
Luis Manuel Santana y su esposa, afectados por las obras inconclusas de la Perimetral de Oriente.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Que un proyecto vial, diseñado para acortar distancias y generar progreso, sea hoy una marejada de tragedias y menoscabos para las poblaciones colindantes resulta tan insólito como el hecho de que el corredor sea más ineficiente que antes de que comenzaran la obra, hace 10 años, pese a que el constructor entregó tres de los cinco tramos en los que se dividió la via. Pero más insólito resulta saber que este fracaso lo pronosticaron los vecinos del proyecto hace 14 años y nadie los escuchó.
Este sinsentido es lo que rodea a la fallida...

Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com
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