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Las cifras de Petro sobre su gestión en Bogotá

Las estadísticas de la Alcaldía respaldan el balance ya conocido: le puso más empeño a alcanzar sus metas sociales y descuidó infraestructura, movilidad y seguridad.

Redacción Bogotá
20 de diciembre de 2015 - 02:00 a. m.
Las cifras de Petro sobre su gestión en Bogotá

El final de un gobierno suele estar repleto de cifras y balances que, a propósito, parecen depender de quién los use y cómo los use. Solo hay que echarle un ojo a hechos recientes: en la administración de Gustavo Petro, que rindió cuentas el martes pasado, argumentan que cumplieron el 80% de las metas propuestas. La Veeduría, sin embargo, salió al paso para asegurar que lo logrado solo alcanzó el 57%. En la reciente discusión sobre el presupuesto, además, la concejal liberal María Victoria Vargas sacó a relucir que de los $52 billones que le aprobaron al alcalde para ejecutar el plan de desarrollo, solo se ejecutaron $30 billones. Esto, sin contar con las 30 promesas incumplidas que destacó la Contraloría Distrital.

Las cifras han ocupado titulares en los medios, pero la pregunta lógica es: ¿quién dice realmente lo que es? Sobre todo porque, al menos en estos casos, todos tienen la misma fuente: el informe más reciente de la Secretaría de Planeación sobre avances de cumplimiento de metas del plan de desarrollo, cuyo corte es el 30 de septiembre pasado y está disponible para cualquier ciudadano.

El ejercicio que hizo la Veeduría fue simple: tomó las 478 metas que se propuso el gobierno Petro en el Plan de Desarrollo Bogotá Humana y sacó las que “están en verde”, es decir, las que se consideran cumplidas. Son 274, equivalentes al 57% ya mencionado.

El Distrito, en cambio, a la hora de hacer los cálculos les da más peso a las metas de corte social, que conforman un gran eje que la Alcaldía llama “Una ciudad que supera la segregación y la discriminación”. Allí están las políticas de educación, primera infancia y salud, por ejemplo. Ese fue el énfasis de esta administración, allí se concentró la mayor parte del presupuesto, es el eje que tiene más metas y, además, es aquel en el cual la proporción de cumplimiento fue mayor. Eso hace que jalone hacia arriba el porcentaje de avance de los logros. Los otros dos grandes ejes del Plan de Desarrollo (a los que se les asigna menos peso) son “Un territorio que enfrenta el cambio climático y se ordena alrededor del agua” (que además incluye las metas de movilidad) y “Una Bogotá que defiende y fortalece lo público”.

Otra interpretación es con base en la ejecución del presupuesto. Lo que dice la concejal Vargas es cierto y consta en los informes de la Alcaldía. Si se toma todo lo presupuestado en el Plan de Desarrollo 2012- 2016 ($52,5 billones), y se compara con lo ejecutado ($30 billones), se puede decir que Petro, con corte a septiembre 30, ha ejecutado $57 de cada $100 programados.

En la Secretaría de Planeación, sin embargo, dicen que el avance de metas no necesariamente corresponde con lo ejecutado en presupuesto, y prefieren separar ambas cosas.

Los programas

Más allá de esas explicaciones técnicas, las cifras de la propia Alcaldía evidencian un balance ya conocido: que la Bogotá Humana se enfocó en su apuesta de programas sociales y descuidó otros como la seguridad y la movilidad.

Pero es necesario hacer una anotación: hasta en aquellos aspectos donde los logros fueron altos hubo incumplimientos, y en aquellos donde el avance fue escaso se cumplieron algunos objetivos.

Los gráficos que acompañan este informe presentan el avance de 19 de los 33 programas que estableció el gobierno Petro en su plan de desarrollo. De acuerdo con los parámetros de Planeación, un objetivo se considera “en verde”, prácticamente cumplido, si supera el 70% de avance.

En ese orden de ideas, la Alcaldía de Gustavo Petro también se quedó corta en el cumplimiento de los programas que formuló sobre gestión de riesgo y cambio climático, una paradoja si se tiene en cuenta el énfasis constante que él hace en la necesidad de prepararse ante los avatares del clima. Avanzó en la formulación de la nueva política pública y logró que el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae) se convirtiera en el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger). Sin embargo, no concretó obras relevantes, relacionadas con drenajes y recuperación de áreas protegidas.

Cumplió más con aquellos aspectos que integraron el eje de su gobierno, como atención a primera infancia, salud y educación (este último, reconocido recientemente por la Unesco). Las cifras de la Alcaldía también dejan claro, sin embargo, que al menos en estos dos últimos puntos hubo falencias en infraestructura, si se tiene en cuenta que incumplió con las metas de construcción de nuevos colegios y de equipamento de hospitales.

Hay otros aspectos que la Veeduría también se ha encargado de tener en cuenta a la hora del balance. Por ejemplo, que “la modalidad de contratación más usada fue la contratación directa”, es decir, a dedo, una práctica usada, sobre todo, en la Secretaría de Integración Social.

Al tiempo, “en los sectores y programas en donde se requiere licitar, el nivel de ejecución es muy bajo”.

Por Redacción Bogotá

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