
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Bogotá y Funza dieron un paso clave para avanzar en la conexión regional de la Avenida La Esperanza, un corredor estratégico que facilitará los viajes diarios entre el occidente de la capital y la Sabana.
El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y el municipio firmaron un convenio interadministrativo para unir capacidades técnicas, administrativas y financieras que permitan avanzar en el diseño y la preparación del proyecto.
Más información sobre Bogotá: A cuatro años del caso Leal, la SAE revela el estado real de los bienes del estilista.
El acuerdo, que funciona como un convenio marco, estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2027 y no genera obligaciones económicas inmediatas. Su función es alinear equipos y metodologías para que el proyecto avance sin tropiezos en las etapas previas a la obra.
Dentro de sus responsabilidades, el IDU acompañará técnicamente a Funza en la estructuración de procesos de contratación y revisión de los estudios que se desarrollen en las fases de prefactibilidad, factibilidad y diseños.
La entidad también entregará el Documento Técnico de Soporte (DTS) para la fase inicial, revisará los productos entregados por el municipio y avanzará en los estudios de los tramos que aún faltan por definir en Bogotá.
Para garantizar seguimiento, se conformará un Comité Técnico Operativo, con representantes de ambas entidades, encargado de revisar avances, resolver cuellos de botella y aprobar los productos técnicos.
Del lado del municipio, Funza aportará su experiencia en contratación, gestionará los trámites administrativos y presupuestales y adelantará la obtención de licencias, permisos y autorizaciones. Su rol es asegurar que las fuentes de financiación estén identificadas y que los procesos avancen en tiempo y forma.
El proyecto tendrá una extensión total de 8,3 kilómetros, desde la carrera 103 hasta la Transversal Longitudinal de la Sabana (TLS). De ese tramo, 4,5 km estarán en Bogotá y 3,8 km en Funza. El perfil vial propuesto contempla un corredor de 34 metros de ancho, con dos calzadas de dos carriles por sentido, cicloinfraestructura y espacio para circulación peatonal.
La expectativa es que, una vez finalizadas las fases técnicas, el proyecto pueda convertirse en uno de los corredores regionales más importantes del occidente de la ciudad.
Le puede interesar: Alcaldes de Soacha y Zipaquirá rechazan restricciones a vehículos no matriculados en Bogotá.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
