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Un intento de fuga masiva en la estación de Policía de Barrios Unidos, en el noroccidente de Bogotá, terminó en un intercambio de disparos que dejó cinco detenidos heridos y al menos cuatro prófugos.
Los hechos ocurrieron la mañana de este domingo 9 de noviembre en medio de un procedimiento de rutina de la guardia de la estación.
De acuerdo con el reporte oficial de la Policía Metropolitana de Bogotá, la situación se presentó hacia las 8:45 a. m., cuando los custodios realizaban la entrega de los alimentos y las labores rutinarias de aseo. En ese momento, un grupo de personas privadas de la libertad se abalanzó sobre los uniformados, intentando desarmarlos y abrir paso a la fuga.
“Los participantes en el motín quisieron atentar contra la vida de los policías en una turba que generó que un uniformado accionara su arma de fuego para impedir que atentaran contra su vida, en un acto de legítima defensa” explicó el brigadier general Giovanni Cristancho, comandante de la Mebog.
Según el balance entregado por el alto mando, cinco de los reclusos resultaron heridos tras la respuesta del uniformado y fueron trasladados a centros médicos. El reporte inicial sostiene que no tienen heridas de gravedad.
Sin embargo, a pesar de la reacción de los custodios, cuatro reclusos lograron escapar. En consecuencia, se anunció un plan candado en la localidad, con apoyo de unidades de inteligencia y Policía judicial, para recapturarlos.
Juan Carlos Suárez, procesado por el homicidio de Jaime Esteban Moreno, permanece recluido en esa estación de Policía.
Entre las personas recluidas en la estación de Barrios Unidos se encuentra Juan Carlos Suárez, procesado por el homicidio del estudiante de la Universidad de los Andes Jaime Esteban Moreno, ocurrido la madrugada del pasado 31 de octubre tras una fiesta de Halloween en la localidad de Chapinero.
La Policía aclaró que Suárez no participó en el intento de fuga y permanece bajo custodia.
El hecho reaviva la discusión sobre la seguridad en las estaciones de Policía, convertidas en centros penitenciarios (pese a no estar diseñadas para albergar a largo plazo a los detenidos) debido al hacinamiento en las prisiones de la ciudad. Organizaciones de derechos humanos y expertos en política criminal han advertido en repetidas ocasiones que el hacinamiento —que en algunas estaciones supera el 200 %— incrementa los riesgos de motines, fugas y violaciones a la integridad de los presos y del personal policial.
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