"No fuimos una piedra en el zapato, simplemente actuamos": contralor de Bogotá

¿Cuál es su balance, tras cuatro años al frente de la Contraloría Distrital?

Estoy satisfecho por el deber cumplido, en lo personal y en lo profesional, pero especialmente en lo institucional. Cuando llegué, la entidad no estaba posicionada. En una medición de Bogotá Cómo Vamos, en una escala de 0 a 10, la percepción era de 3. Ahora estamos en ocho. Lo logramos, trabajando tres ejes: fortaleciendo la vigilancia, haciendo efectivo el resarcimiento por el daño fiscal y la imagen

¿Cómo recibe la entidad el nuevo contralor?

Entregamos una entidad diferente, posicionada y con una mejor imagen. Todo, por haber hecho un control más técnico. Lo hicimos al lado de la administración, pero sin inmiscuirnos en el proceso administrativo. No fuimos una piedra en el zapato, como nos tildaron. Tuvimos la tranquilidad de pronunciarnos a cada momento en defensa de los recursos públicos, porque trabajamos con honestidad.

¿En cifras, cuál fue el resultado de su gestión?

En este tiempo hicimos 1.179 actuaciones fiscales, que nos llevaron a 1.900 hallazgos que interesan al control fiscal. En algunas, encontramos daño al erario que suman $2,1 billones. Si le pusiéramos valor a nuestra actuación, al comparar el presupuesto asignado a la Contraloría con lo recuperado, se puede decir que por cada $1 que nos gastamos en funcionamiento logramos recuperar cas $3,4

¿Cuál fue el tema más crítico?

Nos pronunciamos sobre todos los temas, especialmente aquellos que llaman la atención del ciudadano. Abrimos proceso de responsabilidad fiscal por el cambio de esquema de recolección de basuras; alertamos por las constantes prórrogas que se le dieron a la implementación del SITP y no se cumplieron; los líos en algunos fondos de desarrollo local, donde encontramos convenios que no se caracterizaban por su transparencia. Allí encontramos 367 hallazgos fiscales, por más de $53 mil millones. Esos fondos hay una reiterada contratación de prestación de servicios, al punto de que por cada funcionario de planta hay 4 contratistas.

¿Qué otro?

Nos correspondió actuar en el caso del alcalde de Kennedy, luego de encontrar una concentración de contratación en fundaciones sin ánimo de lucro, donde no hubo transparencia. También denunciamos de forma reiterada el convenio 1292, que dispuso que el 40% de los recursos de las alcaldías locales pasaran a la administración Distrital para destinarlos a tapar huecos. Esos recursos estuvieron dando vueltas, de entidad en entidad, hasta que se los asignaron a la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV) y esta unidad no fue modelo en ejecución. A esto se suma que nos tocó señalar la falta de transparencia con el tema de la máquina tapahuecos y todo lo que acarreó par la ciudad. En la UMV, tuvimos que exigir la suspensión de la exdirectora Gilma Gómez. Hicimos uso de todas las herramientas de la Constitución para el control fiscal.

Algunos señalan que el exceso de vigilancia era más porque Gustavo Petro era el alcalde que por otra cosa...

Antes de este cuatrenio, en la administración hubo un contubernio entre la alcaldía y los organismos de control. Eso fue lo que permitió el famoso carrusel de la contratación. Llevó a que el excontralor y el expersonero terminaran en líos judiciales. Pero en este tiempo se rompió este contubernio. Se construyó un organismo independiente, que pudo denunciar y no avaló situaciones irregulares. Esto me permite presentarle las cuentas que hoy expongo a la ciudad.

¿Y qué hizo al interior de la Contraloría?

No sólo mejoramos nuestra labor hacia la ciudadanía. También, al interior de la institución. Mejoramos nuestras prácticas y hubo transparencia en la contratación. De todas las entidades de control del Distrito, podemos señalar que la que menos contratos de prestación de servicio hizo fue la Contraloría.

¿Puede decir que la anterior administración tuvo malas prácticas?

Aunque preocupa, eso no fue lo más grave. Lo más grave es que no se le cumplió a la comunidad. Se prometieron 70.000 casas y entregó 5.000; señaló que se arreglaría el pavimento de la Caracas y no lo hizo; que haría la troncal de Transmilenio por la Boyacá y tampoco; de tres cables aéreos, solo adjudicaron uno; el metro ni lo comenzó; que construiría 100 colegios nuevos y no dejó ni uno en lote nuevo, ya que lo que hizo fue terminar ocho que estaban contratados desde antes. Dijo que construiría dos sedes universitarias… ¿dónde están? No es el tema al daño al patrimonio público, sino que la comunidad no recibir los beneficios.

¿Fue una administración más incumplida que corrupta?

Podemos decir que el problema esencial es que no salieron adelante las promesas. Hay voto programático. No se inscribe un candidato, sino un programa. Podemos decir que no se cumplió en los términos.

¿Pero se perdió mucha plata en la administración pasada?

Estamos diciendo que en 1.179 actuaciones fiscales, encontramos posibles detrimentos que suman $2,2 billones.

Durante su gestión, se notó una marcada tensión con el alcalde Petro, ¿Qué tan profunda fue?

Al asumir la Contraloría, simplemente se rompió el contubernio entre el Distrito y los entes de control. Lo que hice fue actuar de manera técnica, a un lado de la administración y que fue en favor de la cuidad. Lo que ocurrió fue que, a pesar de nuestras alertas y advertencias, esta administración no nos escuchó y ahí están los resultados.

¿A qué se le debe poner más el ojo?

Hay dos sectores sensibles: movilidad y la salud. Bueno, y creo que merece capítulo especial Capital Salud.

¿Dicen que quiere ser personero?

Primero, no sabemos cómo será el proceso en el Concejo. Segundo: hoy estoy rindiendo cuentas de mi trabajo en la Contraloría, por el cual me siento muy satisfecho.

¿Pero le interesa la Personería?

Por ahora sigo en la Contraloría hasta este domingo. 

¿Cuál es su balance, tras cuatro años al frente de la Contraloría Distrital?

Estoy satisfecho por el deber cumplido, en lo personal y en lo profesional, pero especialmente en lo institucional. Cuando llegué, la entidad no estaba posicionada. En una medición de Bogotá Cómo Vamos, en una escala de 0 a 10, la percepción era de 3. Ahora estamos en ocho. Lo logramos, trabajando tres ejes: fortaleciendo la vigilancia, haciendo efectivo el resarcimiento por el daño fiscal y la imagen

¿Cómo recibe la entidad el nuevo contralor?

Entregamos una entidad diferente, posicionada y con una mejor imagen. Todo, por haber hecho un control más técnico. Lo hicimos al lado de la administración, pero sin inmiscuirnos en el proceso administrativo. No fuimos una piedra en el zapato, como nos tildaron. Tuvimos la tranquilidad de pronunciarnos a cada momento en defensa de los recursos públicos, porque trabajamos con honestidad.

¿En cifras, cuál fue el resultado de su gestión?

En este tiempo hicimos 1.179 actuaciones fiscales, que nos llevaron a 1.900 hallazgos que interesan al control fiscal. En algunas, encontramos daño al erario que suman $2,1 billones. Si le pusiéramos valor a nuestra actuación, al comparar el presupuesto asignado a la Contraloría con lo recuperado, se puede decir que por cada $1 que nos gastamos en funcionamiento logramos recuperar cas $3,4

¿Cuál fue el tema más crítico?

Nos pronunciamos sobre todos los temas, especialmente aquellos que llaman la atención del ciudadano. Abrimos proceso de responsabilidad fiscal por el cambio de esquema de recolección de basuras; alertamos por las constantes prórrogas que se le dieron a la implementación del SITP y no se cumplieron; los líos en algunos fondos de desarrollo local, donde encontramos convenios que no se caracterizaban por su transparencia. Allí encontramos 367 hallazgos fiscales, por más de $53 mil millones. Esos fondos hay una reiterada contratación de prestación de servicios, al punto de que por cada funcionario de planta hay 4 contratistas.

¿Qué otro?

Nos correspondió actuar en el caso del alcalde de Kennedy, luego de encontrar una concentración de contratación en fundaciones sin ánimo de lucro, donde no hubo transparencia. También denunciamos de forma reiterada el convenio 1292, que dispuso que el 40% de los recursos de las alcaldías locales pasaran a la administración Distrital para destinarlos a tapar huecos. Esos recursos estuvieron dando vueltas, de entidad en entidad, hasta que se los asignaron a la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV) y esta unidad no fue modelo en ejecución. A esto se suma que nos tocó señalar la falta de transparencia con el tema de la máquina tapahuecos y todo lo que acarreó par la ciudad. En la UMV, tuvimos que exigir la suspensión de la exdirectora Gilma Gómez. Hicimos uso de todas las herramientas de la Constitución para el control fiscal.

Algunos señalan que el exceso de vigilancia era más porque Gustavo Petro era el alcalde que por otra cosa...

Antes de este cuatrenio, en la administración hubo un contubernio entre la alcaldía y los organismos de control. Eso fue lo que permitió el famoso carrusel de la contratación. Llevó a que el excontralor y el expersonero terminaran en líos judiciales. Pero en este tiempo se rompió este contubernio. Se construyó un organismo independiente, que pudo denunciar y no avaló situaciones irregulares. Esto me permite presentarle las cuentas que hoy expongo a la ciudad.

¿Y qué hizo al interior de la Contraloría?

No sólo mejoramos nuestra labor hacia la ciudadanía. También, al interior de la institución. Mejoramos nuestras prácticas y hubo transparencia en la contratación. De todas las entidades de control del Distrito, podemos señalar que la que menos contratos de prestación de servicio hizo fue la Contraloría.

¿Puede decir que la anterior administración tuvo malas prácticas?

Aunque preocupa, eso no fue lo más grave. Lo más grave es que no se le cumplió a la comunidad. Se prometieron 70.000 casas y entregó 5.000; señaló que se arreglaría el pavimento de la Caracas y no lo hizo; que haría la troncal de Transmilenio por la Boyacá y tampoco; de tres cables aéreos, solo adjudicaron uno; el metro ni lo comenzó; que construiría 100 colegios nuevos y no dejó ni uno en lote nuevo, ya que lo que hizo fue terminar ocho que estaban contratados desde antes. Dijo que construiría dos sedes universitarias… ¿dónde están? No es el tema al daño al patrimonio público, sino que la comunidad no recibir los beneficios.

¿Fue una administración más incumplida que corrupta?

Podemos decir que el problema esencial es que no salieron adelante las promesas. Hay voto programático. No se inscribe un candidato, sino un programa. Podemos decir que no se cumplió en los términos.

¿Pero se perdió mucha plata en la administración pasada?

Estamos diciendo que en 1.179 actuaciones fiscales, encontramos posibles detrimentos que suman $2,2 billones.

Durante su gestión, se notó una marcada tensión con el alcalde Petro, ¿Qué tan profunda fue?

Al asumir la Contraloría, simplemente se rompió el contubernio entre el Distrito y los entes de control. Lo que hice fue actuar de manera técnica, a un lado de la administración y que fue en favor de la cuidad. Lo que ocurrió fue que, a pesar de nuestras alertas y advertencias, esta administración no nos escuchó y ahí están los resultados.

¿A qué se le debe poner más el ojo?

Hay dos sectores sensibles: movilidad y la salud. Bueno, y creo que merece capítulo especial Capital Salud.

¿Dicen que quiere ser personero?

Primero, no sabemos cómo será el proceso en el Concejo. Segundo: hoy estoy rindiendo cuentas de mi trabajo en la Contraloría, por el cual me siento muy satisfecho.

¿Pero le interesa la Personería?

Por ahora sigo en la Contraloría hasta este domingo.