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Frase del taxista en Bogotá: por allá no lo llevo

Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa son las zonas que producen más miedo entre los conductores.

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Verónica Téllez Oliveros
03 de septiembre de 2012 - 11:30 p. m.
Frase del taxista en Bogotá: por allá no lo llevo
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En una calle del barrio Columnas, en el suroriente de la ciudad, y sin más luz en el camino que la de su propio vehículo, Daniel Ramírez salió corriendo de su taxi cuando vio a tres hombres que se dirigían hacia él con armas en las manos. Fue la primera reacción para salvar su vida ante el atraco que se aproximaba. De nada valió que les dejara el vehículo prendido con sus pertenencias adentro, porque los delincuentes lo persiguieron hasta que logró acercarse a un CAI de la zona.

Aquella noche de 2009, Ramírez no perdió su carro porque regresó con los policías hasta el lugar donde lo había dejado antes de huir. Pero tiempo después, en el barrio Providencia Alta, un grupo de hombres le robó su vehículo y lo dejaron abandonado en una loma. “Allí ni los policías se podían meter, porque ese sector se había convertido en una olla manejada por los ladrones de partes de taxis”, dice el conductor.

Ante estas experiencias, los taxistas han decidido tomar medidas como incluir sistemas de rastreo satelital en sus carros y trabajar con servicios pedidos que algunas empresas pagan con vales. A esto se suman las tradicionales y simples tácticas de prevención de los conductores: no parar si notan alguna señal sospechosa en un ciudadano o negarse a llevar un servicio si la zona de destino les parece insegura.

El Espectador realizó un sondeo con 50 conductores de la capital, para determinar la forma en que la inseguridad de la ciudad ha afectado su oficio y cuáles son las zonas de Bogotá que el miedo les prohíbe recorrer.

De todos los taxistas entrevistados, el 84% aseguraron que han preferido negarse a hacer una carrera por temor al sector (ver infografía). “Si me niego a llevar un servicio me pueden poner multa, pero si me sale uno a Juan Rey (localidad de San Cristóbal), no voy. Primero la familia”, asegura uno de los conductores.

Este año van seis taxistas asesinados y hay 47 denuncias por hurto de conductores que se encontraban trabajando en el momento del robo, según cifras de la Policía Metropolitana (Mebog).

Precisamente para combatir los robos de taxis y autopartes, las autoridades han incluido en sus estrategias de prevención el marcado de los vehículos. “La Policía consiguió compresores para pintar las latas o las partes de los carros y desestimular este tipo de hurto, ya que en el mercado negro no pagan un buen precio por los repuestos que tienen señales”, explica Carlos Arenas, jefe de prensa de la Mebog.

¿Cuáles son los lugares a los que más les temen los taxistas? En el sondeo realizado los conductores también declararon que las localidades más inseguras para su trabajo son Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa. Para ellos, hace falta más acompañamiento de la Policía en estas zonas, pues reconocen que en ocasiones sí hacen presencia, pero en los lugares donde los usuarios abordan los taxis (por ejemplo, en el norte de la ciudad), mientras que se descuidan puntos en la periferia, predilectos para los robos.

Quejas como esta son analizadas el primer jueves de cada mes en la Mesa del Pacto de Taxistas, creada en el gobierno del exalcalde Luis Eduardo Garzón. Ésta congrega al 97% de los representantes de las 34 empresas afiliadoras de taxis, según datos de la Secretaría de Gobierno. También participan funcionarios de esta entidad y de la Policía Metropolitana y de Tránsito.

Como resultado de estas reuniones se han determinado puntos inseguros de acuerdo con las quejas del gremio, en los que las autoridades han reforzado sus retenes. En las localidades de Kennedy y Suba, entre otras, se han focalizado estas actuaciones.

El pasado 22 de agosto, cuando murió el conductor de taxi José Alberto Pérez, al parecer a manos de un pasajero ebrio en Kennedy, Hugo Ospina, líder del sindicato de taxistas, reiteró que el caso era muestra del drama que viven los conductores y sobre todo de aquellos que trabajan de noche.

Debido a estos casos y en busca de estrategias de prevención, trabaja el “frente de seguridad de la mancha amarilla”, en el que los taxistas reportan a la Policía la existencia de carros o usuarios sospechosos y de personas que utilizan sus carros para atacar a los ciudadanos con el famoso “paseo millonario”.

En otros lugares del país las autoridades han acordado curiosas medidas. En Barranquilla, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte y la Policía lograron un acuerdo en agosto según el cual, cuando un taxista lleve a un usuario que resulte sospechoso, al pasar frente a un CAI el conductor debe hacer un cambio de luces y los uniformados pueden parar el taxi para revisarlo y requisar al pasajero. Una medida que aunque ha recibido varias críticas, puede contribuir a blindar el gremio.

Por Verónica Téllez Oliveros

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