Un robo a mano armada perpetrado en el barrio Britalia dejó como resultado la captura de dos hombres y la recuperación de joyas valoradas en más de 10 millones de pesos. Los hechos ocurrieron cuando los sospechosos ingresaron a un establecimiento y sustrajeron varias piezas, desatando una persecución que incluyó intercambio de disparos hasta lograr su detención.
Durante el procedimiento, a los detenidos se les encontró un arma de fuego tipo pistola. Uno de ellos portaba un brazalete electrónico del INPEC y tenía antecedentes por diversos delitos, mientras que el otro fue trasladado a un centro asistencial debido a heridas sufridas en la acción. El uso extendido de armas de fuego y la reincidencia muestra que, aunque existan mecanismos de control, el riesgo en comercios y espacios públicos sigue latente.
El caso evidencia que las cifras oficiales, que muestran una reducción del 26 % en el hurto a comercio en 2025, no siempre reflejan la experiencia de los ciudadanos en zonas donde la delincuencia persiste. La Policía ha logrado la captura de miles de personas por distintos delitos este año, pero episodios como este recuerdan que la reacción inmediata no es suficiente: es necesario fortalecer estrategias de prevención y políticas de reinserción que disminuyan la reincidencia y mitiguen el impacto de estos delitos en la vida cotidiana.
En un contexto donde el hurto y la violencia armada conviven con medidas de vigilancia y control, la pregunta sigue siendo cómo lograr que la percepción de seguridad de comerciantes y ciudadanos coincida con los datos oficiales.
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