Para estas fechas se vuelve común que un perro o un gato se conviertan en una opción de regalo, pero esta decisión conlleva una serie de responsabilidades que no se deben dejar de lado.
Foto: Jose Vargas Esguerra
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El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal recomienda que antes de tomar una decisión se evalúe la capacidad económica, ya que se debe responsabilizarse por su alimentación y las visitas al veterinario. "La comida no es barata y ellos no se alimenta de sobras".
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Además, es importante que todos los integrantes de la vivienda, ya sea una familia o un lugar en arriendo, estén de acuerdo con tener una mascota.
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A la par, se debe evaluar la posibilidad de tener tiempo para el animal, ya que sea para sacarlo o para jugar con él. "Eso no implica estar apegados todo el día”, dice Natalia Parra, del Idpyba, ya que ellos comienzan a hacer parte de la familia.
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Una vez se tome la decisión, se recomienda adoptar un perro o gato (y no otros animales no convencionales como cerdos), a través de alguna fundación en la ciudad o con el Instituto de Protección Animal del Distrito.
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En la Unidad de Cuidado Animal, demás de entrenamiento físico, emocional y de comportamiento, los animales son esterilizados.
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Muchos de ellos han sido víctimas de violencia animal o rescatados de la calle. "Ellos son mucho más amorosos porque, a pesar de sus temores, son muy agradecidos al volver a tener un hogar”, manifiesta Parra.
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Los interesados pueden asistir a las jornadas de adopción o a la Unidad de Cuidado Animal, en el norte de la ciudad.
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Se pide a las personas llevar una fotocopia de la cédula, correa y/o bozal y guacal, para el caso de las razas consideradas peligrosas y para los gatos. Además, en el lugar se hará una entrevista y un taller sobre tenencia responsable de animales.
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El llamado final es a ser conscientes de las responsabilidades que se adquieren al escoger un animal, pues así como ofrecen compañía y cariño, estos requieren cuidados y disposición para garantizarles una buena vida.