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En el laboratorio fueron hallados cinco kilos de cocaína procesada y lista para la venta. / Policía de Cundinamarca
La cocaína que producían en un laboratorio ubicado en las montañas de Ubalá generaba ganancias por $3.600 millones mensuales. A solo cuatro horas de Bogotá operaba un campamento, dedicado al procesamiento y distribución del alcaloide, que iba a parar a la capital, otros municipios de Cundinamarca y Boyacá.
Para llegar al laboratorio, desde el pueblo, tocaba caminar al menos siete horas entre un espeso bosque. Un sendero de herradura era el único acceso a este centro de ilegalidad, que estaba conformado por una cocina para elaborar el polvo blanco, un dormitorio con capacidad para veinte personas, además de amplias zonas de almacenamiento de insumos.
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