Jeisson Peña Pérez es muchas cosas: profesional, padre, cantante de salsa, pero sobre todo un “rescatista” de piel y otros tejidos. El cargo oficial es “técnico en extracción de tejidos osteo-musculares, ocular, piel y membrana amniótica”, pero el término no hace justicia a lo que implica su trabajo. “Va más allá de manipular cuerpos”, dice. Por más de cuatro años cumple esta labor en el Banco Distrital de Tejidos de Bogotá, el cual busca mejorar el bienestar de miles de colombianos que necesitan algún injerto de piel, de tejido óseo o, el más solicitado y con más de 600 personas este año en lista de espera, el tejido ocular.
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“Ese verbo rescatar es, más que todo, una palabra que nos identifica a los que trabajamos en bancos de tejidos”, cuenta Jeisson caminando a través de las laberínticas instalaciones del Banco Distrital. Este es uno de los tres bancos de este tipo en Bogotá, pero el más robusto y el único vinculado al sector público, al pertenecer al Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS).
Atravesando un túnel totalmente blanco, con una que otra puerta de cristal que evoca los relatos de quienes dicen haber regresado de la muerte, Jeisson explica el término “rescate”, al referirse a la extracción de tejidos de personas que acaban de fallecer. “Tomamos el término, porque nuestro trabajo es ir a obtener algo que está a punto de ser, por decirlo de alguna manera, desechado y que para nosotros y para muchos pacientes es de mucho valor: los tejidos”.
Son varias las líneas de rescate, pero hay una que es prioridad para Jeisson y su equipo: un tejido que, además, no requiere compatibilidad, como sí lo requiere por ejemplo un pulmón o un corazón. Se trata del tejido ocular, con el cual muchas personas, con un trasplante, podrían recuperan la visión que pertieron tras una enfermedad o un accidente.
A finales de junio, el Instituto Nacional de Salud (INS) dio a conocer que en Colombia hay 4.248 personas a la espera de un trasplante de algún órgano o tejido. El más solicitado es el riñón, con 3.952 personas en lista de espera (en Bogotá se tienen en lista 1.968). Y a pesar de que hay 114 personas que esperan un donante de hígado, 53 de pulmón y 23 de corazón para seguir viviendo, el tejido ocular es el segundo más solicitado: 464 personas integran la lista en la capital colombiana y más de 600 a nivel nacional.
“La lista de ciudadanos que esperan una donación sí es muy larga en el país, tanto de órganos como de córneas”, afirma Cristian García, instrumentador quirúrgico y rescatista del Banco Distrital. “Aunque las córneas tienen una ventaja y es que no necesitan ser compatibles, como sí lo requieren otros órganos, cada vez que hay un potencial donante en algún hospital llega el aviso de las IPS para verificar de inmediato las características. La razón: este tejido tiene una caducidad de 14 días, por más refrigerado que se encuentre”.
Tejidos oculares, ¿por qué tan solicitados?
En la sala de tejido ocular procesan las córneas con diferentes equipos que les permite verificar la viabilidad y contabilizar las células que tiene el ejemplar, verificando un mínimo de 2.500 para poder ser trasplantado. Mientras tejidos como la piel pueden durar meses y hasta dos años a temperaturas bajo cero en refrigeradores especiales, las córneas no duran más de dos semanas.
La tarea la cumplen con equipos especializados que les permite observar las células en microscopios, lámparas que dejan ver el estado de la córnea para corroborar que esta no tenga ninguna lesión, e incluso, las instalaciones del banco usan filtros de la NASA para mantener bajo control las partículas dentro de las “alas blancas”, donde se almacenan y procesan los tejidos.
Pérez reconoce que nunca imaginó que sería este tipo de rescatista, y menos sentirse orgulloso y “afortunado” de integrar el equipo de 10 profesionales que trabajan en el Banco de Tejidos del Distrito recuperando piel y tejido ocular. Trabaja junto a Cristian Gracía y Marco Caicedo, técnico operativo, quien lleva más de 10 años como rescatista y quien destaca de su labor “la necesidad de cumplir el rescate cuanto antes, sea el día que sea: 24 o 31 de diciembre, festivos... todos los días estamos dispuestos a rescatar los tejidos donde sea... a cualquier IPS”, dice Marco mientras se retira rápidamente a seguir procesando uno de los más de 3.000 centímetros de piel que se almacenan hoy en las instalaciones del IDCBIS.
La urgencia de los rescatistas no es gratuita. Durante ese proceso de logística, donde ya un director médico ha evaluado las condiciones del paciente y la causa de la muerte, estos profesionales deben desplazarse de inmediato para no dejar pasar más de 12 horas para extraer los tejidos oculares y conservarlos para que se puedan usar.
En lo corrido de 2025, Bogotá ha registrado 904 trasplantes, entre ellos 10 de corazón, 75 de hígado, 15 de pulmón, 166 de riñón, dos combinados de riñón-hígado y siete de riñón-páncreas. El resto corresponde a tejido ocular (628 procedimientos), confirmando que las córneas son las más demandadas y trasplantadas. Estas cifras de SaluData evidencian el peso de este procedimiento en el sistema, ya que representan cerca del 70 % del total en 2025.
No obstante, hay una gran dificultad: son pocos los donantes de este tipo de tejido. A la fecha se registran 20 donaciones. El perfil de los donantes de este año indica que el 55 % fueron hombres y el 45 % mujeres. En cuanto a la tasa de donación en la ciudad, hay una reducción: mientras en 2017 era de 16,35 por cada millón de habitantes, hoy es de 14,88. Si bien se está lejos de la tasa de 2020 (7,37), una de las más bajas de la historia reciente, es necesario aumentar la cifra.
Jhon Alexánder Bello Sepúlveda asumió en agosto la dirección técnico-científica del Banco Distrital de Tejidos. Lleva poco más de 10 años trabajando en este campo, aplicando nuevas alternativas de procesamiento y de preservación de tejidos con fines terapéuticos. Explica lo que pasa actualmente con los tejidos oculares:
“Dentro de la línea de procesamiento el tejido ocular es uno de nuestros objetivos primordiales, porque a nivel nacional y, de hecho, a nivel mundial, hay un déficit de la oferta con respecto a la demanda. Estamos hablando de que por cada 70 pacientes en lista de espera, solo se dona un tejido. En Colombia no es diferente la situación. Estamos hablando de que actualmente tenemos más de 600 personas en lista de espera, la cual continúa en aumento, pues a pesar de que hay donantes, no hemos podido reducir la cantidad de pacientes que necesitan este tejido”.
La lista para trasplante de córneas en Bogotá se concentra en adultos mayores, ya que más de la mitad superan los 60 años, destacándose el grupo de mayores de 70, que reúne a 87 personas (53 mujeres y 34 hombres). En las edades productivas, entre los 30 y 59 años, también hay una demanda significativa con casi 150 pacientes.
La razón por la cual la lista no decrece parece estar en varios frentes: el limitado y corto proceso para usar un tejido ocular recién rescatado; la incidencia de lesiones corneales por accidentes de tránsito o laborales, así como la baja donación.
Vida más allá de la muerte
“La donación en Colombia es un tema de mucho mito. Todavía percibimos estigmas, a pesar de que hay una ley que nos hace a todos donantes. De nuestra parte intentamos, a diario, que todas sean donaciones humanizadas”. Una donación humanizada, explican los rescatistas, consiste en tener el consentimiento de la familia del donante. “Siempre vamos muy de la mano con las familias. Les explicamos el por qué de la donación y cómo puede ayudar la pérdida de un ser querido a mejorar la calidad de vida de muchas personas”.
El director del Banco amplía la información: “Desde el 2016, con la ley 1865, todos los colombianos nos convertimos en donantes, a menos que en vida expresemos lo contrario. En ese sentido, esto ha venido mejorando un poco la tasa de donación a nivel nacional. Sin embargo, los mitos que giran alrededor de este tema dificultan la tarea. El tráfico de órganos es uno de ellos, que está ampliamente impulsado por las series y las películas. Pero lo cierto es que en Colombia, por ejemplo, es un proceso estrictamente controlado desde la operatividad, desde lo técnico, desde lo científico, pero, sobre todo, desde el aspecto legal”.
“Con el tema de las córneas”, dice Cristian, “muchas personas piensan que si su familiar no está, por decirlo así, ‘incompleto’, no va a poder llegar al cielo. Perspectivas así nos las encontramos en el camino”. Otro mito es lo que sucede con el cuerpo de los seres queridos que, al fallecer, se convierten en donantes.
Jeisson aclara que durante el rescate siempre cuidan mucho la estética de los donantes y de que a la familia se le entregue el cuerpo de su ser querido tal cual como estaba. “Por eso todas las donaciones de piel, por ejemplo, se toman de la parte posterior, es decir, de la espalda y de los miembros inferiores. En el caso de la córnea no se notan los cambios”.
El equipo especial que usa Jeisson se llama dermátomo. En el caso de donaciones de piel, explica, “lo único que cambia es la pigmentación. Así, una piel morena se va a ver un poco más blanca, porque se quita la primera capa que tenemos de la piel, que es un grosor superdelgado. Estamos hablando de piel de aproximadamente 1.5 micras o 0.0015 milímetros (de espesor)”.
Esto deviene, dicen los rescatistas, del mismo respeto con el que abordan su misión: “Porque gracias a esos donantes, de los cuales vamos a procurar rescatar sus tejidos, piel, ojos, sus tejidos osteo-musculares, damos calidad de vida a diferentes pacientes que en estos momentos están en un hospital o en sus casas esperando”.
El director agrega: “un donante multitejidos puede salvar vidas y mejorar la calidad de hasta 55 personas. Sin embargo, dependiendo del procesamiento o cómo nosotros preservemos esos tejidos, podemos estar hablando de que se puede mejorar la calidad de vida de hasta 200 personas”.
Jeisson se quita las prendas necesarias para entrar al banco de tejidos y culmina:. “es una fortuna trabajar con el Banco de Tejidos, saber que estoy haciendo algo por la salud de Colombia; brindar una esperanza para mejorar su vida, eso es gratificante. Eso es importante para mí. Ha cambiado totalmente mi vida”.
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