Un intento de hurto es la hipótesis inicial que manejan los investigadores de la Fiscalía, dentro de la indagación que se adelanta por el homicidio de los sacerdotes santandereanos Rafael Reátiga Rojas y Richard Armando Piffano.
Reátiga, de 34 años de edad, y Piffano, de 36, fueron hallados muertos la madrugada del jueves, 27 de enero en el barrio Dindalito de Kennedy, al su Bogotá.
Según versiones preliminares ambos religiosos habrían cerrado un negocio para la adquisición de un vehículo por 30 millones de pesos el mismo día en el que se cometió el crimen.
Entrevistas con vecinos y allegados a las víctimas parecen reafirmar la teoría respecto al hurto que, aparentemente, encierra el núcleo del caso.
El padre Reátiga, quien oficiaba como párroco de Fontibón, y Pifanno, al mando de la Parroquia de Soacha Cundinamarca, recibieron su último adiós el viernes pasado, en medio de las reacciones de dolor y rechazo de parte de sus respectivos feligreses.