Como sucede con quienes acompañan en las campañas políticas a los candidatos a puestos de elección popular, a Andrés Rojas Franco el apoyo al entonces candidato del Polo a la Alcaldía, Samuel Moreno Rojas, le valió para hacerse con un importante cargo en el primer gobierno municipal del país.
El acompañamiento de Andrés Rojas —un comunicador social de la Universidad Javeriana que cubrió como reportero los temas de Bogotá para el canal Citytv y para el Canal Caracol— no fue casual, ni de último momento. Rojas renunció a la reportería para vincularse al Polo Democrático a comienzos de 2006 y a mediados de ese año ya estaba en la campaña del hoy suspendido alcalde Samuel Moreno Rojas.
Un año y medio de duro trabajo le valieron para que el elegido alcalde decidiera contarlo dentro de su nómina de asesores al comienzo de su gestión.
El primer contrato de Rojas en enero de 2008 —el mismo día en que se posesionó su jefe— fue de apenas un mes. A través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Rojas Franco recibió una orden de servicio por un valor de $11’500.000.
El encargo era “prestar servicios en la formulación del programa de comunicaciones del nuevo Plan de Desarrollo, a través de la elaboración de un documento teórico que sirva como base para la sustentación del Programa Comunicacional y sus proyectos”.
Un mes después, su vínculo con la Alcaldía fue renovado por primera vez a través de dos otrosís que también le significaron su primer aumento con apenas 30 días de trabajo; los honorarios mensuales fueron tasados en $12’500.000, esto es, un incremento del 8,69% respecto a los de un mes atrás.
En septiembre de ese mismo año se registró el tercer contrato del comunicador con la Alcaldía. Esta vez el objeto fue: “prestar sus servicios a la Secretaría General de la Alcaldía para liderar los procesos de comunicación creados para informar al ciudadano… y liderar los diferentes grupos de comunicadores de los 12 sectores del Distrito”.
El contrato se suscribió por un plazo de cinco meses por un valor de $70 millones, esto es, un promedio de $14 millones mensuales. De esa forma, su tercer contrato le significaba un aumento del 12% respecto a lo que ganaba un mes antes y del 21,73% respecto al primer contrato que tenía con la Alcaldía.
El cuarto contrato que firmó Andrés Rojas con la administración fue el más largo y estuvo vigente desde el 5 de febrero de 2009 hasta el 13 de agosto de 2010. El monto inicial del convenio fue de $175’560.000, para luego ser prorrogado y adicionado en $87’780.000.
En promedio la asignación mensual de Rojas se incrementó en 4,5% respecto al anterior y un 27,21% más de lo que significó su primer trabajo con la Alcaldía, apenas año y medio atrás.
Terminado este acuerdo, la Alcaldía y su asesor llegaron a un nuevo convenio por seis meses y por un valor de $90’413.000, lo que le aseguró un ingreso mensual de $15’068.000; esto representa un nuevo aumento del 2,99% frente al convenio que acababa de terminar y 31,26% por encima del que firmó a través del PNUD el día en que su jefe se posesionó como alcalde.
La última vinculación de Rojas con la Alcaldía comenzó el 14 de febrero de este año y debía ir hasta el 16 de diciembre. Sin embargo, este contrato fue interrumpido tras la suspensión del alcalde en el marco del escándalo del carrusel de la contratación y por el anuncio también de la Procuraduría de abrirle una investigación por un presunto incremento patrimonial injustificado. Este contrato fue acordado por $156’716.560.
El Espectador consultó con expertos en contratación pública y con la Procuraduría sobre las características de los convenios, y si bien en una primera evaluación no encontraron nada ilegal, les llamó la atención que en al menos tres contratos que tienen exactamente el mismo objeto y en uno más en el que sólo varía el inicio del enunciado del mismo, se presenten incrementos muy por encima de los índices inflacionarios y aún más sobre los aumentos salariales públicos y privados.
Asimismo, se pudo conocer que un procurador delegado está mirando con lupa los detalles de estos contratos, firmados todos desde la Secretaría General de la Alcaldía. También son objeto de investigación las funciones que desempeñó durante todo este tiempo la jefe de prensa de la Alcaldía para establecer si a Rojas se le contrató para realizar funciones que otros funcionarios ya estaban realizando.
Entre algunos concejales causa curiosidad la existencia de cuentas de cobro de Andrés Rojas con la fundación cultural Chiminigagua. El Espectador conoció una del 2 de marzo de 2008 por $750 mil, cuando Rojas ya era asesor de SamuelMoreno.
El concejal Javier Palacio, quien le ha venido haciendo seguimiento al caso, dijo que si bien un contrato con Chiminigagua no es ilegal, por lo menos plantea un conflicto ético para el asesor de la alcaldía: “Rojas trabajaba para la campaña de Samuel Moreno y curiosamente dicha fundación obtuvo millonarios contratos con esta Administración, acá podemos hablar de un nuevo carrusel de contratación”.
Durante la administración Moreno, Chiminigagua suscribió 22 contratos con diferentes entidades distritales por un valor cercano a los $3 mil millones. Uno de sus gestores, el excongresista Venus Albeiro Silva, dijo que no conoce sobre contratos recientes entre Andrés Rojas y dicha fundación.
Al ser consultado sobre el tema, el exasesor se negó a responder a los cuestionamientos y dijo en “una conversación informal” que no puede contestar los interrogantes que surgen alrededor de sus contratos con la Alcaldía y la vinculación con Chiminigagua.
Los contratos del asesor del alcalde
Andrés Rojas logró lo que muy pocos colombianos: alcanzar cinco aumentos de salario en un mismo trabajo y en sólo tres años.
Paula Castillo Lenis
16 de agosto de 2011 - 05:00 p. m.
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