Modernización de los paraderos de Bogotá, a medias

Para los usuarios del sistema de transporte público de Bogotá es normal encontrar paraderos de buses sin publicidad. Desde hace un mes, los avisos de diferentes marcas empezaron a desmontarse y, para no dejar los espacios en blanco, el Distrito decidió instalar carteles en los que promociona su gestión. Esto fue blanco de críticas de quienes acusan a la administración de gastar de más en autopromoción, pero lo que hay detrás es una pausa mientras seleccionan al nuevo operador del rentable negocio de la publicidad en los paraderos, que genera ingresos cercanos a los $3.000 millones mensuales.

Esa incertidumbre se debe a que el 29 de julio terminó el contrato que firmaron en 2001 el Distrito y la empresa Equipamientos Urbanos Nacionales de Colombia (Eucol). Ahora, como el mobiliario pasó a ser propiedad del Distrito, este puede disponer, no solo de 1.655 paraderos y 1.613 páneles publicitarios (3.226 espacios), sino de 3.960 bancas, 5.200 canecas y 6.731 señales del SITP, que también administraba la compañía.

Así las cosas, las canecas ahora serán responsabilidad de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp); las señales de rutas del SITP, de Transmilenio, y para los paraderos la idea era abrir una licitación para elegir a un nuevo operador, que no solo explote el negocio sino modernice estos mobiliarios. Aunque la idea inicial era instalar grandes pantallas led para avisos publicitarios, ya no se contará con esos dispositivos. El salto, como será más costoso, dejará menos ganancias para el Distrito. Según la Defensoría del Espacio Público (Dadep), pasarán de recibir $368 millones mensuales a $220 millones.

Otra modernización frustrada

El año pasado, consciente de que le quedaba poco tiempo al contrato de mantenimiento y suministro de paraderos, bancas y señales informativas, el Dadep preparó una licitación para renovar el mobiliario urbano, con una novedad: la instalación de grandes pantallas. No obstante, tuvieron que cerrarla debido a que un juez accedió a las medidas cautelares de una acción popular, cuyo argumento fue que las pantallas podían ser un riesgo, al distraer a los conductores.

Sin definir un nuevo proceso se terminó el contrato con Eucol y los páneles publicitarios quedaron sin operador desde el pasado 29 de julio. “En la acción popular pedí que no dejarán la ciudad al garete, pero la decisión del Dadep fue no prorrogar el contrato. Debido a la improvisación, pasará un tiempo para que la gente vuelva a ver publicidad en los paraderos”, aseguró el abogado Enrique Gil Botero.

Para evitar que la ciudad siga perdiendo dinero por la explotación de las vallas, el Distrito elegirá por subasta inversa un operador por cuatro meses, mientras adelanta una licitación para elegir en noviembre a un nuevo operador que renovará y administrará por 15 años los paraderos, los cuales contarán con módulos interactivos para información de los usuarios del SITP, páneles solares, WiFi y mejor iluminación.

“La publicidad seguirá siendo va en papel, pero van a existir pantallas informativas, permitidas por la norma, para información de los peatones y usuarios del sistema de transporte. Decidimos no insistir en páneles led para publicidad, porque sería dar una batalla judicial en un proyecto importante”, manifestó Nadime Yaver, directora del Dadep.

Al cierre de esta edición no había sido seleccionado el ganador de la subasta pero, independiente de eso, el proceso transitorio representa un buen negocio para el Distrito, debido a que recibirá en este tiempo casi $660 millones cada mes solo por la explotación de 1.800 páneles publicitarios. Los otros 1.426 serán administrados por el Distrito, que en plena recta final de esta administración, podrá seguir usando para promocionar su gestión. A partir del próximo, la alcaldía solo podrá disponer de 552 espacios.

Ante esta situación, ya se alzaron voces que critican ese proceso provisional. Por ejemplo, el concejal Rubén Torrado (Partido de La U), quien citó a un debate hoy en el Concejo, aseguró que la tipología del contrato por cuatro meses no está permitida. “Las concesiones para espacio público solo se pueden hacer por licitación pública, para garantizar la pluralidad de oferentes. Quieren saldar un error con otro error peor”.

Pedro Ramírez, subdirector del Dadep, refuta las críticas y asegura que, por el contrario, este era el método más sano para las finanzas del Distrito. Según el Dadep, la restricción que refiere el cabildante es cuando se licita mobiliario nuevo, pero este proceso se trata de algo transitorio. “Se podría haber hecho con licitación, pero para el Distrito es mucho mejor la subasta, porque tiene mayor retribución. Es una decisión estratégica, porque este proceso tiene muchos interesados. Consideramos que lo mejor era terminar de forma sana el contrato de concesión con Eucol. Por otra parte, no hay argumento jurídico para poder prorrogar el contrato, porque el contratista ya había pagado su inversión con la explotación económica de los páneles publicitarios”. 

De esta forma, aunque en las ciudades líderes es común ver publicidad estática en pantallas digitales, la única modernización que por ahora tendrán los paraderos de Bogotá será la instalación de pantallas interactivas, puesto que una interpretación estricta de norma no permitirá que la publicidad, así esté quieta, se ponga en pantallas.