Madres bogotanas sin redes de apoyo, con pocas oportunidades de trabajo

Cuando una mujer se convierte en madre, las puertas laborales comienzan a cerrarse. Por lo menos así sucede en Bogotá, según el estudio ‘Demografía, población y diversidad’, publicado recientemente por la Secretaría de Planeación. Después de realizar 1.685 encuestas, a madres entre 15 y 49 años que habitan en la ciudad, la entidad concluyó que sin una red de apoyo para el cuidado de los hijos, es decir, vecinos, familiares o empleada doméstica, existen menos probabilidad de conseguir un empleo.

De acuerdo con Roberto Prieto, subsecretario de Información y Estudios Estratégicos de la Secretaría, “una mujer que pasa de no tener redes de apoyo para el cuidado de sus niños a tenerlas, aumenta su probabilidad de participación laboral en 30 puntos porcentuales”. En Bogotá las redes de apoyo se reducen a familiares cercanos, vecinos, amigos e instituciones públicas, como los hogares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). En el diagnóstico aparece que las redes más importantes de apoyo son: abuela/abuelo (29%), cónyuge (13,1%) y otros parientes (8,2%).

Esto no quiere decir que si aumenta el número de miembros en la familia también lo hacen las oportunidades de trabajo: “Encontramos que a mayor número de personas en el hogar, las mujeres disminuyen su participación en el mercado laboral. Esto puede ser producto de la idea que aún se tiene de que las madres deben dedicarse a cuidar los niños y otras personas, como hijos mayores, el conyugue, compañeros u otros familiares”, explica Prieto. Otra conclusión que arrojó el estudio es que las madres de niños en edad escolar que viven en una familia de escasos recursos usualmente se ven obligadas a buscar trabajo, algo que no suele suceder en el caso de las familias ostentosas, donde la madre puede dedicarse a la crianza de su hijo.

Otros factores que influyen son el nivel educativo y la edad de la mujer. Señala el diagnóstico que “un año más en la edad de la mujer aumenta su probabilidad de participación en el marcado laboral. Un año más de educación aumenta esta probabilidad en 3 puntos porcentuales”. Esta situación es similar en otros países, como Pakistán, en donde la participación de las mujeres en el mercado laboral aumenta si “pertenece a un área urbana, si es casada y si tiene más educación”, dice un estudio publicado en 2011 por los investigadores Shaheen, Sial y Awan. El estudio reveló, además, que Usaquén y Barrios Unidos son las localidades en donde hay más madres trabajando, seguidas por Kennedy, Chapinero, suba Teusaquillo y Antonio Nariño. Santa Fe y Sumpaz son las localidades en donde se registra menor participación laboral.

Vale la pena decir que el 47% de las mujeres encuestadas dijo que no trabajaba. De las 1.685 madres encuestadas, 291 (17,3%) tenían entre 2 y 3 hijos, delas cuales el 54,63% no trabajaban. Por otra parte, el 85% de las mujeres que trabajaban tenían un hijo menor de 5 años y solo el 1,3% tenían 3 o más hijos. En relación al nivel de escolaridad, 557 madres (33%) terminaron su bachillerato y solo el 168 son profesionales (10%). De las madres encuestadas, 132 eran jefes de hogar, de las cuales 84 se encontraban trabajando.

Este estudio, dice el subsecretario, es un insumo más para que el Distrito desarrolle una política pública para apoyar a las madres que están o quieren ingresar al mercado laboral: “la política pública debe garantizar el cuidado de los niños en edad preescolar a través del fortalecimiento de programas como jardines infantiles y otras actividades culturales. De igual manera, se deben establecer incentivos adecuados para que se demande mano de obra femenina”, concluyó.
 

Cuando una mujer se convierte en madre, las puertas laborales comienzan a cerrarse. Por lo menos así sucede en Bogotá, según el estudio ‘Demografía, población y diversidad’, publicado recientemente por la Secretaría de Planeación. Después de realizar 1.685 encuestas, a madres entre 15 y 49 años que habitan en la ciudad, la entidad concluyó que sin una red de apoyo para el cuidado de los hijos, es decir, vecinos, familiares o empleada doméstica, existen menos probabilidad de conseguir un empleo.

De acuerdo con Roberto Prieto, subsecretario de Información y Estudios Estratégicos de la Secretaría, “una mujer que pasa de no tener redes de apoyo para el cuidado de sus niños a tenerlas, aumenta su probabilidad de participación laboral en 30 puntos porcentuales”. En Bogotá las redes de apoyo se reducen a familiares cercanos, vecinos, amigos e instituciones públicas, como los hogares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). En el diagnóstico aparece que las redes más importantes de apoyo son: abuela/abuelo (29%), cónyuge (13,1%) y otros parientes (8,2%).

Esto no quiere decir que si aumenta el número de miembros en la familia también lo hacen las oportunidades de trabajo: “Encontramos que a mayor número de personas en el hogar, las mujeres disminuyen su participación en el mercado laboral. Esto puede ser producto de la idea que aún se tiene de que las madres deben dedicarse a cuidar los niños y otras personas, como hijos mayores, el conyugue, compañeros u otros familiares”, explica Prieto. Otra conclusión que arrojó el estudio es que las madres de niños en edad escolar que viven en una familia de escasos recursos usualmente se ven obligadas a buscar trabajo, algo que no suele suceder en el caso de las familias ostentosas, donde la madre puede dedicarse a la crianza de su hijo.

Otros factores que influyen son el nivel educativo y la edad de la mujer. Señala el diagnóstico que “un año más en la edad de la mujer aumenta su probabilidad de participación en el marcado laboral. Un año más de educación aumenta esta probabilidad en 3 puntos porcentuales”. Esta situación es similar en otros países, como Pakistán, en donde la participación de las mujeres en el mercado laboral aumenta si “pertenece a un área urbana, si es casada y si tiene más educación”, dice un estudio publicado en 2011 por los investigadores Shaheen, Sial y Awan. El estudio reveló, además, que Usaquén y Barrios Unidos son las localidades en donde hay más madres trabajando, seguidas por Kennedy, Chapinero, suba Teusaquillo y Antonio Nariño. Santa Fe y Sumpaz son las localidades en donde se registra menor participación laboral.

Vale la pena decir que el 47% de las mujeres encuestadas dijo que no trabajaba. De las 1.685 madres encuestadas, 291 (17,3%) tenían entre 2 y 3 hijos, delas cuales el 54,63% no trabajaban. Por otra parte, el 85% de las mujeres que trabajaban tenían un hijo menor de 5 años y solo el 1,3% tenían 3 o más hijos. En relación al nivel de escolaridad, 557 madres (33%) terminaron su bachillerato y solo el 168 son profesionales (10%). De las madres encuestadas, 132 eran jefes de hogar, de las cuales 84 se encontraban trabajando.

Este estudio, dice el subsecretario, es un insumo más para que el Distrito desarrolle una política pública para apoyar a las madres que están o quieren ingresar al mercado laboral: “la política pública debe garantizar el cuidado de los niños en edad preescolar a través del fortalecimiento de programas como jardines infantiles y otras actividades culturales. De igual manera, se deben establecer incentivos adecuados para que se demande mano de obra femenina”, concluyó.