José del Carmen, el rostro de la huelga de hambre en el Portal de Las Américas de Transmilenio

El pasado martes 5 de marzo fue atendido por una ambulancia que lo vio en malas condiciones / El Espectador.

Quien pase durante estos días por el Portal de Las Américas, ubicado en el suroccidente de Bogotá, podrá ver un letrero en la entrada de los buses que dice "MASACRE LABORAL" (sic), y debajo de este unos cuantos mensajes más dirigidos hacia la dirigencia de Transmilenio (TM). Debajo de los letreros hay un cambuche donde se refugia José, el único conductor que lleva aguantando hambre desde el pasado 27 de febrero.

José del Carmen Soler Parra completa este miércoles ocho días en huelga de hambre. Su campamento, que ha sido su hogar durante esta semana, lo ubicó justo en la entrada de buses del Portal de Las Américas. Pese a que varios compañeros lo intentaron apoyar con la iniciativa, todos desistieron porque no se prepararon como él lo hizo.

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Durante casi tres meses estuvo disminuyendo el consumo de alimentos y camimando desde su casa, en Soacha, hasta el Portal de las Américas. Ese trayecto, dura aproximadamente dos horas y le sirvió para pensar muy bien en lo que tenía que hacer. Dice que ese plan ahora es un hecho, del cual no se arrepiente.

Él, como varios compañeros de una de las nueve empresas que actualmente operan en TM, tiene quejas desde hace varios años por el maltrato que sienten por parte de los operadores. Según manifiesta, trabajan hasta 14 horas al día, cuando el contrato es de 48 horas a la semana. Por ejemplo, cuando inician su jornada laboral, lo hacen en un portal y muchas veces finaliza en una estación, pero como no pueden dejar el bus tirado, tienen que continuar trabajando hasta que otro compañero lo reciba en el portal, lo que conlleva a invertir parte de su tiempo.

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Soler hace parte del sindicato y atestigua que muchos de sus compañeros fueron despedidos sin justa causa, supuestamente, por hacer parte de este grupo. El hecho se suma a las exigencias que llevan realizado desde hace varios años, solicitando condiciones dignas de trabajo y según el conductor, a los empresarios no les ha gustado porque han mostrado, junto con otros compañeros que llevan más tiempo que él, pruebas de que su salud se ha deteriorado.

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El rostro del conductor, que hoy cumple ocho días de estar a punto de agua y suero, se ve demacrado, pero con una expresión amable. Expresión que cambia cuando habla sobre lo difícil que ha sido para él abandonar a sus dos hijos, su única familia, con quienes se comunica solo por celular.

¿Quién es José del Carmen Soler?

El rostro de la huelga de hambre en TM cumplirá 58 años en mayo. Es de Zetaquira, Boyacá, y desde muy pequeño vive en Bogotá. Sus padres fallecieron hace mucho y la única familia que tiene se resume en sus dos hijos, quienes lo acompañan en este proceso, que se suma a otras peleas que ha tenido que dar a lo largo de su vida  

Parece un hombre común y corriente, pero ha tenido que sufrir en carne propia las violencias del país, como la pérdida de su esposa a manos de criminales. “Cuando supe que la mataron, lo único que quería era ser parte de la guerrilla, encontrar a quienes acabaron con su existencia y, no sé de dónde, buscar cómo vengarme”, cuenta.

Dice que hoy ya no existe resentimiento, y que quiere demostrar que el amor se ha impuesto por encima de la violencia, pese a lo que ha tenido que pasar, algo que hace evidente cuando habla de sus hijos. 

Su huelga de hambre, dice, la hace para que sus compañeros no experimenten lo mismo que él: su condición física y su salud se afectó tras ocho años sentado frente al volante de los articulados. Según él, ocurrió porque las condiciones de los vehículos de TM no son óptimas para que los conductores se transporten de manera cómoda.

Soler ya se sentó con representantes de la empresa, gracias a que la Personería le ha ayudado; sin embargo, los empresarios no han dado su brazo a torcer. Él dice que tampoco va a desistir.
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