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Eran las dos de la mañana, del 5 de junio pasado. En el sector de El Paraíso, centenares de personas ya estaban descansando en sus hogares, algunos construidos con ladrillos y otros con latas y madera. La zona cerca a Bella Flor y a una de las estaciones del Transmicable, que une a las empinadas laderas de Ciudad Bolívar con la capital, por años ha sido declarada como zona de riesgo no mitigable, el cual crece en la época de lluvias. De repente, entre las viviendas empezó un fuerte ruido.
“Mi mamá se levantó, porque oía mucho ruido. Le dije a mi padrastro que sentía que se estaban metiendo los ladrones a la casa de arriba. Cuando él se paró a escuchar fue cuando se vino el deslizamiento”, cuenta Alejandra Bonilla, hija de una de las afectadas de las recientes remociones en masa en la capital, que dejó prácticamente destrozadas dos viviendas y varias más afectadas o a punto de desplomarse.
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