¿Estocada de la Corporación Taurina a los impuestos?

Si la Contraloría Distrital y los grupos defensores de animales no se equivocan, a la fecha la Corporación Taurina de Bogotá le debe a la ciudad más de $5 mil millones en impuestos. Según el ente de control, desde 2001 la Corporación ha dejado de pagar el impuesto de azar y el del Fondo de Pobres, generando este posible detrimento.

Sin embargo, el tema tiene tanto de largo como de ancho. Por un lado, Hárold Ronderos, secretario técnico de la Corporación Taurina, aduce que la corporación no paga el impuesto de azar y espectáculos, pues goza de una exención aplicada por el Instituto Distrital de Recreación y Deportes (IDRD) desde 1999, durante la administración de Enrique Peñalosa.

Tampoco estarían sujetos al pago del impuesto del Fondo de Pobres, debido a la naturaleza del contrato de arrendamiento de la plaza firmado con el IDRD, como explica Ronderos.

Hasta ahí todo parece claro. Sin embargo, desde hace tres años un informe de auditoría de la Contraloría evidenció que, de acuerdo con las características de la fiesta brava, no hay razón para que la Corporación no pague estos dos impuestos, que desde 2009 fueron unificados.

Aunque en 2010 un fallo del Consejo de Estado le dio la razón a la Corporación, puesto que había actuado conforme a la decisión del IDRD, todavía no es claro por qué el IDRD eximió a la corporación del impuesto, teniendo en cuenta que, según la normatividad vigente, los únicos espectáculos públicos que no están sujetos a este pago son los eventos deportivos y aquellos que se realicen en estadios. Para Andrea Padilla, líder de la ONG Anima Naturis, ninguno de estos casos es aplicable a la plaza de toros de Santamaría. El Espectador pidió explicaciones al IDRD, pero hasta hora nadie rinde cuentas al respecto.

El tema, soterrado en los últimos años, volvió a salir al ruedo luego de las recientes declaraciones del alcalde Gustavo Petro, en las que aseguró que el Distrito retirará su apoyo monetario a la fiesta taurina. Por el momento, la Corporación continúa sin hacer los pagos.

Según Hárold Ronderos, hasta la fecha la Corporación no ha recibido notificación alguna por parte de la Contraloría, pero asegura que están dispuestos a discutir el tema. Además, señala que han girado al Distrito más de $10 mil millones a través del impuesto de espectáculos públicos con destino al deporte, el único impuesto que la Corporación le paga al Distrito.

Más allá del debate que ha empezado a crecer en torno a la fiesta brava, es el momento para que se defina si esa entidad debe o no pagar dichos impuestos a la ciudad, más aún si se considera que una de sus banderas ha sido trabajar por la beneficencia.

Si la Contraloría Distrital y los grupos defensores de animales no se equivocan, a la fecha la Corporación Taurina de Bogotá le debe a la ciudad más de $5 mil millones en impuestos. Según el ente de control, desde 2001 la Corporación ha dejado de pagar el impuesto de azar y el del Fondo de Pobres, generando este posible detrimento.

Sin embargo, el tema tiene tanto de largo como de ancho. Por un lado, Hárold Ronderos, secretario técnico de la Corporación Taurina, aduce que la corporación no paga el impuesto de azar y espectáculos, pues goza de una exención aplicada por el Instituto Distrital de Recreación y Deportes (IDRD) desde 1999, durante la administración de Enrique Peñalosa.

Tampoco estarían sujetos al pago del impuesto del Fondo de Pobres, debido a la naturaleza del contrato de arrendamiento de la plaza firmado con el IDRD, como explica Ronderos.

Hasta ahí todo parece claro. Sin embargo, desde hace tres años un informe de auditoría de la Contraloría evidenció que, de acuerdo con las características de la fiesta brava, no hay razón para que la Corporación no pague estos dos impuestos, que desde 2009 fueron unificados.

Aunque en 2010 un fallo del Consejo de Estado le dio la razón a la Corporación, puesto que había actuado conforme a la decisión del IDRD, todavía no es claro por qué el IDRD eximió a la corporación del impuesto, teniendo en cuenta que, según la normatividad vigente, los únicos espectáculos públicos que no están sujetos a este pago son los eventos deportivos y aquellos que se realicen en estadios. Para Andrea Padilla, líder de la ONG Anima Naturis, ninguno de estos casos es aplicable a la plaza de toros de Santamaría. El Espectador pidió explicaciones al IDRD, pero hasta hora nadie rinde cuentas al respecto.

El tema, soterrado en los últimos años, volvió a salir al ruedo luego de las recientes declaraciones del alcalde Gustavo Petro, en las que aseguró que el Distrito retirará su apoyo monetario a la fiesta taurina. Por el momento, la Corporación continúa sin hacer los pagos.

Según Hárold Ronderos, hasta la fecha la Corporación no ha recibido notificación alguna por parte de la Contraloría, pero asegura que están dispuestos a discutir el tema. Además, señala que han girado al Distrito más de $10 mil millones a través del impuesto de espectáculos públicos con destino al deporte, el único impuesto que la Corporación le paga al Distrito.

Más allá del debate que ha empezado a crecer en torno a la fiesta brava, es el momento para que se defina si esa entidad debe o no pagar dichos impuestos a la ciudad, más aún si se considera que una de sus banderas ha sido trabajar por la beneficencia.