La capital registró, en 2024, una significativa disminución en los niveles de inseguridad alimentaria, tanto moderada y grave. Señala la secretaría de Desarrollo Económico que el índice cayó del 21,2% en 2023 al 13,9% en 2024, lo que representa una reducción de 7,3 puntos porcentuales.
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¿Qué significa?
De acuerdo con lo anterior, se estima que el año pasado 564 mil personas salieron de esta condición a través del impulso que brinda el programa ‘Bogotá Sin Hambre 2.0’, que busca fortalecer el acceso a alimentos, nutrición de calidad y generación de empleo e ingresos en los hogares vulnerables de la ciudad.
Uno de los programas que más ha empleado a personas de hogares vulnerables es Mercados Campesinos Bogotanos. De acuerdo con el Distrito, la estrategia ha generado 14.536 espacios de intercambio, facilitando a más de 500 nuevas vinculaciones de productores rurales y transformadores de alimentos de la ciudad.
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¿Cómo funciona?
Las jornadas de Mercados Campesinos, que están distribuidas en 741 mercados realizados en todas las localidades, reportan ventas cercanas a los $14 mil millones de pesos y más de 865 mil kilos de productos frescos comercializados.
En cuanto a la estrategia Mercados Solidarios, se ha brindado apoyo a 81 productores rurales, quienes mejoraron sus prácticas agrícolas, sus capacidades asociativas y de gestión comercial.
Por lo anterior, fue posible llevar a cabo múltiples jornadas de estos Mercados Solidarios en Usme, Ciudad Bolívar, Sumapaz y Tunjuelito, zonas priorizadas por sus altos niveles de inseguridad alimentaria.
Las estrategias de mercado también cuentan con un componente pedagógico importante. A través de estas iniciativas, que también contempla la entrega de mercados, 500 familias fueron sensibilizadas en hábitos de alimentación, consumo responsable y reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos.
“Trabajamos por el fortalecimiento de los sistemas de abastecimiento alimentario a través de la promoción de variedad, disponibilidad y calidad de los alimentos y prevención del desperdicio de alimentos que opere dentro de un marco de economía circular” destacó Carolina Chica, directora de Desarrollo Rural y Abastecimiento Alimentario de Bogotá.
Estas líneas de acción buscan que las familias tengan una mayor autonomía económica que les permita superar las barreras de acceso a la alimentación.
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Seguridad alimentaria en Colombia mejoró en ciudades, pero empeoró en el campo
El DANE presentó este jueves los más recientes datos de cómo se encuentra la inseguridad alimentaria en el país, medición que realiza en conjunto con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Para 2024, la inseguridad alimentaria estuvo presente en 25,5 % de los hogares colombianos. Este dato presenta una mejoría de 0,6 % frente a la medición nacional de 2023, cuando el registro se ubicó en 26,1 %.
De acuerdo con la FAO, la inseguridad alimentaria es una condición que presentan personas y hogares cuando se carece de acceso regular a alimentos de calidad que permitan el desarrollo normal de una vida activa y saludable. Esta usualmente se presenta por dos razones: porque los alimentos no están disponibles, o porque el individuo no cuenta con los recursos para obtenerlos (pobreza monetaria), que es el motivo predominante.
Lo que preocupa de los datos de inseguridad alimentaria para 2024
Hay algunos aspectos de la medición que, a pesar de la mejoría en el total nacional, resultan preocupantes.
El primero es el crecimiento, aunque leve, en la inseguridad alimentaria grave, que en otras palabras equivale a pasar hambre: en 2023 este indicador, en el total nacional, fue de 4,8 %, mientras que para el año pasado llegó a 5 %.
El incremento se ve también cuando la medición se aborda desde la mirada de las cabeceras municipales, con un incremento también de 0,2 %, y en el campo, en donde subió 0,1 %.
Visto de otra forma, el hambre no ha mostrado reducciones desde que se comenzó a hacer esta medición.
Ahora, cuando se centra la mirada sólo en el país rural, se ve un incremento estadísticamente significativo en la medición de inseguridad moderada o grave, con un alza de 3 %. Vale aclarar que este crecimiento se registró únicamente para el campo, pues en la medición nacional y en la de cabeceras se vieron descensos.
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