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Por quinto año, ProBogotá publicó el Informe Anual de Seguridad, esta vez con un consolidado del año 2024. Este documento, señalan, tiene el fin de ser una herramienta clave para el análisis en materia de seguridad urbana para la ciudad.
Como era de esperarse, de acuerdo al comportamiento de las denuncias el año pasado, indicaron que cuatro de los once delitos de alto impacto aumentaron en Bogotá: homicidios (11,07 %), extorsión (63,52%), delitos sexuales (34,28%) y violencia intrafamiliar (15,93%).
Según explicaron, el delito de homicidio responde a disputas entre estructuras criminales por el control de economías ilegales, el narcotráfico y contrabando y a conflictos de convivencia e intolerancia, “muchas veces relacionado con el consumo de alcohol”. Mientras que la extorsión “presentó cifras históricas y se debe al aumento de acciones de organizaciones criminales que se financian a través de este delito”.
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Por su parte, analizaron que los delitos sexuales aumentaron en 15 de las 20 localidades (La Candelaria, Teusaquillo, Chapinero, Antonio Nariño y Fontibón), siendo el 74,4% de las víctimas, mujeres. Mientras tanto, el delito de violencia intrafamiliar aumentó en un 15,9%, siendo las localidades de Los Mártires, Santa Fe y la Candelaria, donde más se registraron casos.
“En cuanto a los delitos sexuales y la extorsión, se relacionan entre ellos por una cultura generalizada de impunidad y la violencia, lo que los relaciona en la misma medida con la violencia intrafamiliar”, señaló ProBogotá.
En resumen, La Candelaria, Usaquén, Los Mártires y Santa Fe, son las localidades que concentran mayor actividad delictiva, teniendo en común “áreas comerciales de gran afluencia, espacios abandonados, vulnerabilidad social, económica y cultura de impunidad”. “Bogotá tiene menor capacidad de respuesta frente al crimen por su limitado pie de fuerza y tiene menos control territorial en sus límites rurales. Además, tiene entornos descuidados, lo que resulta en la consolidación de zonas inseguras y una ciudadanía que teme habitar el espacio público. Por último, las alcaldías locales son una figura debilitada con baja gestión e impacto en seguridad”, sentenciaron.
Recomendaciones
En su informe, la fundación privada analizó el primer año del alcalde Carlos Fernando Galán como un balance mixto en materia de seguridad, pues “disminuyeron todas las modalidades de hurto y las lesiones personales”.
Aunado a lo expuesto inicialmente, entregaron una serie de recomendaciones para fortalecer las estrategias de seguridad en la capital:
1. Desmantelar los mercados de armas ilícitas e integración de información criminal para desarticular las estructuras no será suficiente, el escalamiento de la violencia y la incidencia de grupos armados en las ciudades contribuye al aumento (de homicidios). Se requeriere de acciones coordinadas con la nación.
2. Se necesita una estrategia para desarticular estas estructuras extorsivas, identificar intentos de falsificación de marcas criminales, golpear a centros de fraude o los llamados call centers de la extorsión y controlar el acceso de los reclusos en centros de detención a dispositivos móviles.
3. Es necesario fomentar una transformación cultural que fortalezca la tolerancia y disminuya los conflictos de convivencia que generan un gran número de homicidios en la ciudad.
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4. La violencia contra la mujer, expresada en delitos sexuales 106 y violencia intrafamiliar, es una de las manifestaciones más graves de esta crisis. Las autoridades han perdido la confianza de las víctimas, debilitando la capacidad institucional de respuesta. Mejorar el acceso a la justicia.
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Por Redacción Bogotá
