Si se quiere resumir el resultado de la reciente encuesta de satisfacción ciudadana, que cada año realiza "Bogotá Como Vamos” (a través de la firma Ipsos), la conclusión es clara: aunque en el último año aumentó el porcentaje de personas que consideran que las cosas van por buen camino en la ciudad (pasó de 27 % a 34 %) y mejoró la imagen de la administración, el pesimismo sigue primando entre la mayoría.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, entre los bogotanos la seguridad, transporte público y medio ambiente son los temas que generan más insatisfacción. Un dato que lo demuestra es el porcentaje de encuestados que han considerado irse a vivir a un municipio aledaño: 46 %, un número ocho puntos por encima del que se registró en la encuesta de 2017. Las razones por las que han considerado la opción de trastearse a municipios aledaños es el costo de vida (33 %), problemas de seguridad (30 %) y de movilidad (13 %).
La encuesta también arrojó resultados negativos respecto a la situación económica de los capitalinos. Un 33 % aseguró que la economía de su hogar empeoró, en contraste con el 29 % del año anterior. Por su parte, son menos quienes consideran que este aspecto ha mejorado: apenas un 25 % cree que sus bolsillos están más sólidos, cuatro puntos por debajo de la medición del año anterior.
Otro aspecto que no tuvo una mejora notable fue la salud. El nivel de satisfacción en este aspecto bajó un punto, al pasar de 45 % a 44 %. Por su parte la seguridad fue, quizás, el aspecto peor calificado en la encuesta con una cifra clave: solo el 15 % de personas se sienten seguras en la ciudad, cifra más baja de esta administración, mientras que el 57 % se sienten inseguros, una cifra tres puntos más alta que la medición de 2017 y 12 puntos por encima de la de 2016. En los barrios la situación no mejora y el 34 % que dice sentirse inseguro en su propio barrio representa la cifra más preocupante desde 2010.
La movilidad, otros de los aspectos clave que determina el desarrollo de una sociedad, sigue estancada y la mayoría de ciudadanos (61 %) siguen percibiendo que sus trayectos de viajes aumentaron. No obstante, esta cifra es la más baja de esta Alcaldía pero aún le queda mucho para llegar a picos bajos como los de 2012 (41 %) o 2009 (40 %). Esta podría ser una de las razones por las que, según la encuesta, los bogotanos cada vez montan menos en buses y prefieren caminar o adquirir vehículo. De acuerdo con el informe, el uso de Transmilenio (35 %), el SITP (16 %) y los buses provisionales (7 %) cayó dos puntos respecto a la medición del año anterior. Por su parte, el uso de vehículo pasó de 8% a 13 % y las caminatas de 4 % a 7 %.
A la cifra que indica que los bogotanos cada vez caminan más hay que sumarle que en todos los medios de transporte decreció la satisfacción, excepto en los recorridos a pie que pasaron de 69 % a 78 %. Por ejemplo, la satisfacción con Transmilenio cayó de 19 % a 13 %; con el SITP de 32 % a 25 %; con los buses provisionales de 44 % a 38 %; con los taxis de 48 % a 46 %; con los vehículos de 75 % a 63 %, y con las motos de 79 % a 75 %. Incluso la bicicleta, un medio de transporte cuya satisfacción venía en aumento, disminuyó drásticamente en este aspecto al pasar de 85 % a 62 %.
Los índices de satisfacción con los servicios públicos se mantienen relativamente estables y variaron en, máximo, cuatro puntos. Servicios como el agua, la energía y el gas domiciliario aumentaron su satisfacción, mientras el alcantarillado, la telefonía celular y el internet la mermaron. Sin embargo, llama la atención el nivel de instasifacción con el servicio de aseo y recolección de basuras, que pasó de 62 % en 2017 a 54 % en 2018. Es, sin duda, el servicio público que tiene más descontentos a los bogotanos, especialmente los de localidades como Usaquén, Suba, Engativá, Fontibón, Kenendy, Puente Aranda, Mártires, La Candelaria y Santa Fe, donde la satisfacción disminuyó entre 7 y 15 puntos.
A los bogotanos también les preocupa el medio ambiente. De todos los aspectos que tomó en cuenta la encuesta, solo el nivel de contaminación de corrientes hídricas presentó una mejora de 10 %. De resto, temas como la contaminación del aire, la cantidad de árboles, la contaminación visual y auditiva, y los escombros y basuras en las calles, tuvieron disminuciones de entre 8 y 10 % en los índices de satisfacción.
La educación fue uno de los aspectos que mejores indicadores presentaron. El porcentaje de personas satisfechas con el nivel de educación aumentó de 65 % a 68 %, mientras que el índice de insatisfechos cayó del 17 % al 14 %. También aumentó de 74 % a 75 % la cantidad de satisfechos con la educación privada, y de 57 % a 60 % la complacencia con la educación pública.
Otro aspecto positivo para la administración fue el aumento de la imagen favorable de algunas instituciones distritales. Entidades como el Instituto de Recreación y Deporte (IDRD), Codensa, y las secretarías de Cultura, Educación, Hábitat, Gobierno, Ambiente, Movilidad y Salud, tuvieron un incremento del 1 al 8 %.