Para evitar el abuso en el consumo de bebidas embriagantes, desde este viernes 31 de diciembre hasta el 17 de enero de 2011, la administración del alcalde Samuel Moreno decidió como medida preventiva, restringir la actividad de venta y consumo de licor en nueve localidades de la ciudad.
Entre la 1 de la mañana y las 10 de mañana del mismo día, no se podrá vender licor en licorerías, cigarrerías, tiendas, supermercados, bares, tabernas o discotecas que estén ubicadas en las localidades de Suba, Kennedy, Bosa, Engativá, Fontibon, San Cristóbal, Rafel Uribe Uribe, Ciudad Bolívar y Usme.
El horario permitido para estas actividades de comercio es entre las 10 de la mañana de la mañana y la 1 de la mañana del día siguiente.
Esta decisión fue anunciada por el alcalde Mayor de Bogotá encargado, Héctor Zambrano, previo análisis de la información suministrada por la Policía Metropolitana de Bogotá y de común acuerdo con el Despacho de la Secretaria de Gobierno.
El pasado 24 y 25 de diciembre, Bogotá registró 40 casos de riñas por hora, cinco muertos violentas ocasionadas por factores de conflictividad ligados al consumo excesivo de bebidas alcohólicas y un muerto en un accidente de tránsito.
El impacto de la misma será evaluado por el Consejo Distrital de Seguridad, que hará las recomendaciones del caso al Gobierno Distrital, para suspender, mantener o ampliar la restricción a otras zonas de la ciudad.
La estrategia se propone desestimular y reducir el abuso en el consumo de las bebidas embriagantes, en tanto los hechos de violencia precitados están vinculados en su mayoría a situaciones generadas en el abuso de este tipo de sustancias.
La decisión se toma en el marco del Plan Integral de Convivencia y Seguridad para garantizar los derechos de la ciudadanía integralmente, de manera complementaria a otras medidas como los controles y operativos intensificados al expendio y uso de pólvora y la restricción al porte de armas.
Además se pretende reducir los efectos nocivos del consumo excesivo de alcohol para la salud, procurando además, la protección de las niñas, los niños y los adolescentes de la ciudad.
Por El Espectador
