
Armas en Bogotá
En una tarde de discursos, el atentado a Miguel Uribe paralizó a la capital, pero no a los que hacen política. Antes del ataque, el precandidato hablaba de un tema que revive cada tanto: el porte de armas de fuego. “Yo sí creo que el colombiano de bien, que considere la necesidad de tener su arma, lo pueda hacer”, dijo. Hoy sus palabras retumban en la cabeza de muchos, quienes ven esto como una opción ante el riesgo de ser víctima de un crimen.
Pero ¿es viable? ¿Estamos preparados? ¿Los discursos políticos van en línea con la realidad? Detrás...

Por Sofía Isabel Alfonso
Estudiante de último semestre de Comunicación Social y Periodismo. Interés en cubrir temas de política, derechos humanos, género y más.sperez@elespectador.com
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