Los 4 factores que impiden la investigación científica

Llegó diciembre. Época de cierres, balances y análisis. Mi tema esta vez es Bogotá y su interés en el fomento de la investigación científica, la ciencia y la tecnología como motores del desarrollo local. La capital cuenta con importantes capacidades que se reflejan en la amplia red de instituciones de educación superior, el mayor número de grupos e investigadores categorizados por Colciencias y por ser sede de institutos y centros de investigación de reconocida trayectoria.

Adicionalmente, el Distrito registra el mayor índice de escolaridad a nivel nacional, con amplias coberturas tanto en educación media, como en educación superior y cuenta con una variada oferta de estudios postgrado a nivel de maestrías y doctorados.

Esta mezcla de capacidades institucionales y humanas deberían redundar en un liderazgo a nivel nacional y regional en materia de generación de nuevo conocimiento e innovación. Sin embargo, no es así. A mi juicio, al menos cuatro son los factores que impiden una mayor eficiencia del sistema de ciencia y tecnología en Bogotá:

1. Ausencia de redes de conocimiento e información que permitan compartir las iniciativas y los avances que en investigación científica realizan los diferentes actores en el ámbito urbano.

2. Una mayor integración entre las instituciones de educación superior bogotanas, de tal forma que se puedan compartir bienes escasos como laboratorios, centros tecnológicos y bases de datos, para así optimizar el uso de los recursos que demandan los proyectos de investigación.

3. Escaso apoyo financiero estatal para los proyectos de ciencia, tecnología e innovación del Distrito, por ser el ente territorial que en proporción a sus habitantes recibe menos recursos por parte del Fondo Nacional de Regalías para estos fines.

4. Poca articulación con la industria local, lo cual limita las posibilidades de una fluida transferencia tecnológica desde las universidades hacia el sector productivo de la ciudad.

Debe reconocerse que algunas iniciativas trabajan por superar estas limitaciones, tales como la Red de Universidades del Centro de Bogotá o las actuaciones que realiza Connect Bogotá-Región. No obstante, es innegable que se requiere mejorar los canales mediante los cuales circula el conocimiento que se genera en la ciudad, si se quiere que nuestras capacidades en investigación de forma efectiva contribuyan al desarrollo y progreso social de nuestro entorno.

*Vicerrector de la Universidad de La Salle

Llegó diciembre. Época de cierres, balances y análisis. Mi tema esta vez es Bogotá y su interés en el fomento de la investigación científica, la ciencia y la tecnología como motores del desarrollo local. La capital cuenta con importantes capacidades que se reflejan en la amplia red de instituciones de educación superior, el mayor número de grupos e investigadores categorizados por Colciencias y por ser sede de institutos y centros de investigación de reconocida trayectoria.

Adicionalmente, el Distrito registra el mayor índice de escolaridad a nivel nacional, con amplias coberturas tanto en educación media, como en educación superior y cuenta con una variada oferta de estudios postgrado a nivel de maestrías y doctorados.

Esta mezcla de capacidades institucionales y humanas deberían redundar en un liderazgo a nivel nacional y regional en materia de generación de nuevo conocimiento e innovación. Sin embargo, no es así. A mi juicio, al menos cuatro son los factores que impiden una mayor eficiencia del sistema de ciencia y tecnología en Bogotá:

1. Ausencia de redes de conocimiento e información que permitan compartir las iniciativas y los avances que en investigación científica realizan los diferentes actores en el ámbito urbano.

2. Una mayor integración entre las instituciones de educación superior bogotanas, de tal forma que se puedan compartir bienes escasos como laboratorios, centros tecnológicos y bases de datos, para así optimizar el uso de los recursos que demandan los proyectos de investigación.

3. Escaso apoyo financiero estatal para los proyectos de ciencia, tecnología e innovación del Distrito, por ser el ente territorial que en proporción a sus habitantes recibe menos recursos por parte del Fondo Nacional de Regalías para estos fines.

4. Poca articulación con la industria local, lo cual limita las posibilidades de una fluida transferencia tecnológica desde las universidades hacia el sector productivo de la ciudad.

Debe reconocerse que algunas iniciativas trabajan por superar estas limitaciones, tales como la Red de Universidades del Centro de Bogotá o las actuaciones que realiza Connect Bogotá-Región. No obstante, es innegable que se requiere mejorar los canales mediante los cuales circula el conocimiento que se genera en la ciudad, si se quiere que nuestras capacidades en investigación de forma efectiva contribuyan al desarrollo y progreso social de nuestro entorno.

*Vicerrector de la Universidad de La Salle