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Fueron necesarios tres meses de investigación, seguimiento e interceptaciones para que las autoridades capturaran a siete integrantes de una banda delincuencial denominada ‘La 38’, que tenía azotados a comerciantes, transeúntes y conductores que frecuentan el sector de Corabastos, en el suroccidente de Bogotá.
Para establecer su ‘modus operandi’, la Policía instaló cámaras de seguridad en lugares estratégicos que permitieron poner al descubierto la forma como operaban. La banda no solo asaltaba vehículos de carga para los que la central de alimentos es un paso obligado, también se abalanzaban contra carros particulares y taxis.
En uno de los videos captado por las cámaras, se observa cómo –haciéndose pasar por comerciantes y vendedores informales del sector– se acercan hasta un camión y violentan la parte trasera con herramienta especializada. Una vez logran violar la seguridad de los contenedores, se llevan consigo toda la mercancía que después vendían a precios irrisorios.
La capacidad y organización de ‘La 38’ quedaba en evidencia en los frecuentes trancones que se presentan en la zona. Aprovechando la congestión vehicular, se apostaban detrás de los vehículos y entraban en acción, empleando incluso a habitantes de calle para no levantar sospechas.
Otra de las imágenes registra cómo se abalanzaban en grupos de no menos de cuatro personas sobre conductores a quienes les rapaban celulares, morrales y mercancía de los vehículos. Incluso, uno de los videos captó la forma en la que asaltaron a un taxista. Cuatro de los integrantes se apostaron a lado y lado del carro y tras una señal, todos se lanzaron contra el automotor llevándose consigo un celular, la tableta y el producido. Otros dos delincuentes hicieron las veces de campaneros, pero estaban listos a intervenir en caso de que algún transeúnte o conductor intentara defender al taxista.
El operar pleno de ‘La 38’ quedó al descubierto en otro video que evidencia cuando tres de ellos atracan a un transeúnte, lo reducen hasta tirarlo al piso, lo atacan con navajas y lo esculcan hasta quitarle una a una sus pertenencias. Todo, ante la mirada impotente de otras personas, que no intervienen pues uno de los delincuentes se encarga de intimidarlos con un cuchillo.
“En su gran mayoría, se trata de clanes familiares o de conocidos que tienen unas rutas, horarios y lugares establecidos para delinquir”, detalló el general Hoover Penilla, comandante de la Policía de Bogotá.
Pese al abundante material probatorio y a que la banda está conformada por hombres investigados por asesinato, violencia intrafamiliar, hurto agravado y porte de armas, un juez decidió mandar a su casa a cinco de los capturados, quienes hoy gozan de prisión domiciliaria. Otros dos quedaron en libertad al no encontrarse méritos para su detención.
Ante ello, el comandante de la Policía en la capital señaló: “Quien valora estas evidencias es quien toma la decisión y somos respetuosos de ello”. Ahora, con la mayoría de la banda en libertad, las autoridades no tienen de otra que seguir recopilando material probatorio para lograr incriminarlos.
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Por -Redacción Bogotá -bogota@elespectador.com
