá a Sonia Veloza, su exasesora de despacho, quien se quemó en las pasadas elecciones a la Cámara de Representantes y esta vez se presenta por la Alianza Verde.

Pero cuando los voceros del MAIS dijeron que querían que las listas a Concejo fueran cerradas, recordando que ellos daban el aval, los progresistas puros se negaron, porque podía representar un desgaste político que terminara sin su representación en el Concejo. Entonces, Petro entró a poner orden y dijo que si Progresistas podía perder su identidad política porque al final no iban a poder poner el logo y el nombre con el MAIS, como sucedió cuando se aliaron con el Partido Verde, lo mejor era salir a buscar firmas.

Fue cuando cercanos progresistas y defensores de la Bogotá Humana, como Carmen Helena Castro, edil progresista; Daniel Rojas Medellín, contratista del Distrito en la Secretaría de Integración Social y quien causó polémica por cuenta de los logos de la Bogotá Humana que pintó sobre los huecos reparados con la máquina tapahuecos; y Javier Suárez, exdirector del IDRD, decidieron abandonar la aventura de las firmas para buscar un aval con el Polo Democrático, con el que pudieran presentarse a las listas de candidatos al Concejo de Bogotá.

Lo mismo sucedió con Donka Atanassova, la exdirectora de Seguridad de la Secretaría Distrital de Gobierno, quien renunció el año pasado para no inhabilitarse en las elecciones y aunque no era la más cercana petrista, porque ha acompañado el proceso político de Fuerza Común y Política Viva, fue funcionaria y era una de las que integraban la lista al Concejo del progresismo que encabeza Hollman Morris. Hay quienes sostienen, incluso, que el mismo Morris, la noche anterior al anuncio de las firmas, intentó reversar la decisión porque hasta último momento no estaba tan convencido de que esa fuera la fórmula. Sin hablar de las fuerzas progresistas que se quedaron o se fueron a la Alianza Verde, como Blanca Inés Durán, la exalcaldesa de Chapinero, y la edil progresista Angélica Marín.

Sin duda, uno de los más beneficiados de la fuga de fuerzas políticas del progresismo ha sido el Polo Democrático. No solo porque ha recibido a varios exfuncionarios y petristas que quieren hacer política, sino porque ha reunido otros respaldos en esa apuesta por ser la sombrilla de unión que un día englobó diversas fuerzas de izquierda. Y no van mal en esos acuerdos y negociaciones. Se espera que a finales de julio, con el lanzamiento oficial de Clara López a la Alcaldía, se conozcan los respaldos políticos a esta candidatura del MAIS, la Unión Patriótica (UP), las Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), la Alianza Social Independiente (ASI), así como un sector que se llamará Progresistas con Clara.

Lo cierto es que Clara López está buscando una alianza también con Carlos Vicente de Roux, como Rafael Pardo y Enrique Peñalosa, pero por ahora el tema no pasa de cordiales conversaciones. La campaña no está en el tiempo de las alianzas y De Roux dice que irá hasta el final. 

nherrera@elespectador.com