La violencia contra la niñez en Colombia se recrudece cada año. En el primer semestre de 2025 murieron 884 menores, producto de la violencia, accidentes o suicidios, lo que representa un aumento de 5,4 % frente al mismo periodo del año pasado. Las alarmas se encienden al analizar los homicidios: con 313 casos en el país, se reporta un aumento del 20 %. ¿Qué hacer? ¿Cómo entender la problemática?
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La frase “perdónanos por no protegerte”, que acompañó el sepelio de Valeria Afanador, de 10 años, no solo aplica para su caso sino para cientos de menores que este año han desaparecido o que fueron víctimas de las violencias en el país. Difícil olvidar el caso de Ayelen Sara Páez, 16 años, que desapareció en Chapinero el 9 de agosto; el de David Nocua, de 14 años, asesinado en mayo por su exnovia, o el de Hárold Aroca, de 16 años, quien fue raptado y asesinado el 10 de agosto, en el centro.
Tampoco, el misterioso caso de Sharol Saray Rojas, de 8 años, quien cayó a la quebrada Chuniza, en Usme, y a aún no lo encuentran. Todos evidencian un hecho desconcertante: la niñez no está segura y cada vez menos, cuando se reconocen que los principales riesgos están en casa o en entornos escolares. El llamado es a la protección,
¿Qué está pasando?
Alexandra Correa, defensora por los derechos de la niñez, trata de explicar el panorama: “es tan grave que, incluso, supera el asesinato de líderes sociales y excombatientes de las Farc. En promedio son alrededor de 18.000 casos de violencias contra menores al año. Y el de asesinatos, igual. Contamos, en promedio, 500 al año”. Su afirmación tiene sustento en las estadísticas: del primer semestre de 2025, en el que se reportaron 884 muertes por diversas circunstancias, 42 casos más que en 2024.
Dentro de este universo, la causa que mayor incremento reportó fue el homicidio que, según Medicina Legal, pasó de 260 casos en 2024 a 313 en 2025, un aumento de 20 %. De otro lado, se tiene que la mayoría de las víctimas fueron hombres (624 casos) y el grupo de edad más afectado fue el que está entre los 15 y los 17 años, con 523 víctimas.Al analizar por región, Bogotá y Cundinamarca encabezan los reportes: la capital con 54 muertes (19 homicidios) y el departamento, 47 (nueve homicidios).
Para completar, mientras Valle del Cauca y Antioquia registraron la mayor cantidad de homicidios, con 70 y 39, respectivamente; Bogotá tuvo el mayor número de suicidios, con 18 casos. En seis meses, en el país se reportaron 16.864 casos de lesiones no fatales contra niños, niñas y adolescentes (7,7 % menos que en 2024). De estos, el 48,9% corresponden a presuntos delitos sexuales; el 21,4%, a violencia intrafamiliar, y el 20,7 % a violencia interpersonal.
Ante esto, la fundación NiñezYa señaló que, si bien Colombia ha logrado importantes avances en la garantía de los derechos de la niñez, como el Código de Infancia 2006; la Política de Cero a Siempre; la Política Nacional de Infancia y Adolescencia de 2018, o la Ley 2089 de 2021, que prohíbe el uso del castigo físico, “persisten brechas en la protección de sus derechos”. Correa apunta: “la responsabilidad hacia la niñez es tripartita: hogar, estado y sociedad. En el hogar se cometen las peores atrocidades y, de hecho, la violencia sexual se da en un 85% en la casa. En la mayoría de casos no es un extraño, es el tío, el abuelo, el primo, el padrastro, el papá”.
De otro lado, la concejal Ana Teresa Bernal (Pacto Histórico) alertó sobre el alarmante panorama de desapariciones. Según Medicina Legal, hasta junio se registraron en Bogotá 882 casos. A la fecha, 505 personas siguen sin aparecer. “Son cientos de familias bogotanas que viven la angustia de no saber dónde está un hijo, una madre, un hermano. Lo más doloroso es que de estas desapariciones, 156 casos son menores de edad, la mayoría, niñas (106). Esto es una tragedia que Bogotá no puede seguir ignorando”.
“Las niñas se están desapareciendo”, señaló Correa, “y no hay un ente que esté haciendo el seguimiento. Sospecho que hay trata detrás de la desaparición de muchas niñas, por ejemplo, Kendall en Antioquia lleva 1 año desaparecida. A nadie le importó”, cuestionó. Mientras la justicia busca esclarecer estos casos, lo cierto que es que la prevención es la única manera de dejar de lamentar estas noticias, que reflejan las deudas con la niñez.
Por ejemplo, desde el Congreso se exige que la Ley Rosa, sancionada en 2023, entre a ejecutar el rol para el que fue creada. No obstante, las expertas alertan los tropiezos. Este jueves 4 de septiembre, se debatirá un proyecto de Ley de ‘Justicia Especializada para Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes’ que busca asegurar una atención en justicia centrada en la niñez. A su vez, sesde el Concejo de Bogotá, la Comisión de Gobierno aprobó en primer debate el pliego modificatorio de los Proyectos de Acuerdo 404, 290, 409 y 428 de 2025, que busca crear mecanismos efectivos y con enfoque diferencial para la búsqueda de desaparecidos en la ciudad.
Son esfuerzos válidos, que deben entrar a operar de la mano con campañas de concientización para las familias y el refuerzo del llamado por el cuidado de los niños. Así, el país podrá resarcir una deuda presente y evitar nuevas tragedias y frases como “debí protegerte”, ahora que todavía el país está a tiempo de proteger a muchos niños, niñas y adolescentes en riesgo.
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Por Juan Camilo Parra
