Hay conmoción en Bogotá, por la desaparición y posterior hallazgo sin vida del joven de 14 años, David Esteban Nocua Monroy.
Su familia, no sabía nada de él desde el 8 de mayo, cuando fue visto por última vez en el barrio Miravalle de la localidad de Usme.
Tras las desesperadas jornadas de búsqueda que emprendieron las autoridades, a las cuales se sumaron sus familiares, el cuerpo sin vida del adolescente fue hallado dos días después, por su propia madre, en una zona boscosa de la localidad, más exactamente en inmediaciones al botadero de Doña Juana.
Cámaras de seguridad del sector, grabaron el mismo día de su desaparición sobre las 5 de la tarde, lo que sería los últimos minutos con vida de David. Allí, las imágenes dejan ver que iba en compañía de dos sujetos quienes serían los principales sospechosos del homicidio.
“Son los últimos en estar con él y lo llevaron al lugar donde fue encontrado. Hay vídeos donde se ven como lo llevan con engaños y me le arrebataron la vida”, reclamó su mamá, Juliana Monroy.
Según la Policía Metropolitana de Bogotá, las primeras inspecciones del cuerpo señalan que la víctima fue atacada en varias oportunidades con un objeto cortopunzante.
Familiares, amigos, vecinos y conocidos, realizaron una velatón y una marcha de silencio este 13 de mayo, para recordar su memoria y exigir a la Fiscalía, acelerar la investigación para perfilar y ubicar a los responsables. “Era un chico muy participativo y muy dado a su formación como estudiante y como ser humano”, recordó su profesor, Luis López.
La velación y entierro de David Esteban Nocua Monroy, se desarrolla este martes, en medio del dolor de su madre y la espera de una justicia que le dé respuestas.
Se aleja la meta de reducción de homicidios
Hoy las cifras y los casos no respaldan los objetivos del alcalde Galán de reducir las cifras de homicidios a un dígito. Si bien, el Distrito viene desplegando operaciones contra el crimen organizado y, justo a esto, le atribuyen el repunte de los homicidios (casi 6 de cada 10 casos son producto del sicariato), lo cierto es que, reducir la tasa de homicidios para 2027 a ocho casos por cada 100.000 habitantes, tal y como se propuso en el Plan Distrital de Desarrollo, parece un propósito muy difícil de cumplir.
Y hay razones para pensarlo. Para empezar, en 50 años, la ciudad nunca ha reportado una tasa por debajo de 10. La más baja fue en 2022, cuando cayó a 12,9. A esto se suma que la actual tasa es de 15 casos, casi el doble de la meta de Galán. Finalmente, para lograrlo necesitaría que en la ciudad no ocurrieran más de 700 asesinatos en un año, lo cual, al menos en 2025, parece que no logrará. Según datos de la Policía, sin terminar abril, ya había un acumulado de 358 homicidios.
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Por Redacción Bogotá
