Los centros Día que siguen sin ver la luz en Bosa y Ciudad Bolívar

Por incumplimiento, el Distrito adelanta procesos sancionatorios relacionados con dos contratos de obra con el Fondo para el Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca. Los vecinos temen que se conviertan en elefantes blancos.

Mónica Rivera Rueda
14 de diciembre de 2020 - 02:02 a. m.
Por las fuertes lluvias, el agua se ha estancado dentro de la estructura que alcanzaron a construir. / Archivo particular
Por las fuertes lluvias, el agua se ha estancado dentro de la estructura que alcanzaron a construir. / Archivo particular

En medio del paisaje del sector de Campo Verde (Bosa), en el extremo suroccidental de la ciudad, donde se unen los ríos Bogotá y Tunjuelo, hoy se aprecia un elefante blanco. Al mirar desde un jardín infantil recién construido junto al sitio donde debería estar operando un Centro Día para adultos mayores, lo único que se ve es una piscina de agua verde, en medio de una estructura incompleta. Esto sin contar los fétidos olores y las nubes de zancudos, que desde las 3:00 de la tarde son más notorias para los vecinos.

Si bien en la zona se vienen construyendo nuevos equipamientos (avanzan dos colegios), la parálisis del centro para abuelos genera preocupación. “El problema es el abandono, porque hasta las latas que habían puesto se han ido cayendo. Han aparecido roedores y gran cantidad de zancudos, y con las lluvias ya hay una piscina que supera los dos metros y otra a un costado que va por los cincuenta centímetros”, dice Manuel Martínez, líder del sector.

Pero ¿qué pasó con esta obra? La respuesta del Distrito es que tuvieron que liquidar el contrato de construcción, porque en mayo de 2019, cuando debía estar lista la obra, solo había un avance del 17 %. Aunque el contratista pidió una prórroga y una adición, se la negaron y desde entonces todo quedó en veremos.

El proyecto

La historia detrás de este elefante blanco comenzó en septiembre de 2017, cuando la Secretaría de Integración Social firmó un contrato interadministrativo con el Fondo para el Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca (Fondecun) para el diseño y la construcción de cuatro centros Día, por un valor de $15.746 millones, que se debían entregar en mayo de 2019. Se trataba de centros en Sierra Morena (en Ciudad Bolívar), Los Cerezos (en Engativá), Campo Verde (en Bosa) y Pilona (junto al Transmicable de Ciudad Bolívar). Con los dos primeros no hubo inconveniente y se entregaron a tiempo. El lío fue con los dos últimos, con los que hubo incumplimientos, además de solicitudes de prórrogas y adiciones.

Según la interventoría, la primera adición se hizo en enero de 2018 y fue por $235 millones. Ya en mayo de 2019, con la fecha encima, los retrasos eran evidentes. Por esta razón se autorizó una prórroga hasta septiembre, que se extendió hasta finales de 2019. Además, se adicionaron casi $1.000 millones para ejecutar obras y cubrir gastos no previstos. A pesar de estos acuerdos, el constructor no cumplió con los trabajos.

En el caso de Campo Verde, según Integración Social, se alcanzaron a invertir $3.237 millones, pero al hacer una revisión, a quince días de la fecha pactada de entrega, la obra solo había avanzado el 17 %. Para terminar el trabajo, Fondecun pidió una nueva prórroga y una adición de $2.163 millones, pero se la negaron. Algo similar ocurrió en Pilona, donde las obras llegaron al 70 %, pero se presentaron los mismos inconvenientes. La situación obligó a la administración a liquidar los dos contratos en octubre de 2019, exigir a la entidad de la Gobernación devolver el dinero e imponerle una multa de $393 millones por el incumplimiento en Campo Verde.

Aunque todos los reparos del Distrito apuntan a Fondecun, la entidad departamental ha rechazado los cargos. No solo se han negado a devolver el dinero, sino a cuestionar el proceso en su contra, pues sostienen que detrás de la liquidación hubo “incompetencia y falsa motivación”, dado que no les dieron el tiempo que otorga la ley para sustentar su defensa.

Además, dicen, la administración no tuvo en cuenta las razones de los retrasos, que, aseguran, se dieron por situaciones imprevistas; decisiones que correspondían a otros entes, como la Curaduría, el DADEP, la Personería, la UAESP y Constructora Bolívar, así como a las modificaciones de los diseños, que habrían aumentado el tiempo de construcción. Ante esto, radicaron una demanda de nulidad, que está en manos del Tribunal de Cundinamarca y está pendiente por resolver.

Por ahora, mientras la justicia decide este pleito, las dudas rondan a quienes hoy esperan los centros Día. En Ciudad Bolívar, por ejemplo, se preguntan qué pasó con los recursos, la Secretaría de Integración Social asegura que el Centro día de La Pilona ya funciona, pues la planta física se entregó a la a la Subdirección de la Localidad de Ciudad Bolívar el 13 de julio. Pese a ello, no se ha inaugurado.

Por su parte, en Campo Verde, el temor es por los estragos del tiempo, pues en un año ya evidencian un gran deterioro en la estructura. Ambas comunidades saben que la pandemia lo complicó todo, pero también que terminar esas obras es una necesidad para sectores que siguen en expansión.

Por ahora, Integración Social avanza en la contratación de estudios de patología estructural, para determinar el estado de la obras que se alcanzaron a dejar y así definir lo que se debe contratar para terminar los centros Día.

*Nota del editor

La nota fue modificada por aclaración de la Secretaría de Integración Social sobre la operación del Centro Día La Pilona

Mónica Rivera Rueda

Por Mónica Rivera Rueda

Periodista de planeación, hábitat, salud y educación. Estudiante de la maestría de análisis de problemas políticos, económicos e internacionales contemporáneos.@Yomonrivermrivera@elespectador.com

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