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Desde 2021, las zonas de parqueo pago se unieron a las medidas que intentan solventar uno de los dolores de cabeza más recurrentes de los bogotanos: la congestión vehicular. En Bogotá, una ciudad en la que cerca del 50 % de la red vial se ve afectada por la invasión del espacio público, estas zonas han permitido la recuperación de 43 kilómetros viales, dándoles un respiro a los corredores internos de la capital. Sin embargo, tras dos años de su implementación, los retos persisten, en particular en materia de viabilidad económica, información y cobertura.
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El desacuerdo de los residentes del tradicional barrio bogotano surgió a raíz de situaciones específicas que sufrieron varios vecinos debido a la implementación de las bahías de parqueo pago, la cual, según los denunciantes, careció de consulta con la comunidad y empezó funciones de forma arbitraria.
Para llegar a consensos, la tarde del pasado viernes 19 de enero, re realizó una reunión entre la comunidad afectada y representantes de la Secretaría de Movilidad y de la Terminal de transportes de Bogota, a la cual también asistieron líderes políticos como el concejal José Cuesta, quien puso a consideración del Concejo de la ciudad la problemática expuesta por los residentes de la zona. Durante la reunión se discutió sobre los costos asociados a la medida y cómo ello afecta la economía del sector.
Uno de los casos expuestos que da un panorama de la situación, es el de una adulta mayor, vecina del barrio, que tuvo que pagar por el parqueadero de un equipo médico que fue a atenderla de urgencia a su propia casa porque en su conjunto no había espacio para que visitantes parquearan. Situaciones similares han tenido que pasar varios vecinos que se niegan a la implementación de este tipo de cobros.
Esta medida ya ha sido ampliamente rechazada en otros puntos de la ciudad. En octubre del año pasado, el grueso de la comunidad del barrio La Esmeralda, ubicado también en Teusaquillo, se movilizó a raíz de la implementación de dicha medida, alegando, además de los costos y las afectaciones a la economía del barrio, el impacto en la riqueza natural del sector, que es catalogado como un espacio ecocultural.
Así las cosas, debido a la conclusión general de los residentes del primer sector de Pablo VI, queines perciben la imposición de la medida como abusiva y arbitraria, el próximo 24 de enero se llevará a cabo una mesa técnica de discusión en el Concejo de Bogotá, para buscar una solución formal a esta problemática denunciada por la comunidad, que podría replicarse en otros puntos de la ciudad.
En caso de ni llegar a acuerdos formales, los residentes de Pablo VI anunciaron que tomarán medidas legales para parar los cobros por parqueos.
Las zonas de parqueo
Con corte en noviembre de 2023, la ciudad contaba con más de 6.000 cupos, y se espera que para inicios de 2024 se llegue a 8.000. De acuerdo con la Terminal de Transportes, entidad que opera las Zonas de Parque Pagas ZPP, cerca de dos millones y medio de ciudadanos han usado los parqueaderos en vía.
Algunas de las localidades con mayor cantidad de cupos son Chapinero, con 2.255 cupos; Teusaquillo, con 1.684; Fontibón, con 431; Engativá, con 297, y Santa Fe, con 184. Aunque el avance ha sido notable, la meta para 2022 era de 8.000 cupos, teniendo en cuenta que en la capital ruedan más de dos millones de vehículos y se estima que 600.000 parquean de manera indebida.
Las ZPP son operadas por la Terminal de Transporte y se identifican por una señal azul. La operación la lideran 900 funcionarios, de los cuales 74 corresponden a antiguos cuidadores de parqueadero informal.
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Por Redacción Bogotá
