Protestaban, según ellos, por el abandono por parte del Gobierno Nacional hacia los miembros que han prestado servicio en la institución.
Los ánimos se caldearon y alguien, indignado, le lanzó una bolsa con agua al general, quien les ordenó a los policías desalojar de inmediato el lugar, mediante el uso de granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos. En medio del escándalo, un senador salió para pedir respeto por los manifestantes que adelantaban su protesta pacíficamente.
El origen del descontento es múltiple, según Mónica del Rosario Porto, abogada litigante en contra del Ministerio de Defensa, y esposa del capitán Alfonso Fierro, presidente de la Asociación Nacional de Veteranos, el incumplimiento con la nivelación salarial, que según la ley debía hacerse gradualmente entre 1992 y 1995; el reajuste anual de los salarios de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la prima de actividad. Lo primero, la nivelación salarial, se debió llevar a cabo a través de una prima de actualización, de acuerdo con lo establecido por la Ley 4ª de 1992, pero, según la abogada, fue algo que nunca se hizo efectivo.
Porto sostiene que lo mismo ocurrió con el ajuste salarial de acuerdo con el IPC y con lo que se conoce como la prima de actividad. Esta última es una medida que implementó el Ministerio de Defensa el año pasado para los oficiales activos. Dentro del manejo salarial de los militares existe algo llamado el principio de oscilación, que indica que los ajustes hechos a los uniformados activos se apliquen también para aquellos que ya están en retiro. De esta forma, la prima de actividad que se aplicó a quienes aún están en servicio activo debería, según la abogada, hacerse efectiva también para los retirados.
“Vamos a salir 50 mil personas en Bogotá, Antioquia, Bolívar, Magdalena, Santander, Tolima, Cauca, Meta y Cundinamarca, porque nosotros hemos sido la base de la seguridad democrática y no nos pueden dar este trato”, le dijo el capitán Fierro a Caracol Radio. Y finalizó: “Así nos toque quedarnos en la Plaza de Bolívar como chepitos. El presidente Uribe será muy duro, pero nosotros tenemos tiempo”.
Por El Espectador
