Conductores de Transmilenio y el SITP realizaron un plantón y luego marcharon por la avenida El Dorado.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
La mayoría de los conductores del SITP viven con el cuerpo en movimiento y la mente al límite. Jornadas extenuantes, miedo, estrés, ansiedad y cansancio acumulado son sensaciones que genera el oficio. La cabina del bus es su oficina, su refugio y, a veces, su trampa. Dependiendo del concesionario (Bogotá tiene 18 operadores, con 24.303 conductores) los recorridos, tratos y condiciones varían. Aunque tienen un sindicato robusto, el existir tantos empleadores dificulta su labor.
Escenas como la agresión verbal que sufrió un conductor por cuenta...

Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com
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