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Las implicaciones del reversazo con Transmilenio por la calle 13

Aunque en campaña y durante los primeros meses dijo que no, la alcaldesa Claudia López anunció esta semana que ahora sí construirá la troncal, aunque será diferente a la que dejó proyectada la administración de Enrique Peñalosa. ¿Qué cambios deberá hacer para llevarla a cabo?

Redacción Bogotá
07 de noviembre de 2020 - 07:11 p. m.
Según la alcaldesa López, la troncal de 11.4 km que dejó en diseños la anterior administración "le competía de forma desleal" a Regiotram de Occidente.
Según la alcaldesa López, la troncal de 11.4 km que dejó en diseños la anterior administración "le competía de forma desleal" a Regiotram de Occidente.
Foto: Alcaldía de Bogotá

Por si no era suficiente la controversia por el cambio de planes en la carrera Séptima, en la que se revocó una troncal de Transmilenio (TM) que estaba lista para adjudicar, para dar paso a un nuevo proyecto que está empezando a diseñarse, ahora el Distrito debe afrontar un proceso similar pero en la calle 13, una de las vías principales del occidente de Bogotá. En este corredor, muy complejo porque acoge gran parte del tráfico pesado que entra y sale de la ciudad y es la vía principal para los habitantes de municipios de la sabana occidental (Facatativá, Funza, Madrid, Mosquera, etc.) que deben viajar a la capital, se proyectó una troncal de TM que solucionara las dificultades de movilidad en ese sector.

Los planes cambiaron a principios de este año. En la revisión de nuevas troncales a construir, el Distrito descartó la calle 13 argumentando que el Regiotram (tren de cercanías que conectará Bogotá con Cundinamarca) supliría toda la demanda de transporte público por el occidente. Pero todo dio un giro cuando el Distrito implementó en la calle 13 uno de los carriles exclusivos para bicicletas, que terminó aumentando de forma considerable los tiempos para salir de Bogotá por esa vía. Tras un par de meses, a los transportadores de carga pesada, conductores de buses intermunicipales y de carros particulares, se les acabó la paciencia y realizaron una movilización para pedir que se eliminara el bicicarril.

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La respuesta del Distrito, además de firmar un acuerdo con la gobernación de Cundinamarca con el fin de mejorar la movilidad, fue retractarse sobre los planes iniciales en la calle 13 y anunciar que ahora sí se ponía se construiría la troncal de TM. Sin embargo, según dijo la alcaldesa Claudia López, no sería la misma troncal que había proyectado la anterior administración y que tenía estudios y diseños con un 92 % de avance.

La propuesta de la administración Peñalosa contemplaba que la calle 13 se convirtiera en una autopista urbana con dos calzadas de dos carriles para TM y cuatro carriles de tráfico mixto, con espacio público, zonas verdes y ciclorrutas. La idea era construir 11,4 km de troncal, en la que se ubicarían 13 estaciones de TM, un portal y sería necesario adquirir 114 buses biarticulados. Además, tendría cinco intersecciones a desnivel, dos pasos elevados y 19 puentes peatonales. Pero, según López, era un proyecto que “le competía deslealmente al Regiotram de Occidente en vez de complementarlo y la única fuente de financiación que tenía era un nuevo y costoso peaje”.

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Por eso, esta semana la alcaldesa anunció que la línea de TM en la calle 13 que hará su administración “será de la mitad del tamaño propuesto dado que la demanda de pasajeros se distribuirá con el Regiotram para que se complementen y se deje otro carril a carga y otro al bicicarril”. Una nueva propuesta que, sin embargo, tendría que sortear varios trámites, empezando porque los diseños y estudios cambiarían, es decir que tendrían que empezar de cero, además que no fue incluida en el Plan de Desarrollo y por tanto su financiación no está asegurada.

Otras implicaciones del cambio de planes están en el plano político. La decisión de López sin duda tendrá un costo en ese sentido, pues desde ya hay varios concejales de su propia bancada que anunciaron su oposición a la troncal. Además, según expertos en movilidad que de hecho discrepan sobre si se debe hacer o no la troncal, esto es ejemplo de por qué en las campañas a la Alcaldía se debe pedir mucha más rigurosidad en cuanto a proyectos y promesas, y no que se prometan cosas que meses después deben reversar al darse cuenta de la realidad.

Todo eso sin contar que el reinicio de planes podría (o debería) venir acompañado de un proceso de participación, tal como se está haciendo con el Corredor Verde de la carrera Séptima, teniendo en cuenta que sobre esa vía transitan buses intermunicipales, vehículos de carga, carros particulares y ciclistas, haciéndola una vía que debe responder a los intereses de varios actores viales. Por ahora, lo único cierto es que con la decisión el Distrito rompió su afán por no darle más espacio a TM, pues solo hace unos meses afirmó que se haría una pausa a ese modelo para empezar a estructurar trenes de cercanías y la extensión del metro.

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¿Qué dicen los expertos?

De acuerdo con el director del programa de Gestión del Transporte de la U. Tadeo, German Prieto, es difícil conocer las razones internas del Distrito para comprometerse a hacer una troncal que no es la que estaba. “Es resultado de la costumbre que están tomando los candidatos de proponer cosas en campaña, pero cuando llegan a gobernar se dan cuenta que no pueden deshacerse de compromisos previos o deshacer proyectos que ya tienen avances en cuanto a estudios y hacen pate de una planeación más integral de ciudad”.

Para el experto, quien cree necesaria la construcción de TM en la calle 13 para aumentar la demanda de Regiotram, hay que ver la decisión no como un cambio de planes, sino como un avance que permitiría ordenar uno de los corredores más complejos de la ciudad. No obstante, explicó que todo esto es resultado de hacer planificaciones de un periodo y no a largo plazo. “Por eso los alcaldes terminan haciendo todo, menos lo que querían hacer. Desde la academia y los medios deberíamos llamar a que las decisiones de ciudad se tomen a largo plazo y no solo por decisiones absolutistas y gustos sobre uno u otro proyecto, sin respetarlos análisis técnicos y la inversión”, puntualizó Prieto.

Por su parte, Ricardo Montezuma, Ph.D. en urbanismo y movilidad, afirmó que si se hace Regiotram no sería conveniente hacer una línea de TM paralela, sino que los esfuerzos deben volcarse hacia el tren de cercanías. Pero coincidió con Prieto en que esto demuestra lo volátiles que pueden ser las decisiones políticas, por encima de conceptos técnicos. “La decisión política es un acto que compromete y que implica muchísimas personas, territorios, entidades, así que no es algo tan fácil. Detrás de decidir qué se hace hay muchos elementos y esas decisiones deberían ser mucho más explicadas, porque las implicaciones son muy complejas”.

Para Montezuma, hay que esperar a tener los diseños para saber en realidad qué harán en la calle 13. “Hemos visto muchos proyectos y habrá que esperar que esto sea más concreto y sobre todo que tengan voluntad de realizarlo, mas allá del anuncio”, agregó.

Carlos Moncada, docente de transporte en la Universidad Nacional, aseguró a su turno que no es un secreto que en esa y otras vías no hay espacio para todos, así que hay que tomar decisiones. Por eso, cree que es necesario realizar un proceso participativo para definir qué se debe hacer en la calle 13.

“Hoy en día uno no se puede sentar en una oficina y decidir qué hacer con las vías y el espacio público. Es necesario hacer procesos participativos y más en una vía donde hay camiones que van al lado de los ciclistas y motociclistas. Creo que lo mejor es sentarse a recibir opiniones y generar participación entre todos los que usan la vía, para entre todos decidir qué se puede hacer".

De hecho, para Moncada la planeación participativa es el futuro porque quizás así la gente dejará de quejarse tanto. “Hay diseños que se hicieron antes pero tienen su lógica desde el transporte público. ¿Será que eso responde a las necesidades de hoy? Creo que no y que hay que perderle el miedo a la planeación con participación, y no seguir pensando que la ciudad la diseñan los ingenieros o los arquitectos, porque habrá que rediseñar todo el tiempo”. Y concluyó que en este tipo de proyectos tienen tanto derecho de opinar tanto los expertos como los que viven o usan determinada vía.

Reproches desde el Concejo

Aunque aún no se sabe la dimensión, la decisión de Claudia López tendrá un costo político. Algunos concejales de todos los tintes políticos aplaudieron la decisión, pero señalaron que fue un error haber descartado inicialmente la troncal y calificaron el cambio de planes como una “improvisación”. El asunto se complica aún pues incluso desde su propia bancada de gobierno han manifestado una oposición al proyecto que todavía no se sabe hasta dónde puede llegar.

El disentimiento ya se venía cocinando y de eso da cuenta el más reciente informe de la Comisión accidental de nuevas troncales de TM que se creó en el Concejo, conformada por los cabildantes Lucia Bastidas (Alianza Verde), Carlos F. Galán (Bogotá para la Gente), Yefer Vega (Cambio Radical), Andrés Forero (Centro Democrático) y Fabian Puentes (Partido MIRA).

Los concejales concluyeron que la discusión sobre si hacer o no una troncal en la calle 13 debe realizarse de manera técnica y que no se pueden combinar el Regiotram y la calle 13 debido a que son dos corredores diferentes y distantes. “Esta obra regional no solucionará la movilidad de los habitantes de Bogotá por este corredor, sino a los habitantes que vienen de los municipios de la sabana de occidente”, indicó la comisión.

La concejal Lucia Bastidas, coordinadora de la comisión, aseguró que ambos proyectos son claves para la movilidad de Bogotá y la región y por tanto no deben concebirse como proyectos rivales, sino complementarios teniendo en cuenta que la troncal atenderá la demanda de Bogotá, mientras que el Regiotram tendrá como objetivo principal movilizar a los habitantes de los municipios de Facatativá, Madrid, Mosquera y Funza.

“El desarrollo de ambos proyectos permitirá a la ciudad consolidar la multimodalidad a la cual se le apuesta para garantizar diversidad de opciones a los bogotanos en materia de transporte público y beneficios adicionales como el espacio público y las zonas verdes”, agregó Bastidas. Estas son otras opiniones desde el Concejo sobre una puja que apenas empieza y que podría ser casi tan compleja como la de la carrera Séptima.

Redacción Bogotá

Por Redacción Bogotá

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