Mujer denuncia supuesto acoso y abuso de autoridad en un retén de la policía

Juana Ximena Cáceres, de 24 años, asegura haber vivido uno de los momentos más intimidantes de su vida luego de que un grupo de policías, supuestamente, la acosaran y retuvieran en un retén de la vía Guaymaral – Chía. Los hechos ocurrieron el miércoles a las 9:00 p.m. cuando se movilizaba en un vehículo hacia su residencia.

Según cuenta, fue intersectada por dos uniformados que le pidieron sus documentos de identidad y papeles del carro, y al percatarse que llevaba un cinturón con balas decorativas en la guantera, la amenazaron con llevarla a la comisaria por porte ilegal de armas de fuego si no accedía a darles un número telefónico.

“Iba del gimnasio a la casa cuando me pararon en un retén. Me pidieron los papeles y los saqué de la guantera, donde tenía un cinturón adornado con balas y cartuchos. Cuando lo vieron me lo quitaron y dijeron que me iban a procesar por porte de armas y, la verdad, nunca entendí por qué. Tenía mucho miedo y se los hice saber”, explicó Cáceres.

El supuesto caso de acoso inició cuando los agentes le pidieron que se bajara del carro para una requisa y pidieron que mostrara sus tatuajes. Cáceres se negó a bajar del carro alegando que no había ninguna policía mujer para realizar la inspección, y solicitó la presencia de un oficial superior para esclarecer los motivos por los cuales la tenían retenida.

“Ustedes verán qué hacen”, fue la repuesta del superior cuando llegó al sitio. Después de eso, dice Cáceres, comenzaron a hacer una serie de preguntas personales que no tenían nada que ver con el supuesto delito por el que la acusaban.

“Me preguntaron por mis pertenencias, cuánto ganaba, dónde trabajaba, qué me gustaba hacer dónde me gusta ir de fiesta. Desde la ventana del carro comenzaron a alumbrar mis tatuajes con una linterna. Eran varios policías y me sentí muy incómoda. Finalmente, uno de ellos me pidió el teléfono para que habláramos y saliéramos algún día”, añadió.

Luego de casi una hora, los policías le entregaron sus papeles y permitieron que siguiera su camino. La joven denunció este hecho ante la Fiscalía, pero no aceptaron el caso porque supuestamente no hubo ningún delito en el accionar de la policía. Cáceres publicó su denuncia en Facebook, y desde entonces, asegura haber recibido amenazas y otras denuncias de mujeres que también han sufrido acoso por arte de uniformados.

La policía está a la espera de una denuncia formal de la mujer para iniciar los procesos disciplinarios correspondientes e iniciar una investigación contra los agentes involucrados. “No es posible que un policía saque provecho de su autoridad y yo tenga que ir a denunciarlo ante la misma Policía. Por mucho lo trasladan y, quizás, más adelante me lo pueda encontrar en otro retén”, finalizó la mujer. 

Juana Ximena Cáceres, de 24 años, asegura haber vivido uno de los momentos más intimidantes de su vida luego de que un grupo de policías, supuestamente, la acosaran y retuvieran en un retén de la vía Guaymaral – Chía. Los hechos ocurrieron el miércoles a las 9:00 p.m. cuando se movilizaba en un vehículo hacia su residencia.

Según cuenta, fue intersectada por dos uniformados que le pidieron sus documentos de identidad y papeles del carro, y al percatarse que llevaba un cinturón con balas decorativas en la guantera, la amenazaron con llevarla a la comisaria por porte ilegal de armas de fuego si no accedía a darles un número telefónico.

“Iba del gimnasio a la casa cuando me pararon en un retén. Me pidieron los papeles y los saqué de la guantera, donde tenía un cinturón adornado con balas y cartuchos. Cuando lo vieron me lo quitaron y dijeron que me iban a procesar por porte de armas y, la verdad, nunca entendí por qué. Tenía mucho miedo y se los hice saber”, explicó Cáceres.

El supuesto caso de acoso inició cuando los agentes le pidieron que se bajara del carro para una requisa y pidieron que mostrara sus tatuajes. Cáceres se negó a bajar del carro alegando que no había ninguna policía mujer para realizar la inspección, y solicitó la presencia de un oficial superior para esclarecer los motivos por los cuales la tenían retenida.

“Ustedes verán qué hacen”, fue la repuesta del superior cuando llegó al sitio. Después de eso, dice Cáceres, comenzaron a hacer una serie de preguntas personales que no tenían nada que ver con el supuesto delito por el que la acusaban.

“Me preguntaron por mis pertenencias, cuánto ganaba, dónde trabajaba, qué me gustaba hacer dónde me gusta ir de fiesta. Desde la ventana del carro comenzaron a alumbrar mis tatuajes con una linterna. Eran varios policías y me sentí muy incómoda. Finalmente, uno de ellos me pidió el teléfono para que habláramos y saliéramos algún día”, añadió.

Luego de casi una hora, los policías le entregaron sus papeles y permitieron que siguiera su camino. La joven denunció este hecho ante la Fiscalía, pero no aceptaron el caso porque supuestamente no hubo ningún delito en el accionar de la policía. Cáceres publicó su denuncia en Facebook, y desde entonces, asegura haber recibido amenazas y otras denuncias de mujeres que también han sufrido acoso por arte de uniformados.

La policía está a la espera de una denuncia formal de la mujer para iniciar los procesos disciplinarios correspondientes e iniciar una investigación contra los agentes involucrados. “No es posible que un policía saque provecho de su autoridad y yo tenga que ir a denunciarlo ante la misma Policía. Por mucho lo trasladan y, quizás, más adelante me lo pueda encontrar en otro retén”, finalizó la mujer.