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Defenderse en su propia casa, al dispararle a un desconocido quien al parecer iba a robarlo, le está saliendo caro a un ciudadano. Se trata de Fernando Amaya, un hombre quien el pasado 16 de mayo de 2019 accionó una vieja arma de fuego que era de su padre, en contra de un sujeto quien irrumpió en su casa de forma ilegal con el aparente motivo de hurtarlo.
Amaya, tras herir al señalado delincuente, terminó siendo judicializado por porte ilegal de armas aún cuando los papeles de esta, que está a nombre de su papá, estaban también en la vivienda, por lo que ahora podría ser condenado a nueve años de prisión según lo considere un juez, este martes 12 de octubre, durante el juicio.
La situación legal del señalado delincuente, identificado como Diego Mondragón, es completamente diferente. De él se podría decir que salió bien librado porque, aunque fue condenado por hurto agravado, se le concedió la libertar gracias a un acuerdo con la justicia, a pesar de que el parte médico dejó en evidencia que el día que ingresó al predio de Amaya, se encontraba bajo los efectos de estupefacientes y actuó de forma violenta.
Por otra parte, se estableció que Mondragón habría cometido, en otras oportunidades, hurtos similares, posee seis entradas al sistema penal y en 2017 había recibido otra condena de la cual pagó solo unos meses debido a que llegó a un acuerdo para ser dejado en libertad.
“Como están las cosas, sale uno a deberle a los ladrones y sumado a ello me ha tocado vivir un camino muy desgastante, donde pese a la claridad de los hechos, el aparato judicial sigue funcionando con un gran desgaste para la víctima, tanto emocional, económico y familiar”, indicó Amaya, a RCN Radio.
