Falta de control a bodegas de reciclaje en Bogotá podría aumentar el cobro del servicio de aseo

Este viernes el concejal Carlos Carrillo, del partido Polo Democrático, denunció ante la opinión pública la falta de control que del Distrito con las Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) o bodegas de reciclaje en Bogotá. Las ECA son las responsables del pesaje y clasificación de los residuos sólidos aprovechables y es deber de las secretarías de Ambiente, Planeación y la UAESP ejercer un control para evitar fraudes que incrementen las facturas de aseo que pagan los bogotanos.

Lea también: Encuentran residuos de plástico y medicamentos en fuentes hídricas de Bogotá y Cali

“A la fecha, el Distrito no tiene el conocimiento real sobre el número total de Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) que hay en la ciudad. Asimismo, tampoco se estaría garantizando que estas estén cumpliendo con la normativa mínima para operar en la ciudad”, menciona el cabildante.

Carrillo dice que organizaciones de recicladores han denunciado ante el Distrito la existencia de bodegas que reportan grandes cantidades de toneladas de residuos “fantasma”. Lo anterior, con el agravante de que estas ECA no estarían cumpliendo con los requisitos que se les exige.

“Tras la presión de estas organizaciones, el 12 de enero la UAESP visitó y verificó la situación en solo 25 de las 584 ECA registradas en el Sistema SUI de Servicios Públicos Domiciliarios, cubriendo el 4% de los casos. Sin embargo, la Administración se niega a tomar acciones frente a bodegas privadas que no están inscritas, argumentando que no tienen la competencia”, añade.

Además de los eventuales fraudes financieros que se podrían generar la falta de estos controles, agrega el Carrillo, estaría el impacto al medio ambiente, ya que la importante labor de estas estaciones, de clasificar los residuos aprovechables, no se estaría haciendo.

“A la ECA se le paga y al usuario se le cobra por volumen pesado, así es que la desregulación y la debilidad del control incentivan las maniobras para que el aire pese. Por tanto, el cobro es cada vez más alto para los suscriptores”, explica.

Hay que recordar que desde el Concejo se ha mostrado preocupación sobre el manejo de residuos en la ciudad, asunto que se ha agravado en los últimos años por las deficiencias en el Relleno Doña Juana. Este año se ha establecido la política de separación de residuos en el hogar y se espera que avance el proyecto que busca prohibir la adquisición de plásticos de un solo uso en entidades del Distrito.

Este viernes el concejal Carlos Carrillo, del partido Polo Democrático, denunció ante la opinión pública la falta de control que del Distrito con las Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) o bodegas de reciclaje en Bogotá. Las ECA son las responsables del pesaje y clasificación de los residuos sólidos aprovechables y es deber de las secretarías de Ambiente, Planeación y la UAESP ejercer un control para evitar fraudes que incrementen las facturas de aseo que pagan los bogotanos.

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“A la fecha, el Distrito no tiene el conocimiento real sobre el número total de Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) que hay en la ciudad. Asimismo, tampoco se estaría garantizando que estas estén cumpliendo con la normativa mínima para operar en la ciudad”, menciona el cabildante.

Carrillo dice que organizaciones de recicladores han denunciado ante el Distrito la existencia de bodegas que reportan grandes cantidades de toneladas de residuos “fantasma”. Lo anterior, con el agravante de que estas ECA no estarían cumpliendo con los requisitos que se les exige.

“Tras la presión de estas organizaciones, el 12 de enero la UAESP visitó y verificó la situación en solo 25 de las 584 ECA registradas en el Sistema SUI de Servicios Públicos Domiciliarios, cubriendo el 4% de los casos. Sin embargo, la Administración se niega a tomar acciones frente a bodegas privadas que no están inscritas, argumentando que no tienen la competencia”, añade.

Además de los eventuales fraudes financieros que se podrían generar la falta de estos controles, agrega el Carrillo, estaría el impacto al medio ambiente, ya que la importante labor de estas estaciones, de clasificar los residuos aprovechables, no se estaría haciendo.

“A la ECA se le paga y al usuario se le cobra por volumen pesado, así es que la desregulación y la debilidad del control incentivan las maniobras para que el aire pese. Por tanto, el cobro es cada vez más alto para los suscriptores”, explica.

Hay que recordar que desde el Concejo se ha mostrado preocupación sobre el manejo de residuos en la ciudad, asunto que se ha agravado en los últimos años por las deficiencias en el Relleno Doña Juana. Este año se ha establecido la política de separación de residuos en el hogar y se espera que avance el proyecto que busca prohibir la adquisición de plásticos de un solo uso en entidades del Distrito.